La policía moscovita detiene a uno de los que acudían a un homenaje improvisado a Navalny

La policía moscovita detiene a uno de los que acudían a un homenaje improvisado a Navalny Reuters

Europa

La familia de Navalny sigue sin recibir el cadáver mientras Putin reprime los homenajes al opositor

Más de 400 personas han sido detenidas en menos de 48 horas por asistir a los altares improvisados de homenaje que han surgido en puntos de Rusia.

18 febrero, 2024 00:22
Javier Collado Agencias

Putin está viviendo su mejor semana en varios meses, y no va a dejar que nada se lo estropee. Hace escasos días, Trump bromeaba sobre un posible respaldo si el líder ruso atacaba Europa; se ha encargado de tener las próximas elecciones sin oposición; el viernes moría uno de los símbolos de la resistencia a su régimen y el sábado los ucranianos concedían la victoria militar rusa en Avdivka

El inquilino del Palacio del Kremlin asistió desde la distancia durante el sábado a las críticas que vertieron sobre él los principales líderes mundiales desde la Conferencia de Seguridad de Munich. Como en otras ocasiones, no se molestó en responder públicamente.

Tampoco las protestas por la muerte de Alexei Navalny iban a emborronarle su éxito militar en Ucrania. Poco puede hacer sobre las distintas vigilias internacionales en honor al fallecido opositor ruso, pero sí en las que son dentro de su territorio: al menos 400 personas fueron detenidas en 32 ciudades, según ha contabilizado el colectivo por los derechos humanos OVD-Info.

[El mensaje que Navalny dejó en caso de ser asesinado: "Si me matan, es que somos increíblemente fuertes"]

Se trata de la mayor ola de arrestos ligados a motivos políticos desde hace casi año y medio, cuando en septiembre de 2022 parte de la sociedad rusa se levantó para protestar contra la movilización de reservistas para que combatiesen en la que Putin llama "operación militar especial" en Ucrania.

La mayoría de las detenciones se produjo en Moscú (49) y San Petersburgo (más de 200), los lugares donde más fuerte ha sido el respaldo a Navalny históricamente. 

[Envenenamientos, cárceles siberianas o extraños suicidios: así han desaparecido los rivales de Vladímir Putin en los últimos 25 años]

Las imágenes tomadas por las cámaras muestran a los agentes reduciendo por la fuerza, contra la nieve, a hombres que habían ido a dejar flores al memorial improvisado que se ha levantado en distintos lugares del país, o a mujeres llevadas en volandas por policías. Los altares que se montaron el viernes por la noche habían desaparecido en la mañana del sábado, que las autoridades se afanaron en desmontar y recoger durante la madrugada.

La propia OVD-Info señala que el recuento de los 340 detenidos supone la mera recopilación de datos oficiales en distintas comisarías de policía, pero sospechan que la cifra es bastante mayor. "Solo publicamos los nombres de aquellos del que tenemos conocimiento seguro y cuyos nombres pueden ser publicados, afirman.

Uno de los altares en homenaje a Navalny

Uno de los altares en homenaje a Navalny Reuters

"Síndrome de muerte súbita"

Pese a todo, Navalny quiere ganar una última batalla después de muerto, como cuenta la leyenda del Cid Campeador. Por el momento, el régimen ruso se ha negado a devolver el cuerpo a su familia, lo que despierta una nueva ola de indignación.

Según informó la portavoz de Navalny, Kira Yarmish, la madre de la víctima y su abogado acudieron en la mañana del sábado a la morgue de Salekhard, donde les habían dicho que se encontraba el cadáver, pero el edificio estaba cerrado. Tras una llamada telefónica del abogado al número que aparece en la puerta del inmueble, les aseguraron que el difunto no estaba allí.

[Yulia, la mujer de Navalny, sobre la muerte de su marido: "Putin pagará por lo que nos ha hecho"]

Más tarde, a otro de los abogados se le dijo que "la causa de la muerte no había sido establecida", por lo que se iba a proceder a un nuevo examen del cuerpo para dar los resultados la próxima semana. "Es obvio que mienten y hacen todo lo posible para evitar la entrega del cuerpo", indicaba Yarmish a primera hora de la tarde.

Pocos minutos después de asegurar a la familia que no entregarían al difunto hasta que la investigación concluyese, los responsables informaban a los abogados de que ya había terminado el proceso y que se había descartado que hubiese muerto por causas violentas. "Están mintiendo todo el tiempo, nos llevan en círculos y cubren sus pistas", lamentaba Yarmish en la red social X.

La única explicación aportada desde las autoridades rusas se limita a decir que Navalny falleció por el "síndrome de muerte súbita", y fecharon la hora de la muerte en las 14.17 (hora local) del viernes.

Pero la desaparición del símbolo no supondrá la desaparición de la lucha. "Hemos perdido a nuestro líder, pero no nuestras ideas y nuestras creencias", señalaba la propia Yarmysh a Reuters. ¿El objetivo final? Hacer de Rusia "un país plenamente democrático con elecciones justas, con un tribunal independiente, con prensa libre... Un país rico y pacífico".

Reacciones internacionales

Mientras, Occidente retomó el sábado las condenas a la muerte de Navalny que ya habían promulgado el viernes de la defunción. Varios países mencionaron al símbolo opositor ruso pidiendo que se esclarezcan las causas de la muerte y reiterando la acusación de culpabilidad sobre Putin.

['Polar Wolf Prison', la cárcel donde ha muerto Navalny: un infierno ártico para los enemigos de Putin]

Por su parte, durante la reunión del G-7 del sábado, los ministros de Exteriores de los países que conforman el grupo también aludieron a él durante su comunicado final: "[Los países] expresaron su indignación por la muerte bajo custodia de Alexei Navalny, condenado injustamente por actividades políticas legítimas y por su lucha contra la corrupción". 

El ministro de Exteriores británico y antiguo primer ministro, David Cameron, dijo en declaraciones a Sky News que "debería haber consecuencias cuando se producen atropellos a los derechos humanos como este". Previamente, Reino Unido había mostrado vía diplomática que hacía responsable al régimen ruso de la muerte de Navalny, a lo que Rusia respondió tildando de inaceptable que Gran Bretaña interfiriera en sus asuntos internos.