Miembros del servicio ucraniano asisten a ejercicios militares cerca de Bakhmut.

Miembros del servicio ucraniano asisten a ejercicios militares cerca de Bakhmut.

Europa

La 'defensa elástica': así está frenando Rusia la contraofensiva de Ucrania en el frente sur

Los expertos sostienen que la táctica de ceder terreno para luego atacar está frustrando los ataques ucranianos. "Es efectiva, pero también desgasta a los rusos", explica Jordan Cohen, analista del CATO Institute, a EL ESPAÑOL.

5 octubre, 2023 02:50

"Éxitos parciales". "Pequeños avances". "Progresos constantes". Son muchas las expresiones que se emplean para describir una misma realidad: que desde que en junio arrancó la contraofensiva, Ucrania apenas consigue liberar unos pocos kilómetros del territorio ocupado por Rusia con cada nuevo empuje. Este mismo miércoles, el Estado Mayor de Kiev aseguró que se habían conseguido "éxitos parciales" en el sur de la ciudad de Bakhmut (en el frente este) y en la zona oriental de la línea de contacto de la región de Zaporiyia (en el sur). 

Es precisamente en esos dos puntos donde las fuerzas ucranianas llevan semanas peleando metro a metro. Intentan repetir la operación que en agosto les permitió reconquistar la pequeña aldea de Robotyne. Un movimiento que no sólo se convirtió en la mayor victoria territorial conseguida en los últimos meses, sino que poco después (con el cerco a la vecina Verbove) constató que las tropas de Volodímir Zelenski habían logrado abrir una brecha en lo que se conoce como línea Surovikin, principal flanco defensivo de Rusia en el sur. 

Tres líneas de fortificaciones que incluyen complejas trincheras, campos minados, filas de pirámides antitanque (conocidas como dientes de dragón) y nidos de artillería que han dificultado el avance ucraniano hacia Melitopol, ciudad crucial para llegar a la península de Crimea, objetivo primordial de Kiev. Pero con la infraestructura hay también una estrategia. Y es esta la que, según sostienen expertos como los del Institute for the Study of War (ISW) o los consultados por el New York Times (NYT) en un reportaje, una de las razones por la que los movimientos ucranianos están siendo "más lentos de lo esperado".  

Miembros del servicio ucraniano asisten a ejercicios militares cerca de Bakhmut.

Miembros del servicio ucraniano asisten a ejercicios militares cerca de Bakhmut. Reuters

La manera en la que las fuerzas rusas están frenando los avances ucranianos se conoce como defensa elástica. Una estrategia militar basada en "ceder terreno para luego contraatacar", resume el NYT. Todo para retrasar, en lugar de frenar, el avance contrario y provocar por el camino numerosas bajas y un profundo desgaste. "Normalmente, una primera línea de tropas rusas responde al ataque inicial, pero luego retrocede hasta las posiciones defensivas que construyeron y prepararon durante el pasado otoño", describe Jordan Cohen, analista de Defensa y Política Exterior del think tank estadounidense Cato Institute.

Así, las fuerzas ucranianas consiguen avanzar centenares de metros, pero no por mucho tiempo. "Por el camino tienen que atravesar campos de minas, sortear trincheras complejas y ataques con drones y de artillería, lo que debilita enormemente a las tropas. Y luego, cuando los rusos consideran que es el momento adecuado lanzan un contraataque que las hace retroceder a la posición inicial, por lo que parecía una ganancia pronto deja de serlo", detalla el experto en su conversación con EL ESPAÑOL. 

"Paso a paso"

La estrategia, sin embargo, está lejos de ser nueva. Según recuerda Cohen, se utilizó ampliamente durante la Primera Guerra Mundial y posteriormente en batallas de la Segunda Guerra Mundial como la que tuvo lugar en Kursk en 1943. "La defensa elástica es altamente efectiva, pero también implica un desgaste para los soldados rusos que tienen que defender, correr y atacar sin apenas descansar", detalla. Y concluye: "Para este viaje de ida y vuelta hay que estar coordinado, lo que no siempre sucede y, por tanto, se convierte en una ventaja para Ucrania".

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En este sentido, el experto del Cato Institute sostiene que el mayor reto que tiene ahora el ejército de Kiev es sortear los obstáculos plantados entre puestos defensivos. Esa es precisamente, la principal preocupación del presidente ucraniano. Este miércoles, Volodímir Zelenski aseguró en una entrevista al canal italiano Sky TG24 que "a pesar de la fatiga, la contraofensiva continúa" y que sus soldados "hacen todo lo posible, paso a paso, para repeler al enemigo".

Asimismo, el mandatario reconoció que los principales retos de cara al segundo invierno de la guerra, cuando el hielo y el barro vuelvan a dificultar los avances sobre el terreno, son los campos de minas, y la escasez de sistemas y proyectiles de defensa antiaérea. Zelenski aprovechó también para pedir a los aliados que continúen con su apoyo para que Ucrania "no pierda la iniciativa en el campo de batalla".