
El primer ministro de los Países Bajos, Dick Schoof, y el primer ministro de Japón, Shigeru Ishiba, caminan rumbo a ofrecer declaraciones a la prensa tras su reunión cumbre en la residencia oficial del primer ministro en Tokio, Japón, el 21 de abril de 2025 Reuters
El primer ministro de Países Bajos desvela que la OTAN pretende elevar el gasto en defensa hasta el 5% para 2032
Dick Schoof comete un desliz en rueda de prensa y confirma que su predecesor, Mark Rutte, se ha puesto en contacto ya con los 32 aliados para pedirles que alcancen el 3,5% del PIB en "gasto militar directo" y un 1,5% adicional en "gastos relacionados" durante los próximos siete años.
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A Mark Rutte no le parece suficiente que los miembros de la OTAN alcancen el 2% del gasto del PIB en defensa acordado. El secretario general de la Alianza quiere más. Bastante más, de hecho. Según deslizó este viernes en rueda de prensa el primer ministro neerlandés, Dick Schoof, su predecesor al frente del Ejecutivo de Países Bajos pretende convencer a sus socios de la necesidad de elevar la inversión en materia de seguridad hasta el 5% para 2032.
Es una cifra que exige Donald Trump pero que, hoy por hoy, ni siquiera Estados Unidos alcanza. Sólo Polonia, con el 4,2% del PIB, se aproxima. Su primer ministro, Donald Tusk, incluyó en los presupuestos para este curso un gasto récord en materia de defensa de 37.000 millones de euros. Aunque seguiría quedándose por debajo del nuevo umbral.
Rutte tenía previsto hacer oficial el nuevo objetivo de la OTAN en la próxima cumbre de la Alianza, que tendrá lugar a finales de junio en La Haya. Pero Schoof cometió un desliz en rueda de prensa, y se adelantó. De acuerdo con el antiguo jefe de los espías neerlandeses, el secretario general de la Alianza se ha puesto en contacto ya con los 32 aliados para instarles a alcanzar un 3,5% del PIB en “gasto militar directo” y otro 1,5% en “gastos relacionados como infraestructura, ciberseguridad y otros aspectos” para los siete próximos años.
Schoof, que encabeza un Gobierno de coalición liderado por la ultraderecha de Geert Wilders, simpatizante —sobre todo, en el pasado— del Kremlin, dio por descontado que la información había trascendido a la luz pública cuando, en realidad, hasta ahora eran sólo rumores. El secretario general de la OTAN evitó confirmar las cifras de las que habló Schoof, pero se vio obligado a reconocer que, en efecto, se están produciendo “discusiones internas” sobre este asunto en el seno de la organización.
Son discusiones embrionarias, nada firme, según la agencia France-Presse, que informa de que buena parte de las negociaciones guardan relación con los parámetros de lo que podrían considerarse “gastos relacionados” que poder incluir en ese 1,5%.
El primer líder que reaccionó a las declaraciones de Schoof fue el alemán Friedrich Merz. En su primera visita a la sede de la Alianza en Bruselas, el recién elegido —aunque no sin dramatismo— canciller consideró este viernes que “no tiene sentido discutir ahora sobre porcentajes abstractos del PIB. Lo crucial es que aumentemos continuamente nuestros esfuerzos en los próximos años”. Según los cálculos del líder democristiano, cada aumento del 1% del PIB representa nada menos que 45.000 millones de euros para Alemania. No son migajas.