Europa

Putin se asocia con el 'general invierno': el 80% de Kiev se queda sin agua ni luz durante horas

Miles de ciudadanos se enfrentan a los cortes de suministro mientras el ejército ruso espera la caída de las temperaturas. 

1 noviembre, 2022 02:10

Vladímir Putin ha vuelto a pagar su frustración por las derrotas en el campo de batalla con la población civil. A primera hora del lunes, una lluvia de misiles rusos comenzó a caer sobre Kiev y Járkov, y sobre distintos puntos de regiones como Zaporiyia, Odesa o Dnipro. Algunos -44, según el ejército ucraniano- fueron interceptados por los sistemas de defensa aérea. Otros, en cambio, llegaron a su objetivo: las infraestructuras energéticas del país.

Durante más de 24 horas, sólo en la capital ucraniana, más del 80% de la población no ha tenido acceso a agua potable y 350.000 apartamentos se habían quedado sin electricidad, según el alcalde de la ciudad, Vitali Klichko.

El propio regidor confirmó el martes 1 de noviembre que se había conseguido restablecer el servicio gracias, entre otras circunstancias, a la ayuda internacional. Sin embargo, pasaron horas en las que los ciudadanos se vieron obligados a hacer cola pacientemente para poder llenar garrafas y botellas de plástico en las pocas fuentes públicas que funcionan. 

Tras la voladura a mediados de octubre del puente de Kerch, que une Rusia con Crimea, el ejército del Kremlin ya bombardeó con misiles de largo alcance más de una decena de urbes, en su mayoría alejadas de la línea de frente, provocando graves daños en edificios residenciales y centrales hidroeléctricas. Concretamente en el ataque de este lunes 450 torres de telefonía móvil sólo en Kiev se vieron afectadas.

En esta ocasión, la venganza de Putin viene motivada por un presunto ataque ucraniano con drones a buques rusos en la bahía de Sebastopol. Un episodio que también ha aprovechado para justificar su salida del pacto con Naciones Unidas y Turquía para la exportación de cereales a través del mar Negro.

Los bomberos trabajan para apagar un incendio en las instalaciones de infraestructura energética, dañadas por un ataque con misiles rusos en la región de Kiev en Ucrania.

Los bomberos trabajan para apagar un incendio en las instalaciones de infraestructura energética, dañadas por un ataque con misiles rusos en la región de Kiev en Ucrania.

Han pasado más de 250 días de guerra y Putin ha cambiado de estrategia en numerosas ocasiones, aunque sigue siendo incapaz de frenar la contraofensiva ucraniana. Esta nueva descarga de proyectiles sobre los civiles podría considerarse parte de una nueva táctica orientada a atemorizar a la población. Sin embargo, no es casualidad que el presidente ruso haya decidido dejar a los ucranianos sin electricidad, agua, internet o calefacción justo ahora que se acerca el 'general invierno'

Un aliado histórico

Hace ya semanas que Moscú mira al cielo, confiando en que noviembre traiga consigo una drástica caída de las temperaturas y precipitaciones en forma de nieve y lluvia. Porque el clima influye, a veces de forma decisiva. Y para Rusia el gélido invierno siempre ha sido un aliado, como cuando frustró el intento de la Alemania de Hitler de tomar la URSS durante la Segunda Guerra Mundial. 

[Así impactaron los drones ucranianos en el buque insignia de la flota rusa: el vídeo del ataque]

Con el frío y las heladas se endurece el terreno y complica la movilidad de los vehículos pesados. Cuando llega la nieve, esta se convierte en barro, inunda las trincheras y hace casi imposible el desplazamiento de cualquier ejército. El ritmo de la guerra se ralentiza sustancialmente para ambos bandos. Y eso, para un ejército ruso en número rojos es prácticamente una bendición, ya que le permitiría preparar (en tiempo récord, eso sí) a los 300.000 reservistas movilizados y reconstruir su línea de defensa en varios frentes. 

Si a eso se le suma un "enemigo" sin acceso a agua, electricidad y calefacción, las opciones de remontar aumentan. Quizá por eso, sin descartar una estrategia de terror, Moscú haya optado por atacar el sistema energético de Ucrania, ya debilitado por el golpe anterior.  

"Quiero pedirles a los emigrados que no vuelvan. Necesitamos sobrevivir al invierno"

Viceprimera ministra ucraniana, Iryna Vereshchuk

El país entero se enfrenta a una tremenda crisis energética y el Gobierno ucraniano teme que los ataques rusos imposibiliten la supervivencia de la población durante los meses de frío. La viceprimera ministra, Iryna Vereshchuk, se vio incluso obligada a pedir a los refugiados que se encuentran fuera del país que no regresen. "Quiero pedirles que no vuelvan. Necesitamos sobrevivir al invierno", dijo durante una entrevista la cadena de televisión nacional.

Por su parte, el presidente ucraniano, Volodímir Zelenski, solicitó a sus ciudadanos que traten de ahorrar toda la electricidad posible en su día a día. Además, el ministro de Energía, German Galushchenko, anunció que se recortaría la frecuencia de algunos servicios de transporte públicos para reducir el gasto energético, entre otras medidas.