André Ventura, líder de Chega, recibe la visita de Santiago Abascal, este miércoles en un acto de campaña.

André Ventura, líder de Chega, recibe la visita de Santiago Abascal, este miércoles en un acto de campaña. Efe

Europa

Quién es quién en los comicios de Portugal: de la seductora ultraderecha de Chega al enfado con Costa

El país vecino celebra elecciones anticipadas este domingo tras la dimisión del primer ministro en noviembre por un presunto caso de corrupción.

8 marzo, 2024 02:48

Portugal regresa a las urnas esta semana, y lo hace de manera anticipada: tras la dimisión del primer ministro António Costa el pasado noviembre, el presidente Marcelo Rebelo de Sousa convocó elecciones para el domingo 10 de marzo. Durante los últimos meses, la oposición a Costa ha aprovechado tanto la presunta trama de corrupción por la que el mandatario abandonó el cargo como el descontento general que ya existía hacia su Partido Socialista para lanzar una campaña que con gran probabilidad será exitosa.

La balanza parece inclinarse hacia la derecha. Muy hacia la derecha. La fe de muchos portugueses está puesta en Chega —'Basta' en español—, un partido extremista y ultraconservador que responde con promesas de cambio radical a los problemas del país más pobre de Europa occidental: la corrupción, la economía, el empleo y la inmigración.

Su líder, el excomentarista deportivo André Ventura, se ha ganado un hueco entre los líderes de la derecha dura europea: se codea con Marine Le Pen, de la Agrupación Nacional francesa, y con el presidente de Hungría, Viktor Orbán. El miércoles, su acto de campaña en la ciudad algarvía de Olhão contó con la presencia y apoyo de Santiago Abascal, presidente de Vox.

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Chega se ha consolidado como tercera fuerza política en Portugal en apenas cinco años. En las elecciones legislativas de 2022 que dieron el mando del Gobierno a Costa, el partido de Ventura tan solo obtuvo un 7,18% de los votos. Este domingo, los sondeos apuntan a que el partido de ultraderecha podría alcanzar entre el 15% y el 20% de los votos en todo el país.

Con ello, Chega pretende ser el miembro líder de la Alianza Democrática de centro-derecha, liderada hoy por un Partido Socialdemócrata en crisis después de que su gobierno regional en Madeira cayera en enero por otra presunta trama de corrupción. Sin embargo, la Alianza ha rechazado hasta la fecha estar dispuesta a negociar cualquier tipo de acuerdo con el partido de Ventura.

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En cuanto a los socialistas, no se les vaticina un gran éxito. Desde luego, no el 41,37% de votos con los que consiguieron una mayoría aplastante hace dos años. La dimisión de Costa en noviembre ha pasado factura en el partido, y la campaña de su sucesor, Pedro Nuno Santos, se ha basado en alertar del auge de Chega.

"Votar socialista" es la única opción para frenar "la ultraderecha en Portugal y su influencia en cualquier futuro gobierno", dijo el candidato a Reuters en un mitin en Setúbal. El domingo se verá si el miedo a un gobierno populista de derechas es suficiente para conseguir movilizar al votante de centro-izquierda, o si en su lugar las elecciones de este año estarán marcadas por el abstencionismo que tanto preocupa en la jefatura del Estado.

El primer ministro de Portugal, António Costa, en un mitin con Pedro Nuno Santos, el martes en Lisboa.

El primer ministro de Portugal, António Costa, en un mitin con Pedro Nuno Santos, el martes en Lisboa. Reuters

La mayoría de los sondeos de opinión sitúan a la Alianza Democrática ligeramente por delante del Partido Socialista, y a pocos escaños de una mayoría parlamentaria. Con casi un 20% de los votantes aún indecisos, los analistas afirman que el resultado del domingo está aún en el aire, y cualquiera de los dos bloques estaría cerca de gobernar la próxima legislatura.

Sin embargo, es probable que una derecha combinada y que incluya a Chega consiga los apoyos suficientes para lograr una mayoría en el Parlamento. En ese caso, estaría en manos de la Alianza Democrática dar la bienvenida a André Ventura y conformar un gobierno con la ultraderecha, o marcar la diferencia entre la derecha moderada y el extremismo de Chega aunque el precio sea un nuevo periodo de ingobernabilidad en el país vecino.