Europa SONDEO PANEUROPEO DE IPSOS

El descenso de socialistas y liberales convertirá a las ultraderechas en segunda fuerza de la Eurocámara

Los dos grupos de derecha dura, ECR e ID, negocian una posible alianza tras las elecciones del 9-J. La tradicional "gran coalición" de PPE, S&D y Renew mantendría la mayoría, pero el Parlamento y la Comisión cambiarán.

19 marzo, 2024 22:04

La potente subida de las ultraderechas va a cambiar el mapa europeo el próximo 9 de junio. Así lo augura la encuesta realizada en los Veintisiete por IPSOS en exclusiva para EL ESPAÑOL, Euronews y algunos de los principales diarios europeos.

Las formaciones conservadoras de ECR (euroescépticas y nacionalistas) y las derechas radicales de ID (autocráticas y antieuropeas) podrían sumar juntas 157 escaños, y formar así el segundo grupo del Parlamento Europeo en la legislatura 2024-2029. Se quedarían a 20 asientos de la primera fuerza, el Partido Popular Europeo (PPE).

En ECR (Conservadores y Reformistas Europeos) se puede encontrar en la actualidad a Vox, a los Fratelli d'Italia de Giorgia Meloni o a los polacos de Ley y Justicia (PiS). En ID (Identidad y Democracia), a la Alternativa por Alemania (AfD) o al Reagrupamiento Nacional francés de Marine Le Pen. No llegaron a un acuerdo en 2019, pero las negociaciones llevan tiempo abiertas entre ellos, conscientes del peso que podrían alcanzar...

En las elecciones europeas de hace cinco años, la Unión se enfrentaba a un fenómeno desconocido, el alza de los partidos de derecha extrema. Lo que se temía como una "oleada de ultraderecha" no llegó a tanto. Pero, aunque en esta convocatoria del 6 al 9 de junio ya no se espera un tsunami, la derecha dura no dejará de crecer. 

Ahora bien, la realidad es que la actual "gran coalición" que gobierna la Unión Europea seguiría vigente, atendiendo a los resultados de esta primera gran encuesta paneuropea, con un universo de casi 26.000 votantes europeos entrevistados. 

En la nueva Eurocámara (que reparte 720 escaños, en lugar de los 705 de la legislatura que se cierra), el PPE seguirá siendo la fuerza más votada, aunque perderá uno de sus actuales 178 diputados para quedarse en 177.

La Alianza de Socialistas y Demócratas (S&D) también cederá posiciones, de los 140 representantes actuales a los 136.

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Los liberales y centristas de Renew verán reducir su peso sensiblemente, pasando de 102 a 85 europarlamentarios.

Los liberales siempre habían sido la tercera fuerza en importancia, como bisagra entre el centro derecha y el centro izquierda. Pero ya en el actual ejercicio entraron en el reparto de poder (y de cargos) por derecho propio, al ser necesarios para armar una mayoría estable.

En el Parlamento Europeo que concluye mandato ahora, la "gran coalición" de los tres grupos juntos sumaban 420 de los 705 asientos, casi dos tercios de la Cámara. En el próximo, según el sondeo, mantendrán una mayoría absoluta, pero más débil: PPE, S&D y Renew unidos tendrán 398 de los 720 asientos, poco más de la mitad.

La potente subida de las ultraderechas cambiará el panorama, y le daría una oportunidad al PPE para influir más directamente sobre el gobierno de la nueva Comisión, que será presidida de nuevo por Ursula von der Leyen, con toda probabilidad.

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La política alemana fue ratificada como candidata de los populares el pasado 8 de marzo en un congreso celebrado en Bucarest. Pero los mensajes que recibió de sus compañeros (sobre todo, del líder de la formación, su compatriota Manfred Weber, y de los españoles de Alberto Núñez Feijóo) la conminaban a la rectificación. Sobre todo en políticas de transición ecológica y defensa del sector primario.

Y éste es un campo (nunca mejor dicho) en el que el centro derecha, por un lado, compite de lleno con ECR, y por otro, puede forzar mayorías alternativas de control al Ejecutivo de la UE.

Así, una suma de liberales, populares y ECR también daría una gran mayoría (338 de 720); e incluso, cambiando a los centristas por los más radicales de ID (334 de 720), el ala más a la derecha del PPE podría imponer determinadas posiciones, con el apoyo externo del ala conservadora de los No Inscritos.

Según los resultados de la macroencuesta, no habrá ninguna otra suma posible en el Parlamento Europeo que salga de los comicios de junio. Y precisamente por eso, hay otra negociación ya abierta entre S&D y los Verdes.

Este último grupo, que integra en la actualidad a Esquerra Republicana (2) y al BNG (1), también retrocederá. Los Verdes pasarán desde sus actuales 72 eurodiputados a los 55 que le otorga el sondeo de IPSOS. Pero si, finalmente, unen sus fuerzas a los socialdemócratas, lograrían ser la primera fuerza de la Eurocámara, desbancando la tradicional primacía del PPE.

Eso no eliminaría la capacidad teórica de los populares de armar alianzas victoriosas con las ultraderechas, pero sí que les pondría ente un espejo que, de palabra, rechazan: "Estamos en contra de todos los extremismos", proclamó Weber en su discurso final de Bucarest... aunque su labor de reconstrucción del partido desde su llegada a la presidencia, hace dos años, hizo más fácil el entendimiento con los menos radicales.

Por ejemplo, su sucursal italiana, la Forza Italia liderada por Antonio Tajani, gobierna el país en coalición con los hasta hace poco orgullosos "neofascistas" de Meloni.

Esa (de momento, poco probable) alianza de verdes y socialdemócratas podría, incluso, tratar de cambiar la, hasta ahora, certeza total para la reelección de Von der Leyen. Si de algo ha sido acusada la alemana por sus colegas del PPE ha sido de demasiada connivencia con las políticas progresistas. De modo que, si escucha a sus correligionarios podría perder el favor del centro izquierda.

El autócrata húngaro Viktor Orbán, que sigue al frente en Budapest, puede tener una llave inesperada. Su formación, Fidesz, fue expulsada del Partido Popular Europeo poco después de empezar la legislatura que ahora acaba. ¿Adónde irán los 12 europarlamentarios (de 21 que reparte su país) que le otorga el sondeo?

De momento, se presupone que todos ellos formarán entre los No Inscritos (una amalgama de separatistas como Carles Puigdemont, derechas e izquierdas incómodas con o para sus teóricas familias). Pero Orbán podría ser decisivo para algunas mayorías... y, por supuesto, nombrará un comisario prorruso dentro del Ejecutivo comunitario.

¿Una Comisión dividida?

Porque ése es un último detalle que no puede reflejar este primer gran sondeo paneuropeo de cara a las elecciones de junio: qué Comisión equilibrada y cohesionada se puede armar con tantas fuerzas impugnatorias al mando de los gobiernos de los Estados miembros de la UE.

Los desafíos de la próxima legislatura son existenciales para la Unión. La transición energética. La revolución tecnológica de la Inteligencia Artificial. La caída demográfica. Y la necesidad de crear una política de Defensa común (por la amenaza rusa y el retraimiento estadounidense).

Por otro lado, cómo ampliar los acuerdos de libre comercio con otras regiones del mundo y, a la vez, impulsar la competitividad industrial y salvaguardar el sector primario europeo. Y cómo no, el necesario cambio en los Tratados para abordar la siempre postergada ampliación a los Balcanes Occidentales, Ucrania y, tal vez, Moldavia.

Como siempre en la UE, el reparto de poderes tras el 9-J se hará por equilibrios ideológicos, de género, norte-sur, ricos-pobres, frontera-interiores...

Pero quien acabe presidiendo la Comisión deberá repartir las 27 carteras en función de las personas que designe, libremente, cada uno de los gobiernos actuales. Eso convertirá al nuevo colegio de comisarios en uno completamente nuevo... y, como el Parlamento, más escorado a la derecha que nunca.

Además del caso de Hungría, ya explicado, es notorio el de Eslovaquia, donde el retroceso democrático hacia la autocracia se parece cada vez más. Allí gobierna una coalición de dos partidos teóricamente socialdemócratas -acusados de gravísimos delitos de corrupción- con el muy conservador SNS

En Italia nadie espera que Meloni, la líder de Fratelli d'Italia, designe a un moderado. La única opción que tiene el tercer grande de la UE para no perder pie es marcar terreno frente a Alemania y Francia. Y ante las instituciones europeas, a las que quiere forzar a abrir la mano con las reglas fiscales y cerrar el puño con la inmigración.

También Suecia tiene presencia populista de derechas en su coalición de Gobierno. Lo mismo ocurre en Filandia y en Bulgaria.

En las últimas elecciones en Países Bajos, triunfó la ultraderecha de Geert Wilders (PVV), quien no ha logrado formar Gobierno... pero triunfará también en las europeas. El actual Ejecutivo en funciones de centro derecha deberá sobrevivir y hallar legitimidad para no designar un comisario duro

Y finalmente, Portugal, que acaba de celebrar elecciones. La victoria de la Alianza Democrática de Luís Montenegro ha sido tan ajustada sobre los socialistas que, aunque éstos se han ofrecido a facilitar la investidura, aún no está claro si la ultraderecha de Chega! quedará aislada, será un socio externo, o incluso entrará en un Gobierno de coalición.

Ficha técnica

La encuesta ha sido realizada en 18 países sobre muestras representativas de la población en edad de votar en cada país. Ha sido completada con investigaciones documentales en los 9 países restantes de la Unión Europea para representar las proyecciones de escaños.

Los países encuestados representan el 96% de la población de la Unión Europea y el 89% de los asientos del Parlamento Europeo (640 sobre 720). Un total de 25.916 personas fueron entrevistadas entre el 23 de febrero y el 5 de marzo online y por teléfono. 

Encuesta realizada por Ipsos. Es miembro de SYNTEC y ESOMAR.