El canciller alemán Olaf Scholz durante una comparecencia.

El canciller alemán Olaf Scholz durante una comparecencia. Reuters

Europa

Los espías rusos destapan las costuras de unos servicios de inteligencia alemanes obsoletos

La filtración de una conversación entre altos mandos militares ha obligado al Gobierno de Scholz a replantearse una reforma de su agencia de inteligencia.

13 marzo, 2024 03:22

Son varios los militares de alto rango alemanes que han sido víctimas de escuchas ilegales cuando discutían en una teleconferencia sobre el posible envío a Ucrania de los potentes misiles Taurus. Esta filtración ha dejado en evidencia las costuras de los servicios de inteligencia del país que ahora lidera el canciller Olaf Scholz.

"Escándalo", "vergonzoso" y hasta "catástrofe". Esos son algunos de los términos con los que se señalaba estos días a las autoridades alemanas responsables de que saliera a la luz la conversación en Rusia. En ella, esos altos cargos alemanes hablaban, entre otras cosas, de las capacidades de los misiles Taurus en caso de que estuvieran a disposición de Ucrania en su defensa frente al invasor ruso. 

Más que una "escandalosa y vergonzante catástrofe", para la inteligencia alemana, este caso ha supuesto un tremendo shock. No en vano, el influyente diario económico Handelsblatt dedicaba su última edición de fin de semana a plantear por qué "los agentes de Putin lo tienen tan fácil en nuestra casa" y por qué "los servicios secretos necesitaban un Zeitwende" con urgencia.

Sede central de los servicios de inteligencia alemanes BfV en Colonia.

Sede central de los servicios de inteligencia alemanes BfV en Colonia. BfV

Zeitwende es el término alemán –que puede traducirse como "tiempo de cambio"– que ha utilizado Scholz para referirse al giro radical en las políticas de Alemania respecto a Rusia en materia de energía, seguridad, defensa y asuntos exteriores. La primera vez que Scholz utilizó ese concepto fue a los pocos días de que Rusia iniciara su guerra de agresión contra Ucrania. 

Esa idea de cambio ha justificado que ya en 2023 Alemania se haya independizado del gas natural ruso, del que dependía notablemente. Sobre todo, el Zeitwende alude a la decisión de Scholz, por un lado, de dedicar a partir de este 2024 el 2% del PIB alemán –el tercero mayor del planeta– a financiar la defensa del país y, por otro lado, de crear un fondo especial de 100.000 millones de euros con el que tapar agujeros en un Ejército muy descuidado tras el final de la Guerra Fría. Las escuchas rusas a militares alemanes desveladas hace unos días, sin embargo, indican que Scholz también tiene que mejorar la inteligencia alemana. 

La conversación filtrada

Al menos esa era la conclusión que daban a entender los nueve periodistas del diario Handelsblatt que abordaban en un detallado artículo por qué para Alemania es un objetivo "tan fácil" para el espionaje ruso. 

En el escándalo de las escuchas a los militares alemanes que hablaban sobre los Taurus, según las explicaciones que ha dado el ministro de Defensa de Scholz, el también socialdemócrata Boris Pistorius, todo apunta a que el móvil de Frank Gräfe, General de Brigada del Ejército del Aire, fue el responsable de la fuga de información que encontraron los espías rusos. Que Gräfe usara una tecnología menos segura como la que ofrecía su teléfono móvil para una reunión virtual es un error "típico" en este tipo de filtraciones, según ha explicado Carlo Masala, profesor de política internacional en la Universidad del Ejército de Múnich. 

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En las reflexiones que este experto ha hecho en recientes intervenciones como la entrevista que ha dado al periodista del diario Bild Paul Ronzheimer, Alemania, a diferencia de Estados Unidos, Francia o Reino Unido, no dispone de sistemas de comunicación propios y seguros. "Estamos atrasados, y de esto también da cuenta el estado de la digitalización en Alemania", explicaba Masala a Ronzheimer.

Masala daba a entender que lo ocurrido con el móvil de Gräfe es síntoma en parte de que Alemania no figure entre los diez, ni entre los 15, ni entre los 20 países más digitalizados. Entiéndase con la expresión "país digitalizado" la capacidad de "introducir y explotar las tecnologías digitales que conduzcan a una transformación de las prácticas gubernamentales, los modelos empresariales y la sociedad en general", según los términos del Instituto Internacional para el Desarrollo de la Gestión (IMD), organización afincada en Lausana (Suiza).

En el ranking que elabora IMD sobre la digitalización de los países, Alemania figura en la 23ª posición, lejos del trío del podio: Estados Unidos (1º), Los Países Bajos (2º) y Singapur (3º). España figura en la 31ª posición de dicha clasificación, en la que no está Rusia.

"Poca confianza en la inteligencia"

La comunicación militar germana jaqueada por Rusia fue una conferencia mantenida en una variante Webex –programa de videoconferencias similar a Zoom– que usa el Ministerio de Defensa de Alemania. Pistorius ha hecho hincapié en que los sistemas de comunicación que usa el Ejército teutón son "seguros". Eso, sin embargo, no ha evitado que haya mandado que se refuercen esos sistemas ni que se esté produciendo una investigación interna, incluidas pesquisas preliminares con carácter disciplinario sobre los militares implicados en la conversación filtrada. 

Ahora bien, esos esfuerzos de Pistorius ya no parecen suficientes para frenar la amenaza desestabilizadora rusa. Pistorius conviene en afirmar que hay un "problema de mentalidad". A saber, un problema que podría resumirse en una falta de costumbre a estar en una situación de confrontación como la actual con Rusia. 

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Esto es algo que por lo visto ponen en tela de juicio a otras estructuras del aparato de seguridad alemán. Por ejemplo, estos días se ha señalado al Servicio Federal de Inteligencia (BND por sus siglas alemanas), único servicio de Alemania responsable del reconocimiento militar y civil en el extranjero. "Tras el final de la Guerra Fría, el aparato de seguridad fue masivamente recortado", han contado en el periódico Handelsblatt. El BND, junto al Ejército, entre otros, sufrieron esos recortes. Con todo, el diario citaba fuentes parlamentarias que daban cuenta de que en el Bundestag –la Cámara Baja alemana– hay actualmente "poca confianza en los servicios de inteligencia". 

Entre otras cosas, "a los servicios [de inteligencia, ndlr].] se les considera súper-regulados y súper-transparentes", se lee en Handelsblatt. En vista de estas apreciaciones, el BND parece sólo tener de temible el apodo de su sede: la "estrella de la muerte".

Esta aparente debilidad del BND, la falta de adaptación mental y militar a los tiempos de Guerra Fría 2.0 convierten a Alemania en un "blanco fáci" para lo que en Berlín llaman ya "guerra híbrida rusa", según la crónica local. De hecho, según temen en la Unión Demócrata Cristiana (CDU), el principal partido de la oposición en el Bundestag, hay que contar con que Rusia tenga "más material parecido" al que se filtró en la conversación de los altos cargos alemanes. Al menos esto ha dicho temer el diputado democristiano alemán Roderich Kiesewetter.

Ya en 2015, el Bundestag fue víctima de un ataque informático del que se responsabiliza al Departamento Central de Inteligencia de Rusia (GRU). Entonces, el Bundestag perdió 16 Gigas en datos, incluidos datos personales de varios diputados germanos.