El ministro de Blair para Europa cree que Gibraltar quedará aislado tras el 'brexit'

El ministro de Blair para Europa cree que Gibraltar quedará aislado tras el 'brexit'

Europa Denis MacShane

"Gibraltar es británico igual que Ceuta y Melilla son españolas"

El ministro para Europa de Tony Blair cree que el Peñón quedará aislado tras el brexit y que la UE cuestionará sus ventajas fiscales.

23 abril, 2017 01:58
Bruselas

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El ex ministro británico de Asuntos Europeos Denis MacShane (Glasgow, 68 años) cree que la soberanía compartida que el Gobierno de Mariano Rajoy reclama para Gibraltar nunca será una realidad, incluso pese a la situación de aislamiento en que quedará el Peñón tras la salida de Reino Unido de la Unión Europea. "Gibraltar es británico de la misma forma que Ceuta y Melilla son españolas", sostiene desde Londres en una conversación telefónica con EL ESPAÑOL.

MacShane fue ministro para Europa entre 2002 y 2005 en el Gobierno laborista de Tony Blair. Durante su mandato dio carpetazo a las negociaciones para la soberanía compartida de Gibraltar que Blair había entablado con el ex presidente José María Aznar. Los gibraltareños rechazaron la propuesta en referéndum con un 98% de los votos en contra y la opinión pública británica también se oponía. 

Europeísta convencido, MacShane lamenta la estrategia de ruptura total con la UE que persigue la primera ministra, Theresa May, y cree que el único objetivo de las elecciones anticipadas que ha convocado para el 8 de junio es reforzar su poder personal. Pero tampoco ahorra críticas a la confusión sobre el brexit de su propio partido, el laborista, y de su líder, Jeremy Corbyn.

¿Cuál cree que es la auténtica razón por la que May ha convocado elecciones anticipadas?

Básicamente, por la total desaparición del Partido Laborista como oposición. De esta forma puede dar a su partido, los conservadores, una gran victoria electoral. Y esa es una tentación a la que pocos líderes políticos se resistirían. Es oportunista. Ella lo justifica por el brexit, pero eso es una excusa artificial. Las elecciones reforzarán su posición política dentro del partido tory. Y le darán también un mandato personal porque ella no fue elegida por nadie cuando llegó al poder el verano pasado.

Si como dicen las encuestas, May refuerza su mayoría, ¿cómo afectará eso a las negociaciones? ¿Flexibilizará su posición sobre el brexit?

Desde que anunció las elecciones, May ha insistido en su compromiso con un brexit duro, es decir, quiere acabar con la libre circulación de personas, lo que a su vez significa romper con el mercado único europeo. También dice que el Tribunal de Justicia de la UE no puede tener ningún papel en Reino Unido. Así que parece que no va a cambiar de posición.

La nueva mayoría conservadora tras las elecciones será mucho más ruidosa en su rechazo a la UE y hará más difícil que May suavice su posición sobre el brexit

Además, la mayoría de candidatos conservadores que se convertirán en parlamentarios tras las elecciones pertenecen a una nueva generación de activistas antieuropeos. Así que creo que la nueva mayoría tory será mucho más ruidosa en su rechazo a la UE. Y la paradoja es que cuando se tiene un grupo parlamentario más grande, eso abre la puerta a más rebeliones, desacuerdos y dificultades. En estos momentos, los parlamentarios conservadores proeuropeos están totalmente callados. No dicen nada, no critican a May y en público apoyan su línea política. Pero en el nuevo grupo después de las elecciones habrá muchas más disputas y será más difícil para ella suavizar su posición. 

¿Qué debería defender su partido, los laboristas, durante la campaña? ¿Un brexit blando? ¿Un nuevo referéndum?

El Partido Laborista está completamente desorientado. Tiene el liderazgo más débil entre los partidos de izquierda de toda Europa. En comparación, el PSOE de hoy es un partido bien dirigido y unido. Además, los laboristas están confusos sobre el brexit. Nuestra posición debería ser muy clara: deberíamos oponernos siempre a cualquier política que dañe el bienestar material de la gran mayoría de ciudadanos del país. Y amputar a Reino Unido de Europa es un ataque muy directo al bienestar material de los trabajadores porque la economía británica sufrirá. 

El Partido Laborista es ahora un partido zombi, un muerto viviente, como los socialistas franceses y holandeses, el PSOE o el Pasok

Pero el Partido Laborista va a estar fuera de juego durante los próximos años y veremos, probablemente después de 2020, si puede volver a la vida. Ahora es un partido zombi, un muerto viviente, como los socialistas franceses y holandeses, el PSOE o el Pasok. Los partidos de centro izquierda clásicos viven una crisis existencial en toda Europa.

Usted conoce bien España, ¿cree que el Gobierno de Mariano Rajoy será especialmente comprensivo con Reino Unido durante las negociaciones del brexit?

Tanto Rajoy como el ministro de Exteriores, Alfonso Dastis, o el de Economía, Luis de Guindos, han dejado muy claro que el futuro de España está en una UE que funcione. Lo último que querría España es que la Península Ibérica se quedara descolgada. Es cierto que España exporta alrededor de 7.000 millones de euros en productos a Reino Unido y eso es un buen negocio. Pero exporta 110.000 millones a Francia, Italia, Alemania, Portugal y el Benelux. Así que el futuro de España ahora está en desarrollar relaciones económicas con sus socios de la UE.

Luego está la cuestión de Gibraltar, porque May ha hecho un daño inmenso al Peñón al apoyar un brexit duro. Miremos a la historia. Gibraltar, en los últimos años de Franco, se encontraba en una posición terrible de bloqueo y cierre de fronteras. Cuando Franco murió, Reino Unido apoyó la entrada de España a la Comunidad Europea lo antes posible. Y como resultado, todos los ciudadanos de Gibraltar han podido cruzar la frontera o comprar chalets y pisos en España, y los españoles han podido ir a trabajar a Gibraltar. Pero una vez que Reino Unido salga de la UE, ese derecho automático a vivir y trabajar desaparece. Es un desastre. 

Hablando de Gibraltar, ¿por qué cree que ha habido una reacción tan fuerte en Londres, con amenazas de guerra incluidas, a la decisión de la UE de dar a España derecho de veto sobre el futuro del Peñón?

Quizá mi respuesta sea demasiado cruda para sus lectores. Los hombres que hacen tanto ruido en Inglaterra sobre Gibraltar son demasiado viejos para practicar sexo. Esta era su última oportunidad para tener una erección y por eso se han puesto a gritar contra España. Hay un sentimiento latente anti Madrid, anti alemán o anti francés en el nacionalismo inglés, que encuentra una expresión fácil en las cuestiones europeas. 

Hay un sentimiento latente anti Madrid, anti alemán o anti francés en el nacionalismo inglés, que encuentra una expresión fácil en las cuestiones europeas

No quieren aceptar que el brexit tiene consecuencias y una de las consecuencias será un cambio fundamental en la relación entre Gibraltar y España una vez que todos los ciudadanos de Gibraltar pierdan los derechos que tienen en tanto que ciudadanos de la UE. El problema de Gibraltar estaba contenido gracias a que tanto España como Reino Unido eran miembros de la Unión. Ahora que May parece apoyar al nacionalismo inglés -y está dispuesta a decir a Bruselas que ya no estamos interesados en vivir, trabajar y viajar por Europa porque queremos impedir que los europeos vivan en Reino Unido- eso tendrá consecuencias muy graves para Gibraltar. 

Por ejemplo, yo ayudé a negociar los primeros vuelos directos entre Madrid y Gibraltar. Aunque la pista de Gibraltar está en territorio británico (algo que España disputa), los acercamientos requieren permiso de las autoridades españolas para que aterrice cualquier avión. 

Usted fue testigo de primera mano y luego protagonista de las negociaciones para una soberanía compartida que llevaron a cabo los Gobiernos de Blair y Aznar.

El tema de la soberanía está muy claro. Gibraltar es británico de la misma manera que Ceuta y Melilla son españolas. Es exactamente idéntico. Se puede lamentar la pasada ocupación colonial de Marruecos por parte de España. España puede arrepentirse de haber firmado el Tratado de Utrecht (por el que se cedió Gibraltar a los británicos). Pero Ceuta y Melilla están consideradas plenamente españolas, parte de España. Y Gibraltar es plenamente británico.

El intento de negociar la soberanía compartida de Gibraltar entre España y Reino Unido estaba condenado al fracaso

Cuando yo estuve en el Gobierno, nunca negociamos la soberanía compartida. Hubo un intento anterior por parte del Gobierno laborista. Pero estaba condenado al fracaso. La Cámara de los Comunes nunca habría aprobado la soberanía compartida. Así que lo mejor que podíamos esperar era un modus vivendi razonable, sin dramas. Pero ahora el nacionalismo inglés extremo ha salido de su caja y anda suelto. Y la referencia a Gibraltar en las directrices negociadoras de la UE les ha dado una excusa para hacer ruido.

¿Pero por qué aceptó Blair iniciar negociaciones con Aznar para la soberanía compartida de Gibraltar?

No tengo claro por qué empezaron. El ministerio de Asuntos Exteriores británico tiene en el fondo de un cajón una carpeta sobre Gibraltar. Cada 30, 40 o 50 años la saca, le quita todo el polvo viejo y se pregunta si se puede encontrar una solución a este problema.

Blair tenía una relación muy estrecha con Aznar, sobre todo tras los ataques del 11-S en Nueva York. Y quería formar una coalición de apoyo al presidente estadounidense George W. Bush (para la guerra de Irak). Miró a su alrededor y encontró apoyos en Berlusconi en Italia, Barroso en Portugal, Aznar y los países del este. Y me pregunto si el entonces ministro de Asuntos Exteriores, Jack Straw, decidió abrir estas negociaciones como un gesto hacia Aznar.

Pero en el momento en que lo hizo hubo una respuesta enfurecida en la prensa británica, los gibraltareños organizaron un referéndum y se celebraron debates interminables en la Cámara de los Comunes: no debemos entregarlo, Gibraltar es británico.

El ministerio de Asuntos Exteriores británico tiene en el fondo de un cajón una carpeta sobre Gibraltar. Cada 30 años la saca, le quita el polvo viejo y se pregunta si puede encontrar una solución

Cuando yo me convertí en ministro para Europa dije: esto es una causa perdida. El dolor político en Reino Unido era demasiado grande para que hubiera alguna posibilidad de éxito. Sería como si alguien en el PSOE, el PP o Ciudadanos propusiera negociar la soberanía compartida sobre Ceuta y Melilla. No funcionaría. Así que le di carpetazo a las negociaciones. 

Por suerte, en 2004 hubo una cambio de Gobierno y llegaron Zapatero y Moratinos. Y ellos también se dieron cuenta de que en una negociación sobre Gibraltar todo el mundo saldría perdiendo. La opinión pública británica nunca lo aceptaría, el Parlamento nunca lo aprobaría. Y por ello era mejor dar pasos pragmáticos para suavizar paulatinamente la indudable tensión que provoca Gibraltar.

Si la soberanía compartida que quiere España no puede revivirse, ¿cuál es el futuro que le espera a Gibraltar tras el brexit?

La soberanía compartida no va a suceder. Pero si yo fuera (el ministro principal, Fabián) Picardo, estaría mucho más preocupado por el impacto del brexit en Gibraltar. Porque Gibraltar va a perder todos los derechos que tiene ahora gracias a que Reino Unido está en la UE y se quedará bastante aislado.

Gibraltar ya no tendrá la protección que Reino Unido da en Bruselas a su exótico régimen fiscal

Además, Reino Unido ha ayudado a Gibraltar logrando que el resto de Europa haga la vista gorda ante su exótico régimen fiscal, cuyo objetivo es atraer capital al Peñón. Hay 60.000 empresas en Gibraltar, dos por cada hombre, mujer y niño. Algunos de los regímenes fiscales de territorios británicos como Gibraltar o las islas del Canal -no les llamaré paraísos fiscales- quedarán mucho más expuestos a presión cuando Londres deje de la UE. Gibraltar ya no podrá contar con la protección que le da en Bruselas Reino Unido frente a cualquier examen de sus normas fiscales. 

¿Puede la disputa sobre Gibraltar intoxicar las relaciones bilaterales entre España y Reino Unido tras el brexit?

Depende totalmente de May. Está claro que estará sujeta a presiones de los antiguos líderes del partido. No son personas marginales, sino miembros muy veteranos e importantes del Partido Conservador, los que le piden que cualquier acuerdo sobre el brexit incluya una cláusula especial para salvaguardar a Gibraltar.

Pero España ahora está en la mejor posición defendiendo que se trata de una cuestión bilateral entre Madrid y Londres que se discutirá de forma amigable con los británicos después del brexit, pero no se va a incluir en el acuerdo de divorcio. Tras la salida de Reino Unido, España es ahora uno de los cuatro grandes países de la UE. Rajoy tiene muy buenas relaciones con el PP Europeo y la canciller Merkel. Y España querrá adaptarse a un futuro en el que no tendrá el mismo tipo de relación con Reino Unido que ha tenido en los últimos 30 años. 

En los últimos 30 años, España ha sido para Reino Unido una especie de Florida. Y las dos partes han salido ganando. Espero que eso pueda mantenerse, pero depende de May

Para los británicos va a ser más difícil jubilarse en España como han hecho hasta ahora, sobre todo si pierden su cobertura sanitaria automática, los privilegios que vienen por estar en la UE. En la actualidad hay 300.000 británicos empadronados en España, pero la cifra real podría llegar a un millón. En los últimos 30 años, España ha sido para Reino Unido una especie de Florida. Y las dos partes han salido ganado. Espero que eso pueda mantenerse. Y que cuando May entienda la profundidad del problema, cambie su forma de pensar.