
La jefa de la diplomacia de la UE, Kaja Kallas, durante la reunión de este lunes en Bruselas
Hungría cede a la presión de sus socios de la UE y levanta el veto a la renovación de las sanciones económicas contra Rusia
Budapest asegura haber recibido las garantías que necesitaba sobre seguridad energética, pese a que Bruselas no ofrece ninguna nueva medida concreta sino que publica una declaración con generalidades.
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Fumata blanca. La Hungría de Viktor Orbán ha retirado este lunes, en el último minuto, su veto a la renovación de las sanciones económicas de la Unión Europea contra el régimen de Vladímir Putin por su guerra de agresión contra Ucrania. Orbán ha acabado cediendo a las presiones de sus socios comunitarios a cambio de una simple declaración de Bruselas repleta de generalidades y sin ninguna de las medidas concretas que reclamaba Budapest.
El 'no' en solitario de Hungría a la renovación de las sanciones contra Rusia -que debe hacerse cada 6 meses- había puesto a los dirigentes de la UE al borde de un ataque de nervios en un momento crítico de la guerra. Sin sanciones, toda la estrategia de Bruselas para sostener a Ucrania y castigar al Kremlin socavando su maquinaria de guerra se derrumbaría como un castillo de naipes. En particular, el Banco de Rusia volvería a tener acceso a los 210.000 millones de euros congelados en Bélgica, cuyos beneficios se están utilizando para financiar las ayudas al Gobierno de Volodímir Zelenski.
"Hungría ha recibido las garantías solicitadas en materia de seguridad energética. La Comisión Europea finalmente se ha comprometido a proteger los gasoductos y oleoductos que abastecen a los Estados miembros de la UE", ha dicho el ministro de Exteriores, Péter Szijjártó. La Comisión también pedirá garantías a Ucrania para asegurar el suministro ininterrumpido de petróleo a la UE, asegura Szijjártó.
En las últimas semanas, Budapest ha ido cambiando de argumentos para justificar su 'no' a la renovación de las sanciones contra Rusia, que expiraban el 31 de enero. Primero reclamó esperar a la toma de posesión de Trump. Después, Orbán alegó que las medidas de la UE no habían servido para poner fin a la guerra ni para paralizar la economía rusa. Finalmente, Budapest ha esgrimido que las sanciones le han costado 19.000 millones de euros.
A cambio de levantar su veto, Orbán reclamó el pasado viernes que Ucrania restableciera el tránsito de gas ruso hacia Hungría, interrumpido desde el 1 de enero de 2025, así como garantías de que no interrumpirá el flujo de petróleo. Sin embargo, Kiev no ha hecho de momento ninguna concesión en este sentido.
En la declaración conjunta firmada por la Comisión y la Alta Representante de Asuntos Exteriores, Kaja Kallas, se habla únicamente de que Bruselas "está dispuesta a continuar las conversaciones con Ucrania sobre el suministro a Europa a través del sistema de gasoductos en Ucrania, de conformidad con las obligaciones internacionales de este país". "En este contexto, la Comisión está dispuesta a asociar a Hungría en el proceso (junto con Eslovaquia)", añade el texto.
"La Comisión se pondrá en contacto con Ucrania para solicitarle garantías sobre el mantenimiento de las transferencias de petróleo a la UE por oleoductos", concluye la declaración.