Imagen representativa de hackers en acción.

Imagen representativa de hackers en acción. X

Asia COREA DEL SUR / JAPÓN

EEUU, Japón y Corea del Sur unen fuerzas para plantar cara a un poderoso ejército de 'hackers' norcoreanos

Las autoridades sostienen que muchos de estos supuestos trabajadores, además de camuflar su identidad con inteligencia artificial y mediadores extranjeros, participan en actividades en sectores como las criptomonedas.

Más información: Corea del Norte se infiltra en las empresas tecnológicas de EEUU para sacarles dinero con el que financiar su programa militar

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EEUU, Japón y Corea del Sur han reforzado su frente común para frenar la creciente red de trabajadores informáticos encubiertos de Corea del Norte, acusados de financiar el programa armamentístico de Kim Jong-un a través de contratos tecnológicos internacionales.

La advertencia llega en un momento en que los hackers norcoreanos recurren a identidades falsas, herramientas de inteligencia artificial y empresas pantalla para infiltrarse en mercados laborales globales, desde Norteamérica hasta Europa y Asia Oriental.

En un comunicado conjunto difundido por el Departamento de Estado estadounidense, los tres gobiernos alertaron de que estos programadores “se aprovechan de la demanda mundial de habilidades avanzadas en IT para obtener contratos freelance”, mientras encubren su procedencia real, csegún recoge South China Morning Post.

El documento subraya que contratar o subcontratar con estos perfiles representa un riesgo creciente que abarca desde el robo de propiedad intelectual y fondos hasta graves consecuencias legales y de reputación para las compañías implicadas.

Las autoridades sostienen que muchos de estos supuestos trabajadores independientes, además de camuflar su identidad con inteligencia artificial y mediadores extranjeros, participan directamente en actividades maliciosas en sectores de alto riesgo, como el de las criptomonedas y el blockchain.

El auge de estas operaciones coincide con un endurecimiento de la postura norcoreana en el terreno militar y diplomático, reforzada por su acercamiento estratégico a Rusia.

Modus operandi

La infiltración de especialistas en programación no es un fenómeno nuevo. Durante años, Pyongyang ha desplegado equipos de IT en el extranjero para lanzar ciberataques contra bancos, empresas y organismos públicos, especialmente en Corea del Sur.

Sin embargo, las técnicas han evolucionado de forma notable, incorporando nuevas tecnologías que les permiten operar con mayor sofisticación y alcance global.

Los investigadores subrayan que los perfiles falsos suelen estar respaldados por intermediarios en terceros países, lo que dificulta trazar sus vínculos con Corea del Norte.

En algunos casos, los trabajadores aparentan pertenecer a hubs tecnológicos en India o el Sudeste Asiático, una maniobra que facilita su contratación en plataformas freelance.

Esta opacidad convierte a las compañías internacionales en objetivos especialmente vulnerables.

Washington respondió esta semana con la designación de cuatro entidades e individuos que, según la Casa Blanca, apoyan las redes de trabajadores norcoreanos desde Rusia, Laos y China.

Japón, por su parte, ha emitido nuevas advertencias con pautas concretas para identificar y evitar la contratación de estos perfiles fraudulentos, mientras que Seúl ha lanzado campañas de sensibilización entre sus empresas para reducir el riesgo de ser blanco de este tipo de esquemas.

Alianza público-privada

Más allá de las sanciones, los tres países organizaron el miércoles un encuentro en Tokio en colaboración con la firma de ciberseguridad Mandiant, con el objetivo de fortalecer la cooperación internacional y fomentar alianzas entre gobiernos y sector privado.

El objetivo es claro: blindar a las compañías contra las maniobras de Pyongyang y cortar una fuente de ingresos clave para financiar su maquinaria militar.

El reto, no obstante, sigue siendo mayúsculo. Los falsos programadores norcoreanos han logrado aprovechar las grietas del mercado laboral digital, donde la alta demanda y el trabajo remoto generan un terreno fértil para la evasión y el fraude.

Para Washington, Tokio y Seúl, la contención de estas redes no es solo una cuestión de seguridad cibernética, sino un frente decisivo en la batalla contra la financiación clandestina del régimen de Kim Jong-un.