Angela Merkel y el cuadro Brecher de Emil Nolde.

Angela Merkel y el cuadro "Brecher" de Emil Nolde.

Europa ALEMANIA

Merkel descuelga sus cuadros favoritos de su despacho tras saberse que el autor era un nazi

Hasta ahora ha estado decorado con obras de Emil Nolde, un ex miembro del partido nazi y vehemente defensor de las ideas de Adolf Hitler.

12 septiembre, 2019 02:14
Berlín

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Los cuadros firmados por el maestro expresionista alemán Emil Nolde que Angela Merkel tenía en su despacho de la Cancillería Federal ya no están colgados allí. Uno de ellos, titulado Brecher o “Olas”, se ha podido ver durante los varios meses que ha durado la exposición “Emil Nolde: una Leyenda. El artista en el nacionalsocialismo”.


La canciller había prestado ese cuadro y el lienzo también de Nolde “Jardín floral en Alsen” a esa exposición que acoge el museo de arte contemporáneo Hamburger Bahnhof desde abril hasta el próximo domingo. La muestra versa sobre la vida y obra de Nolde. En principio, esos dos lienzos debían volver a la Cancillería Federal. Sin embargo, después de que la exposición haya dejado clara la comunión con el nazismo del pintor germano, los cuadros no volverán al lugar de trabajo de Merkel.


Esas dos obras han decorado las dependencias de la jefa del Gobierno germano prácticamente desde ella que entró en la Cancillería Federal. “Olas”, por ejemplo, estuvo colgado entre 2006 y 2013 en el despacho de Merkel. “ Jardín floral en Alsen”, por su parte, sirve de fondo para uno de los retratos de la canciller en su despacho que más han circulado de un tiempo a esta parte en la prensa alemana. Se trata de una fotografía de Michael Kappeler, de la agencia alemana DPA.

Admiración declarada


Merkel ya había dejado declarada para la revista especializada Art su admiración por los cuadros del pintor expresionista. Se dice que Nolde es el pintor favorito de la canciller. “Emil Nolde ha logrado crear una maravillosa representación de un espectáculo natural gigante”, afirmaba la canciller a cuenta de los paisajes costeros que, como “Olas”, firmó en su día Nolde.


La presencia de los cuadros en la Cancillería Federal ha sido algo celebrado por los responsables de velar por el legado artístico de Nolde. Christian Ring, presidente de la Fundación Ada y Emil Nolde, organización que lleva el nombre del pintor y el de su esposa, manifestaba en su día que el arte del maestro expresionista alemán estaba también para disfrutarlo. “Me encanta que sus obras estén a su lado en la Cancillería Federal”, según Ring.

No obstante, ahora parece que el propio Ring ha facilitado que se descuelguen para siempre las obras de Nolde en la Cancillería Federal. Su fundación está detrás de muchas de las nuevas investigaciones sobre Nolde que se presentan en “Emil Nolde: una Leyenda. El artista en el nacionalsocialismo”. La muestra no alberga lugar a dudas sobre el compromiso con el nazismo que guió la vida del pintor. Nolde fue miembro del partido nazi desde 1934.

Un visitante observa la obra Familia de Emil Nolde en la exposición Emil Nolde. Una leyenda alemana.

Un visitante observa la obra "Familia" de Emil Nolde en la exposición "Emil Nolde. Una leyenda alemana. Efe

Ideas antisemitas

En la exposición de Berlín queda claro que a principios de los años 30, Nolde ya había adoptado ideas antisemitas como la del “bolchevismo judío”. Además, “reflexionaba en una carta sobre su relación con la cultura capitalista de los judíos urbanos”, se lee en una de las vitrinas de la muestra berlinesa. En ellas se ven también reproducciones y originales de esas cartas.


Las relación epistolar que Nolde mantuvo con su mujer, Ada, cuando ésta tuvo que ser hospitalizada a principios de los años cuarenta son un mejor testimonio de cuán fiel fue el pintor a la ideología nazi. En esas cartas, Nolde describe la Segunda Guerra Mundial como una “guerra judía”. “Esta espantosa guerra fue iniciada y financiada por un puñado de judíos sonrientes escondidos detrás de los grandes gobiernos y bancos de este mundo”, escribiría Nolde a su mujer, por ejemplo un 25 de mayo de 1943.


Muerto Adolf Hitler, a quien también escribiría en su día el propio Nolde sin mucho éxito porque el arte expresionista nunca fue del gusto del Führer, el pintor logró reinventarse y hacer que todo el mundo lo mirara como lo que nunca fue. Al terminar la Segunda Guerra Mundial se presentó como una víctima del nazismo, apoyándose, entre otras cosas, en que sus lienzos fueron considerados en su día “arte degenerado” por el III Reich.


Un puñado de documentos – como los expuestos en Berlín – se salvaron de la limpieza biográfica acometida por el maestro expresionista. A partir de 2013, cuando Christian Ring llegó a la presidencia de la Fundación Ada y Emil Nolde, empezaron a estudiarse. Son pruebas concluyentes del compromiso de Nolde con el nazismo.


El fin de 'la relación'


Antes de que abriera la exposición “Emil Nolde: una Leyenda. El artista en el nacionalsocialismo”, los expertos ya estaban dando cuenta de que el pintor era un “nacionalsocialista convencido, un antisemita y un racista”, según los términos con los que se refería a Nolde a finales de marzo en la emisora de radio pública Deutschlandfunk Felix Krämer, director general del Museo Palacio de Arte de Düsseldorf. Para Krämer es muy cuestionable que las obras de un nazi como Nolde decoren la Cancillería Federal.


“Es importante que los cuadros estén expuestos en los museos y que nos hagan ser conscientes de nuestra historia. Pero me imagino recibir a mandatarios del extranjero, en ocasiones de países a los que Alemania arrasó, bajo un cuadro de un nazi convencido y no estoy seguro de si es la mejor elección”, reflexionaba Krämer.


Pocos días después de generalizarse en los medios este tipo de mensajes sobre el pintor, en la Cancillería Federal se informaba a los trabajadores de que los cuadros no volverían a las dependencias de la canciller, según ha revelado el periódico berlinés Der Tagesspiegel. Merkel y compañía dan por terminado el préstamo por el cual “Olas y “Jardín floral en Alsen” han estado decorando la sede de la jefatura del Gobierno alemán.


Es el fin de la relación entre “la canciller y el artista nazi”, ha titulado Der Tagesspiegel a la hora de informar sobre los manejos en la Cancillería Federal para sacar de allí las discutidas obras de Nolde. Oficialmente, las obras volverán a la colección Fundación de la Herencia Cultural Prusa, propietaria de los lienzos. La fundación ya había realizado una solicitud para tenerlos de nuevo. “La canciller ha llegado a la conclusión, por el momento, de que la pared, sin una nueva obra de Nolde, está bonita y la dejará así”, concluyen en declaraciones a EL ESPAÑOL fuentes de la Cancillería Federal.