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Europa

Alertas al móvil y una estrategia de almacenamiento: la UE tiene un plan para que sobrevivas a un ataque o a una catástrofe

Bruselas insiste en que la estrategia de preparación no se limita únicamente a la amenaza de guerra, sino que también cubre catástrofes naturales como la dana de Valencia.

Más información: Bruselas dice que el kit de supervivencia de 72 horas no es sólo para guerras sino también para riadas como la de Valencia

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La Comisión de Ursula von der Leyen coloca al ciudadano de a pie y a cada hogar en el centro de la nueva Estrategia de Preparación presentada este miércoles, cuyo objetivo es mejorar la capacidad de Europa para prevenir y responder a las crecientes amenazas a las que se enfrenta el continente. En la actualidad, más de la mitad de los europeos (58%) no se sienten bien preparados para desastres y sólo el 46% asegura que sabría qué hacer si ocurre una catástrofe, según una encuesta del Eurobarómetro.

Bruselas sostiene que la preparación frente a las crisis es una "responsabilidad colectiva" que "debe llegar a todos los sectores de la sociedad". "No queremos causar alarma, pero debemos ser claros sobre los desafíos a los que nos enfrentamos", explica un responsable comunitario. "No queremos crear pánico, pero habrá nuevas crisis y hay que prepararse de antemano", señala otra alta eurofuncionaria. Estos son los puntos clave del plan de preparación de la UE.

De la guerra a la dana

El plan se basa en un enfoque integrado que cubre todo el espectro de riesgos naturales y amenazas de origen humano. Se trata de mejorar la respuesta ante desastres naturales como inundaciones, incendios, terremotos o fenómenos meteorológicos extremos exacerbados por el cambio climático. Durante la presentación, los expertos han mencionado expresamente la dana de Valencia. "Las familias que viven en zonas inundables deben saber qué hacer cuando las aguas suben", ha dicho la presidenta Von der Leyen.

Bruselas llama además a prepararse ante desastres inducidos por el hombre, como accidentes industriales, fallos tecnológicos o pandemias; amenazas híbridas, como ciberataques, campañas de desinformación de potencias extranjeras o sabotaje de infraestructuras críticas; y en última instancia conflictos armados, incluyendo la posibilidad de una agresión militar contra un Estado miembro.

Sistemas de alerta temprana

La UE apoyará el desarrollo de sistemas eficaces de alerta pública temprana y comunicación de crisis por parte de los Estados miembros para llegar a todos los ciudadanos, independientemente de su ubicación, lengua o circunstancias. "Las recientes experiencias de crisis demuestran la necesidad de centrarse especialmente en poblaciones vulnerables, aquellas que sufren discriminación, pobreza y exclusión social, y personas de otros países (desde viajeros hasta trabajadores temporeros y migrantes) y la necesidad de prevenir la desinformación", reza el plan.

En particular, Bruselas plantea introducir una "función de alerta pública" dentro de la Cartera Europea de Identidad Digital, que estará disponible desde 2026, para notificaciones de emergencia. "Esto permitirá a los Gobiernos una forma sencilla y autentificada de comunicarse directamente con los ciudadanos, proporcionando advertencias y alertas", señala la estrategia. Para alertar a la población, las autoridades nacionales de protección civil podrán recurrir al servicio de gestión de emergencias de Copernicus y al servicio de alertas de emergencia de Galileo, que entrará en funcionamiento este año.

Kit de supervivencia de 72 horas

Esta es la medida del plan de Bruselas que ha suscitado una mayor polémica, aunque los nórdicos y los bálticos ya cuentan con estas guías de supervivencia. "En caso de perturbaciones extremas, el período inicial es el más crítico", alega Bruselas, que también en este caso pone el ejemplo de la dana de Valencia, que dejó sin luz ni agua a la población de la zona cero durante las primeras horas. El Ejecutivo comunitario no dice en su plan qué debe incluir el kit de supervivencia, sino que anuncia unas directrices comunes que se aprobarán en 2026, tras consultar con los Estados miembros. 

Se trata de "capacitar a los ciudadanos para que tomen medidas proactivas para prepararse para las crisis, como el desarrollo de planes de emergencia en los hogares y el almacenamiento de suministros esenciales". La comisaria de Preparación y Gestión de Crisis, Hadja Lahbib, ha publicado un vídeo con algunos productos básicos que lleva en el bolso: agua, comida envasada, linterna, una radio portátil a pilas, una navaja suiza, medicamentos esenciales y fotocopia del pasaporte, entre otros.

En Suecia, uno de los países que Bruselas pone como ejemplo en materia de preparación, el kit de supervivencia (pensado para una semana) debe incluir radio alimentada por pilas; linterna con pilas extra; botellas de agua; alimentos que no requieren refrigeración y pueden consumirse directamente o cocinarse sin agua; estufas y combustible; sacos de dormir, mantas y ropa de abrigo; velas, cerillas y lámparas de queroseno con su combustible; botiquín de primeros auxilios y farmacia casera; artículos de higiene, como toallitas húmedas y desinfectante de manos; baterías adicionales; efectivo por si las tarjetas de pago dejan de funcionar y listado en papel de teléfonos de familiares y emergencias.

Educación en riesgos

Bruselas apuesta por fomentar "una cultura de resiliencia a nivel nacional y local". Esto incluye mejorar la concienciación pública sobre los riesgos a través de campañas de sensibilización, programas educativos y recursos en línea accesibles. Se creará un Día de Preparación de la UE anual para reconocer los esfuerzos de los países, autoridades regionales y locales y comunidades para sensibilizar sobre esta cuestión.

Además, el Ejecutivo comunitario desarrollará directrices para que los planes de estudio nacionales incorporen, desde la educación infantil temprana, habilidades básicas en materia de preparación, incluyendo la "alfabetización mediática" con el objetivo de combatir la desinformación y la manipulación informativa.

La cultura de la preparación y la educación en riesgos serán también prioridades en los programas de juventud de la UE, como el Cuerpo Europeo de Solidaridad o el Erasmus+. Finalmente, la Comisión trabajará con los Estados miembros y los interlocutores sociales para aumentar el atractivo de las trayectorias profesionales en los ámbitos de la protección civil y los servicios de emergencia, incluidos la atención sanitaria y la seguridad.

Servicios esenciales

Otra de las prioridades del plan de preparación es garantizar la continuidad, incluso en caso de crisis grave, de los servicios e infraestructuras esenciales, como la asistencia sanitaria, el transporte, el agua potable, las telecomunicaciones o los servicios de la administración pública; y también el suministro de agua.

Además, Bruselas propondrá una estrategia de almacenamiento de la UE con el objetivo de garantizar el acceso constante a recursos críticos en toda la Unión. Entre ellos, equipos y materiales pa responder a emergencias; medicamentos y vacunas; materias primas fundamentales; equipos energéticos; y productos agroalimentarios.

Cooperación civil-militar

"En la mayoría de los escenarios de crisis, las autoridades civiles nacionales tienen la responsabilidad principal. En un número cada vez mayor de escenarios (por ejemplo, emergencias sanitarias, fenómenos meteorológicos extremos, ataques híbridos y ciberataques) las autoridades civiles necesitan apoyo militar. En caso de agresión armada, las fuerzas armadas requerirían apoyo civil para garantizar el funcionamiento continuo del Estado y de la sociedad. Por lo tanto, necesitamos mejorar la cooperación entre actores civiles y militares, sin cuestionar sus respectivas competencias", señala la Comisión.

Bruselas pretende establecer un marco de cooperación civil-militar en materia de preparación frente a crisis, con funciones y responsabilidades claras. También organizará periódicamente ejercicios exhaustivos de simulacro a escala de la UE (con soldados, protección civil, policía, médicos y bomberos) para poner a prueba la toma de decisiones y la coordinación. Finalmente, se reforzará la colaboración con socios estratégicos, en particular la OTAN, para contrarrestar esta amplia gama de amenazas.