Valdis Dombrovskis, Josep Borrell y Jutta Urpilainen, durante la rueda de prensa de este miércoles

Valdis Dombrovskis, Josep Borrell y Jutta Urpilainen, durante la rueda de prensa de este miércoles Comisión Europea

Europa

El bloqueo con Mercosur complica el acercamiento entre la UE y América Latina que quiere Sánchez

Borrell lamenta el "largo lapso" de ocho años sin cumbres entre las dos regiones y apuesta por un "reencuentro".

8 junio, 2023 03:08
Bruselas

La cumbre entre la Unión Europea y América Latina que se celebrará en Bruselas los días 17 y 18 de julio (apenas cuatro días antes de las elecciones anticipadas) será uno de los momentos culminantes de la presidencia española del Consejo. Pedro Sánchez se ha marcado como prioridad impulsar un mayor acercamiento económico, comercial y sobre todo político entre los dos bandos tras casi una década de frialdad: la última reunión de este tipo fue en 2015. Pero el bloqueo del acuerdo comercial entre la UE y Mercosur podría hacer descarrilar los planes del presidente del Gobierno.

"Nadie duda del interés mutuo que tenemos, nadie duda de la intensidad de nuestras relaciones humanas, de la enorme inversión que las empresas europeas han hecho en América Latina. Y sin embargo, la dimensión política de esta relación se ha ido dejando ir, por razones seguramente imputables a ambas partes", ha explicado el jefe de la diplomacia de la UE, Josep Borrell, durante la presentación este miércoles de la Nueva Agenda para reforzar la asociación de la UE con América Latina y el Caribe, el documento que servirá de base de discusión para los líderes.

Entre las causas de este distanciamiento, Borrell ha citado la "fragmentación política (en América Latina) con el caso de la crisis política en Venezuela o la deriva autoritaria en Nicaragua". Por su parte, Europa "ha estado absorbida por problemas más acuciantes como el Brexit o la crisis migratoria". Además, desde la última ampliación su "centro de gravedad geográfico y político" se ha desplazado "más hacia el Este".

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"Sin darnos cuenta, el tiempo ha ido pasando y no hemos elevado nuestra relación política al nivel que merece", sostiene el Alto Representante para la Política Exterior. En estos momentos, el cambio político en muchos países latinoamericanos y las nuevas circunstancias geopolíticas marcadas por la guerra en Ucrania y el auge de China "han acelerado la toma de conciencia de que Europa no puede ser un actor geopolítico si no toma en consideración la relación con América Latina", ha insistido.

Dentro de esta Nueva Agenda, concluir el acuerdo con Mercosur (Argentina, Brasil, Paraguay y Uruguay) "es una prioridad para la UE, ya que esto acercaría a las dos regiones en una asociación en la que todos ganan, que crea oportunidades para un mayor crecimiento, apoya al empleo e impulsa el desarrollo sostenible", señala el documento.

El pacto de libre comercio entre la UE y Mercosur se cerró de forma provisional en junio de 2019 tras 20 años de negociaciones, pero desde entonces ha quedado varado por las reticencias de los dos bloques. En Europa, Francia e Irlanda (que quieren proteger a su industria cárnica) reclaman nuevas garantías medioambientales. En Mercosur, la presidencia del ultra Jair Bolsonaro en Brasil (acusado de desproteger la Amazonia) impidió cualquier avance.

Sin embargo, el regreso al poder de Luiz Inácio Lula da Silva, al que en Bruselas sí se considera un socio fiable, tampoco ha servido para desbloquear las negociaciones. Lula rechaza que las empresas europeas vendan sin restricciones productos y servicios al sector público de su país y exige renegociar el acuerdo de 2019. "Si no aceptan la posición de Brasil, no hay acuerdo", dijo la semana pasada.

"La recomendación de la Comisión es no reabrir el acuerdo. Se ha negociado durante mucho tiempo y logra un equilibrio económico minuciosamente diseñado. Si lo reabrimos ahora y perturbamos este equilibrio, eso conduciría de nuevo a largas negociaciones con un resultado incierto", le ha respondido este miércoles el vicepresidente económico del Ejecutivo comunitario, Valdis Dombrovskis. 

Bruselas ha enviado a los países de Mercosur una propuesta para reforzar las garantías medioambientales del pacto (especialmente en materia de lucha contra la deforestación), cuyo objetivo es superar las reservas de Francia o Irlanda. Y espera ahora recibir en breve una contraoferta del otro lado del Atlántico.

Josep Borrell, durante la rueda de prensa de este miércoles en Bruselas

Josep Borrell, durante la rueda de prensa de este miércoles en Bruselas Comisión Europea

¿Es factible que el acuerdo se cierre definitivamente durante la cumbre UE-América Latina en julio? "Si todos los elementos encajan en su lugar, eso está al alcance de la mano. Pero en cualquier caso consideramos que la cumbre será un momento importante para movilizar apoyo político en favor de este acuerdo. Así que, en cualquier caso, al menos debemos realizar progresos significativos en la cumbre, fijar una hoja de ruta clara hacia su finalización", sostiene Dombrovskis. 

Bruselas también quiere dar un impulso al acuerdo ya concluido con Chile y a la modernización del pacto con México. "Estos acuerdos pueden aportar beneficios reales. Sólo el año pasado, el comercio de la UE con México y Mercosur fue de 240.000 millones de euros, lo que representa el 65% del comercio total con la región. Pero podemos hacer mucho más", ha señalado el vicepresidente.

Estos acuerdos le sirven además a la UE para desengancharse de la dependencia respecto a China en materias primas y diversificar el abastecimiento. Bruselas trabajará con aquellos países latinoamericanos interesados en el establecimiento de un Club Mundial de Materias Primas Críticas, cuyo objetivo es reunir a los países consumidores y a los ricos en recursos para fortalecer las cadenas de suministro. Para preparar la cumbre de julio, la presidenta Ursula von der Leyen tiene previsto viajar a la región la semana que viene.