Kim Jong Un en una visita a una planta de producción de vehículos militares el pasado 5 de enero.

Kim Jong Un en una visita a una planta de producción de vehículos militares el pasado 5 de enero. Reuters

Asia

Kim Jong-un prepara una guerra con Corea del Sur y negocia un pacto militar con Irán y Rusia

El lunes pasado, el líder norcoreano afirmó que su país ya no considera la posibilidad de una reunificación pacífica con con el Sur.

19 enero, 2024 02:00

Algo se mueve en la península de Corea. A lo largo de los años, tanto el abuelo como el padre de Kim Jong-Un han defendido la anexión del sur por medios pacíficos, considerándolo un pueblo hermano que tarde o temprano entraría en razón. Por supuesto, durante estas más de siete décadas, ha habido numerosos enfrentamientos dialécticos y militares, pero la doctrina era la misma: anexión pacífica salvo ataque previo, en cuyo caso se desataría la guerra.

El actual líder de Corea del Norte parece haberse cansado de ese enfoque. Está harto de esperar a que el Sur recapacite y ha pasado de considerarlo una oveja descarriada a llamarlo “estado hostil y extranjero”, el enemigo número uno de su país. Según sus palabras de este mismo lunes, Kim habría concluido que la reconciliación pacífica no es posible, especialmente tras el fracaso de sus negociaciones con Trump en 2018 y 2019, en las que Estados Unidos dejó claro su apoyo diplomático (y militar, si fuera preciso) al gobierno de Pyongyang.

En consecuencia, ha pedido un cambio en la Constitución norcoreana que parece la preparación de un conflicto armado inminente. Con la nueva redacción, los coreanos del sur pasarán de ser “hermanos de sangre” a ser “enemigos”, y se recogería el derecho del Norte a ocupar y subyugar el territorio mediante la acción militar. Aunque sabemos que tanto a Kim como a sus antecesores les gusta mucho este tipo de proclamas propagandísticas, hay quien piensa que esta vez es distinto y que la amenaza va en serio.

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En un artículo publicado en la prestigiosa web 38 North (en referencia al Paralelo 38 que separa ambos países), los estadounidenses Robert L. Carlin, encargado de las negociaciones gubernamentales con el régimen de los Kim durante años, y Siegfried S. Hecker, científico que llegó a visitar las instalaciones nucleares norcoreanas en Yongbyon, concluyen que Kim ha perdido el norte de la diplomacia. “Siente que no tiene nada que perder”, dicen ambos en su artículo, en referencia a que nunca va a ser aceptado en la comunidad internacional, nunca se negociará la reunificación de Corea bajo sus términos y nunca se levantarán las sanciones comerciales.

Preparación nuclear desde 2021

En ese contexto, Kim estaría dispuesto a empezar un conflicto… y no solo con Corea del Sur. Según Hecker y Carlin, Corea del Norte podría tener en torno a cincuenta cabezas nucleares preparadas para un ataque. Ya en 2021, la OIEA (Organismo Internacional de Energía Atómica) alertó de un incremento en la producción de uranio en Yongbyon y de la posibilidad de que hubiera más bases escondidas con armamento nuclear, fuera del control y de la inspección internacional. Esas cabezas atómicas podrían colocarse en misiles cuyo alcance no solo cubriría la totalidad de Corea del Sur, sino que podrían llegar a Japón y a Guam, provocando un auténtico desastre en el Pacífico.

La hipótesis del artículo es que todos estos movimientos no son sino la antesala de un ataque sorpresa. De hecho, lo que preocupa a los expertos es que Kim no vaya repitiendo en voz alta que tiene armas nucleares y las puede usar. Como se vio en el caso de Rusia y Ucrania, cuando uno tiene armas nucleares y quiere utilizarlas, no anda amenazando antes. Es la diferencia entre la acción y la disuasión. Hay motivos para pensar que Kim ya no está en lo segundo, como lo estuvo durante años, sino a un paso de lo primero.

¿Qué supondría un ataque nuclear masivo sobre Corea del Sur y Japón? Obviamente, la entrada en el conflicto de Estados Unidos, supuestamente con el mismo tipo de armamento. Hay que tener en cuenta que el país norteamericano sigue bajo el 'síndrome de Pearl Harbour', es decir, considera el Pacífico un entorno potencialmente más peligroso que Europa o que Oriente Medio.

Es fácil considerar que los problemas de Israel o los de Ucrania son problemas ajenos y jugar con las ayudas económicas y militares, pero si hay un conflicto en el Pacífico, Estados Unidos sabe que se va a ver directamente afectado tarde o temprano. De ahí, por ejemplo, su postura de fuerza con China respecto a la independencia de Taiwán, el otro gran foco de atención de la zona.

La reunión Putin-Kim

Un choque nuclear entre Estados Unidos y Corea del Norte no tendría demasiado recorrido, más allá de los millones de muertos que pudiera dejar a su paso y el colapso total de la economía mundial. Lo normal sería que los norteamericanos se impusieran con facilidad, pues, en principio, sus misiles pueden llegar a Pyongyang, mientras que Pyongyang no puede atacar Washington. Que sepamos. En otras palabras, si Corea del Norte quiere empezar una guerra, sea nuclear o convencional, necesita aliados… y otra señal de peligro es que los está buscando

Sabemos que Putin se pasó buena parte de 2023 cortejando a Kim y que incluso llegaron a reunirse en el cosmódromo de Vostochny. Por entonces, se habló de un acuerdo por el que Corea del Norte mandaría a Rusia artillería convencional, algo que Putin necesitaba urgentemente para sostener el frente en Ucrania… a cambio de tecnología rusa para misiles nucleares. Como todo el mundo estaba mirando el Donbás, aquel acuerdo pasó bajo el radar.

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En los últimos días, según informa el Institute for the Study of War, una delegación norcoreana habría estado en Moscú para reunirse con altos cargos del Kremlin y discutir “todo tipo de cuestiones”. El asunto es que estas negociaciones llegan al mismo tiempo que Rusia e Irán buscan alcanzar un acuerdo para un Gran Tratado Interestatal que incluya un acercamiento en las relaciones comerciales, industriales y militares. Es complicado pensar que los dos movimientos son ajenos entre sí.

¿Un nuevo Eje?

Lo más probable es que se esté intentando articular un Eje contra Estados Unidos y Occidente en general que una a Corea del Norte (potencia nuclear) con Rusia (potencia nuclear) e Irán (país con un programa nuclear activo en estos momentos). De hecho, según afirmó este jueves Rafael Mariano Grossi, director de la OIEA, en Davos, Irán estaría enriqueciendo uranio a unos niveles que hacen pensar en la fabricación de armas nucleares. El régimen de los ayatolas, que está detrás de todos los ataques a Israel en los últimos años, impide actualmente el acceso de observadores internacionales a sus plantas.

Quien no se ha pronunciado aún al respecto es China. El régimen de Beijing mantiene una extraña relación con el de Corea del Norte. Durante décadas lo ha protegido y avalado diplomáticamente. Ahora bien, en ocasiones, Pyongyang también ha querido quitarse de encima el excesivo control del Partido Comunista Chino y ha reclamado su autonomía. Cuando se rumoreó el uso de armas nucleares tácticas en Ucrania, Xi Jinping no tardó en salir a decir que sería un enorme error y que en una guerra nuclear no podía haber ganadores.

Está por ver si puede ahora utilizar su influencia tanto sobre Kim como sobre Putin para impedir una catástrofe en el Pacífico que desemboque en una catástrofe a nivel mundial. Si en Corea del Norte están preparando algo, es casi imposible que no lo sepan en China. Y no se sabe muy bien para qué quiere Beijing un orden multilateral en el mundo sin mundo sobre el que ejercer dicho orden.