Miembros de la brigada ucraniana Bureviy disparan un mortero, el 8 de noviembre en la región de Kiev.

Miembros de la brigada ucraniana Bureviy disparan un mortero, el 8 de noviembre en la región de Kiev. Reuters

Europa

La ineficaz contraofensiva y la sombra de Gaza: el año que Ucrania se convirtió en una guerra de desgaste

El estancamiento del conflicto y el giro de la atención hacia Oriente Medio han deteriorado la financiación de EEUU y otros aliados a Kiev.

24 diciembre, 2023 02:40

La guerra de Rusia contra Ucrania ha vivido su segundo año este 2023. Los avances en el campo de batalla han sido lentos: la contraofensiva de Kiev no fue muy provechosa y el liderazgo ruso se desmoronó tras el motín del Grupo Wagner a principios de verano. Además, a partir del 7 de octubre el conflicto ha cedido protagonismo a la invasión israelí de Gaza. Pese a todo, tanto Vladímir Putin como Volodímir Zelenski hacen un balance positivo de los últimos doce meses.

Es cierto que Zelenski tiene alguna alegría con la que despedir el año: la semana pasada, los Estados miembro acordaron iniciar negociaciones para la adhesión de Ucrania a la UE. Pero, más allá de esta esperanza —que no promete materializarse pronto—, la realidad de la guerra es desoladora. Este 2023, Kiev no ha conseguido los avances que había prometido a comienzos de año. El 4 de junio se lanzó la ansiada contraofensiva, que tenía por objetivo llegar al mar de Azov y dividir las líneas rusas en el sur del país. Pero las tropas ucranianas, equipadas de tanques y armas occidentales, se toparon con campos minados y un enemigo atrincherado en múltiples líneas de defensa.

La contraofensiva de este verano apenas permitió recuperar alguna aldea y confirmar el tono de la guerra: un conflicto de desgaste en el que Kiev no lograba hacer mella en las fuerzas rusas. Este estancamiento ha propiciado un clima de hastío en Estados Unidos, el mayor aliado de Zelenski. Este invierno, el Congreso ha debatido el futuro de la financiación a Ucrania sin mucho afán de incrementarla, especialmente después de que Israel —que también ha requerido de ingentes cantidades de ayuda estadounidense— emprendiera su invasión a Gaza el pasado mes de octubre. El pasado 12 de diciembre, Zelenski visitó Washington para pedir más apoyo. El líder ucraniano volvió a Kiev con 200 millones de dólares de las reservas del Pentágono, pero sin la financiación adicional del Congreso. Este miércoles, los líderes del Senado estadounidense dijeron que cualquier apoyo militar a Ucrania se aplazará hasta 2024.

Zelenski da una rueda de prensa tras el anuncio de las negociaciones de adhesión de Ucrania a la UE.

Zelenski da una rueda de prensa tras el anuncio de las negociaciones de adhesión de Ucrania a la UE. Reuters

Por su parte, la operación especial rusa tampoco ha seguido el curso que el Kremlin esperaba. Por mucho que la ministra rusa de Exteriores, María Zajárova, celebrara el miércoles un "giro fundamental" en su confrontación con Occidente a lo largo del año que termina, Moscú ha encontrado dificultades en los últimos doce meses de guerra. La principal: el motín organizado desde Rostov del Don por Yevgueni Prigozhin, líder del grupo mercenario Wagner que proporcionaba a la mayoría de combatientes para el frente.

Los hombres de Prigozhin, prestos para tomar Moscú y reorganizar el mando de la guerra, acabaron por retirarse a las puertas de la capital el 24 de junio, el segundo día de la sublevación. Su líder se exilió a Bielorrusia, y orquestó desde allí las operaciones de Wagner durante dos meses más. Dos meses exactos: el 23 de agosto, Prigozhin murió a bordo de un avión que se estrelló entre Moscú y San Petersburgo. Las causas de la muerte del líder de los insurrectos aún no han sido dilucidadas. Sí que, un día después de su muerte, Putin dijo con picardía: "Prigozhin ha cometido graves errores en su vida".

Durante los meses de guerra, Prigozhin había desafiado a la jefatura de guerra del Kremlin, siempre en rotación. Su principal enfrentamiento fue con el ministro de Defensa, Serguéi Sheigú. El líder de Wagner había usado las cárceles rusas como cantera de combatientes, pero tras asumir el cargo en enero Shoigú le impidió el acceso a las prisiones y a las municiones que necesitaba. Incluso durante el motín de junio, Prigozhin insistió en que no tenía problemas con Putin —su patrocinador más importante— y que sólo discrepaba con el Ministerio de Defensa.

Ahora, el futuro de Wagner sigue cambiando: Putin ha intentado de diversas formas integrar las tropas en el Ejército del Kremlin. Al mismo tiempo, ha designado desde Moscú a Andrei Troshev como nuevo líder del grupo mercenario privado. Putin parece haber superado la espina de Prigozhin, y su principal preocupación la segunda mitad de año ha sido conseguir aliados, municiones y soldados ante la escasez de material bélico este segundo año de guerra. Esto ha llevado a Moscú a cerrar acuerdos con países como la Corea del Norte de Kim Jong Un, a quien Putin recibió en Vladivostok a mediados de septiembre.

La falta fue también de recursos humanos. En la batalla de Bakhmut, aún en curso, las fuerzas rusas han perdido a 100.000 hombres, según datos de la OTAN. Ha sido un reto para el Kremlin asegurarse unas reservas sólidas de combatientes sin recurrir a un reclutamiento nacional, una medida que resultaría impopular entre la población rusa. En cualquier caso, este 2023 se han asumido más derrotas que conquistado victorias, tanto del lado ucraniano como del ruso.