Europa

El otro drama del terremoto: 150.000 sin techo ni comida y sin tiempo para más rescates

El Gobierno turco del presidente Recep Tayyip Erdogan ha declarado tres meses de estado de emergencia en las diez provincias afectadas.

8 febrero, 2023 03:41

El devastador terremoto registrado en la madrugada del lunes en el sureste de Turquía y en el norte de Siria ha dejado ya más de 7.800 muertos. Y mientras tanto, los equipos de rescate siguen trabajando contrarreloj en las duras condiciones del frío invierno para sacar de los escombros de los edificios derrumbados a los supervivientes.

A medida que la magnitud del desastre era cada vez más evidente, los peores presagios hacían temer que el número de muertos aumentara considerablemente, tal y como ha sucedido. Un funcionario de la ONU ha señalado a Reuters que miles de niños podrían haber muerto por culpa de los seísmos.

El presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, ha declarado el estado de emergencia en 10 provincias. Pero los residentes de varias ciudades turcas afectadas por los temblores han expresado su enfado y desesperación porque consideran que las autoridades han respondido de una forma lenta e inadecuada ante el terremoto más mortífero que ha azotado a Turquía desde 1999. El peor del siglo XXI.

["Sáqueme y seré su esclava": 17 horas protegiendo a su hermano bajo los escombros de Turquía]

"No hay ni una sola persona aquí. Estamos bajo la nieve, sin hogar, sin nada", se quejaba Murat Alinak, cuya casa en Malatya (ciudad situada al sureste de Turquía) se derrumbó y cuyos familiares están desaparecidos. "¿Qué debo hacer, adónde puedo ir?", se preguntaba.

Decenas de miles de personas se han quedado sin techo tras la catástrofe. Los últimos datos señalan que al menos 150.000 han perdido sus hogares y están viviendo a la intemperie. Sin agua y sin comida. Y por otra parte, se agota el tiempo para rescatar a quienes aún yacen con vida bajo los escombros. Setenta y dos horas es el tiempo estimado que una persona puede permanecer con vida bajo los cascotes en condiciones normales, según indican los trabajadores de los equipos de rescate.

Dos personas caminan por las calles de la ciudad de Antakya, en la provincia de Hatay (Turquía).

Dos personas caminan por las calles de la ciudad de Antakya, en la provincia de Hatay (Turquía). Reuters

Al terremoto de magnitud 7,8 del lunes, le siguió horas después otro casi igual de potente y poderoso. Y posteriormente hubo cientos de réplicas. Miles de edificios acabaron derribados al instante; incluidos hospitales, escuelas y bloques de apartamentos. A eso hay que sumar decenas de miles de heridos e innumerables personas sin hogar tanto en Turquía como en el norte de Siria.

Hasta el momento, se han contabilizado 435 réplicas de menor intensidad en las zonas afectadas en las que trabajan más de 60.000 personas en tareas de rescate y desescombro, en un dispositivo que cuenta con más de 100 aviones y helicópteros desplegados.

Asimismo, el terremoto ha dejado un total de 5.775 edificios derruidos. Las réplicas y las bajas temperaturas complican las tareas de rescate y reducen las posibilidades de encontrar supervivientes a medida que pasan las horas.

En Siria, inmersa en una guerra civil desde hace doce años, la información sobre víctimas proviene, por un lado, del Gobierno de Bachar al Asad y, por otro, del último enclave del país controlado por la oposición. El recuento total señala que en este país han muerto 1.832 personas y otras 3.849 han resultado heridas.

[Llueve sobre mojado en Siria: el terremoto aboca al norte a una nueva crisis humanitaria]

Puri Beltrán ha hablado con Celia Román Gámez, responsable médica de Médicos Sin Fronteras (MSF) para Oriente Próximo. Esta organización ha enviado equipos desde España a Turquía, mientras que otros equipos estaban ya en Siria desde el inicio del conflicto. 

Celia Román ha explicado a EL ESPAÑOL que MSF lleva "varios años trabajando en el norte de Siria", donde operan "en 23 estructuras de salud". "Allí es necesario suministrar medicamentos, material quirúrgico, medicinas y personal médico para que trabajen en los hospitales", señala Román Gámez. "Las pocas estructuras de salud que quedaban en pie están colapsadas por el flujo de heridos que están llegando y otras han quedado completamente destruidas después del terremoto", cuenta.

Vista aéra de la destrucción causada por el terremoto en Alepo (Siria).

Vista aéra de la destrucción causada por el terremoto en Alepo (Siria). Reuters

Por eso son necesarias las "donaciones de kits de primera necesidad: mantas, colchones, ropa para niños y ropa para adultos, material para la cocina... La mayor parte de la gente está ahora en la calle, porque esta gente tiene miedo de volver a sus casas por miedo de que se derrumben", relata Román Gámez sobre la situación en Siria.

"Además de la ayuda médica también se está ofreciendo abrigo y material a estas personas, que están sufriendo temperaturas bajo cero y con nieve mientras ellas se encuentran a la intemperie, porque no tienen a dónde ir", subraya.

"La destrucción es masiva y llueve sobre mojado, porque en Siria llevan 11 años en guerra, después vino la pandemia de Covid y ahora están sufriendo una epidemia de cólera... la situación es de extrema vulnerabilidad hoy en día", insiste la responsable médica de MSF para Oriente Próximo.

Ya antes de los seísmos, Siria sufría su peor crisis humanitaria desde el estallido de las revueltas contra Damasco en 2011 y el posterior inicio de la guerra, con el 90% de la población sumida en la pobreza, desabastecimientos de productos básicos y millones de personas desplazadas.