Un hombre observa los carteles electorales en una calle de Enghien-les-Bains, cerca de Paris.

Un hombre observa los carteles electorales en una calle de Enghien-les-Bains, cerca de Paris. Reuters

Europa Presidenciales de Francia 2017

Las presidenciales de Francia están en manos de los indecisos

En la víspera de las elecciones, un tercio de los franceses no saben si irán a votar y, si van, por quién lo harán.

22 abril, 2017 01:46

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La campaña para las presidenciales de Francia llega a su fin sin un claro ganador para la primera vuelta que se celebrará el domingo. Los votantes, desconcertados e indecisos después de meses en que la conversación ha estado marcada por los escándalos que afectan a dos de los principales candidatos, no saben si irán a votar y, si van, por quién lo harán subrayando el declive de los partidos tradicionales a ambos lados del espectro político.

Once son los candidatos que se presentan a esta primera vuelta aunque, según los sondeos, son dos los que llegarán al balotaje del próximo 7 de mayo: el liberal Emmanuel Macron y la ultranacionalista Marine Le Pen. Este escenario, sin embargo, sigue sin estar claro en la víspera de los comicios debido al estrecho margen que les separa de los dos siguientes en contienda: el conservador François Fillon (Los Republicanos) y el izquierdista Jean-Luc Mélenchon (La France Insoumise). 

"Estas elecciones no se parecen a ninguna otra en más de 50 años. Es muy difícil predecir el resultado", explica a EL ESPAÑOL, Francis Ghilès, investigador sénior asociado de CIDOB. Con cuatro candidatos en una horquilla de cinco puntos en los sondeos de opinión, "algo que no ha ocurrido desde la Constitución de 1958", el resultado de los comicios queda en manos del tercio del electorado que aún no ha decidido su voto.

EE.

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Esta situación ha sido una de las principales preocupaciones durante las últimas semanas. El sondeo de Ifop-Fiducial publicado este viernes muestra que un 27% de los 45,7 millones de votantes siguen sin decidirse, un nivel muy elevado con las urnas a punto de abrir. 

Jeannine Delaplane, de 81 años, está entre quienes dudan por quién votar. "No puedo decidirme. Nunca he visto una campaña como ésta", dijo a Reuters antes de un mitin de Fillon en Provins, un bastión conservador al este de París. Se debate entre Fillon y la ultraderechista del Frente Nacional, Marine Le Pen.

Para Herve Gass, un técnico dentista convertido en pintor, el panorama es desalentador. "Me siento ajeno a la política como nunca antes", afirma desde su estudio en una parte histórica de Provins. Gass, de 63 años, antes votaba a los conservadores pero dice que el escándalo le ha hecho huir de Fillon, mientras que a Le Pen la considera demasiado radical y a Macron, de 39 años, demasiado joven e inexperto. Como resultado, Gass asegura que podría abstenerse o votar en blanco.

Entre este porcentaje de indecisos están los jóvenes de origen magrebí disconformes con la política y con el mensaje que desde los partidos se lanza hacia ellos "Es muy complicado saber cuál será su reacción hacia el discurso anti-islámico. Son muy conscientes de los problemas, del terrorismo y el vínculo con el islam y Oriente Medio, pero no les gusta cómo los políticos hablan de esto", comenta el analista de CIDOB que considera que su voto puede ir hacia la izquierda, encarnada en Jean-Luc Mélenchon, o hacia Macron.

"Hay incertidumbre con todos los candidatos", afirma François Miquet-Marty, de la consultora Viavoice. "Si la intención de voto sigue así, la abstención desempeñará un papel clave".

Los votantes de Le Pen son los que muestran menor volatilidad (15%), seguidos de los de Fillon (22%). Sin embargo, la base electoral de Mélenchon y Macron se muestra menos fiel y con posibilidad de cambiar la orientación de su voto en el último minuto (32% y 41%, respectivamente).

La sombra de la abstención

La otra preocupación es la previsión de la abstención. Los analistas estimaban hace unos días que al menos un 35% de los votantes no tenía intención de acudir a las urnas. El dato ha caído esta semana a un 27%, pero sigue siendo una situación muy atípica en Francia, donde la participación supera con facilidad el 77%, diez puntos por encima, por ejemplo, de lo que se registró en las últimas generales españolas.

Las razones de esta situación trazan una línea que va desde la indignación por los escándalos que han salpicado a políticos consagrados como el conservador Fillon y Marine Le Pen (ambos sospechosos de malversación de fondos públicos) y la decepción por los cinco años de mandato de François Hollande, marcados por promesas incumplidas, polémicas reformas y rebajas en favor de las empresas, además de la peor oleada de violencia terrorista vivida en la historia del país.

"El disgusto con la política es muy grande. Hoy en día, un tercio de los ciudadanos no saben a quién van a votar este domingo", indica Ghilès. La situación, en principio, parecería beneficiar a la derecha: por un lado, al electorado de Le Pen es fiel y va a ir a votar; por otro, todo apunta a que Fillon habría recuperado parte del apoyo pese a su imputación y la repercusión inicial que tuvo sobre su base de votantes el escándalo de los empleos ficticios a sus familiares. Sin embargo, está el contrapeso de los jóvenes, los inmigrantes y un sector de la izquierda decepcionada con el gobernante Partido Socialista, que se decantan por el veterano izquierdista, Mélenchon.

En la recta final hacia la primera vuelta no han faltado las manifestaciones contra la ultraderecha de Le Pen o caceroladas contra Fillon. Más aún, los jóvenes que en estos comicios no pueden votar también han mostrado su malestar por unos políticos que no representan sus intereses y que, en cambio, comprometerán su futuro con sus decisiones en caso de ser elegidos.

El terrorismo, arma electoral en el último minuto

El ataque de este jueves en los Campos Elíseos de París, en el que murió un policía y que fue reivindicado por el grupo yihadista Estado Islámico (EI), se ha convertido este viernes en un arma electoral y provocó los reproches de los candidatos de la derecha y la ultraderecha al Gobierno socialista de François Hollande.

Aunque el ataque ha convertido la seguridad en el eje central de las últimas horas de la campaña, su impacto sobre los comicios es "imposible de determinar", considera Antonio Barroso, subdirector de análisis de Teneo Intelligence, en una nota a clientes. Además, ha proporcionado una ventana de oportunidad para que Le Pen y Fillon lleven las últimas horas de campaña a su terreno, considera.

A la vista de las últimas encuestas, Macron y Le Pen siguen siendo los favoritos, "pero el riesgo de este ataque es que amplifique la fuga de votos hacia Fillon como opción 'segura' y logre pasar a segunda vuelta, el escenario más peligroso en términos de una victoria para Le Pen", explica el analista.

En caso de un balotaje en el que se midan Macron y Le Pen, el exministro de Economía vencería a la ultranacionalista con un 64% a 36% de los votos, según la encuesta de OpinionWay publicada este viernes. 

Pero la segunda vuelta será "una elección completamente diferente", subraya Ghilès, de CIDOB. "Aunque Le Pen pase a la segunda vuelta, considero muy difícil que salga elegida". El experto recuerda el voto unido contra el Frente Nacional en las presidenciales de 2002, cuando Jacques Chirac se impuso con un 82% de los votos a Jean-Marie Le Pen, padre de Marine. "Esta vez, posiblemente, el nivel de votos sea menor, pero no creo que la tendencia cambie porque Marine Le Pen ha insultado a los judios, a los protestantes... aunque su imagen sea mejor, el fondo es el mismo que el de su padre, el racismo", agrega.

"La población está muy preocupada por el futuro y, pese a que gobierne la izquierda o la derecha, Francia es un país muy conservador", asegura el analista. "El mundo está en pleno cambio y eso no lo va a detener nadie. La clave es si Francia tiene o no la capacidad de cambiar y, de hacerlo, si lo hace con o sin violencia".