Activistas colocan un cartel que dice No hay tropas en nuestras ciudades  en un paso elevado en Nueva York.

Activistas colocan un cartel que dice "No hay tropas en nuestras ciudades" en un paso elevado en Nueva York. Reuters

EEUU

Trump amenaza a las ciudades demócratas con invocar la Ley de Insurrección y la Guardia Nacional llega a Chicago

El republicano se plantea recurrir a la centenaria norma en caso de que los tribunales bloqueen despliegues militares en grandes urbes del país.

Más información: Trump anima a sus generales a que las ciudades sean "campos de entrenamiento" y los llama a combatir al "enemigo interior"

Luis Villajos
Publicada

La amenaza de Trump de invocar la Ley de Insurrección para desplegar tropas en más ciudades de Estados Unidos ha intensificado en las últimas horas su batalla legal con los demócratas sobre los límites de la autoridad presidencial.

Este pulso se produce mientras cerca de la mitad de los 200 soldados de la Guardia Nacional de Texas, enviados al estado de Illinois para proteger a agentes federales, llegaron este martes a Chicago.

El republicano volvió a dejar abierta el lunes la posibilidad de invocar la centenaria Ley de Insurrección en un esfuerzo por eludir cualquier fallo judicial que bloquee sus órdenes de enviar tropas de la Guardia a las ciudades a pesar del rechazo de los Gobiernos locales y estatales.

Un juez federal ha prohibido temporalmente que las tropas de la Guardia Nacional se dirijan a Portland, Oregón, aunque otro ha permitido por ahora que se proceda a un despliegue en Chicago, donde agentes federales se han embarcado en una amplia ofensiva contra la inmigración ilegal.

"Bueno, ya se ha invocado antes", señaló Trump ante los periodistas en el Despacho Oval, quien defendió que las tropas son necesarias para proteger la propiedad y el personal federal en el desempeño de sus funciones, además de contribuir a la campaña general para reprimir la delincuencia.

El mandatario ha defendido que "quiero asegurarme de que no mueran personas" y ha aseverado que el gobernador de Texas, el republicano Greg Abbott, no es el único dispuesto a ofrecer tropas.

"Todos están dispuestos a ofrecer lo que necesitemos", ha agregado, después de que haya autorizado el envío de 400 miembros de la Guardia Nacional de este estado a Chicago, Portland y otras ciudades "donde sea necesario".

"Si nos fijamos en Chicago, es una gran ciudad con mucha delincuencia, y si el gobernador no puede hacer su trabajo, nosotros lo haremos. Es muy sencillo", sentenció.

Los límites de la autoridad presidencial

La Ley de Insurrección, que otorga al presidente la autoridad para desplegar las fuerzas armadas para sofocar disturbios en caso de emergencia, se ha utilizado generalmente solo en casos extremos, y casi siempre por petición de los gobernadores estatales.

La norma, una versión de la que se promulgó por primera vez en 1792, ha sido utilizada por presidentes anteriores para desplegar tropas dentro de los EE.UU en respuesta a crisis como el ascenso del Ku Klux Klan después de la Guerra Civil estadounidense.

La última vez que la invocó fue el presidente George H. W. Bush durante los disturbios de Los Ángeles de 1992.

Según la ley federal, la Guardia Nacional y otras tropas militares generalmente tienen prohibido ejercer la aplicación de la ley civil. Sin embargo, la Ley de Insurrección permite una excepción, otorgando a las tropas la facultad de vigilar y arrestar directamente a personas.

El uso de la ley representaría una escalada significativa en los esfuerzos de Trump por desplegar fuerzas militares en ciudades demócratas.

Desde que comenzó su segundo mandato presidencial en enero, ha mostrado poca vacilación a la hora de ejercer la autoridad gubernamental contra sus oponentes políticos, mientras intenta ampliar los poderes de la Presidencia poniendo a prueba los límites de la ley.

La semana pasada, en un discurso ante la cúpula militar, Trump sugirió utilizar ciudades estadounidenses como "campos de entrenamiento" para las fuerzas armadas, alarmando a los demócratas y a los grupos de libertades civiles.

Chicago y Portland

Trump ha ordenado el envío de tropas de la Guardia Nacional a Chicago, la tercera ciudad más grande de Estados Unidos, y a Portland, Oregón, tras sus despliegues anteriores en Los Ángeles y Washington.

En todos estos casos, lo ha hecho a pesar de la férrea oposición de los alcaldes y gobernadores demócratas, que dicen que las afirmaciones de Trump sobre anarquía, violencia y delincuencia no reflejan la realidad.

En Chicago y Portland , las protestas por las políticas de inmigración de Trump habían sido en gran medida pacíficas y relativamente limitadas en tamaño, según funcionarios locales, lejos de las condiciones de "zona de guerra" descritas por Trump.

Desde la llegada de agentes federales al área de Chicago el mes pasado, las manifestaciones no han alterado la vida en una ciudad donde la delincuencia violenta ha disminuido drásticamente.

Las protestas han sido mucho menos tensas que los disturbios de 2020 desencadenados por la muerte de George Floyd, un hombre negro desarmado, a manos de agentes de policía de Minneapolis.

Illinois y Chicago demandaron a la Administración Trump el lunes, buscando bloquear las órdenes de federalizar a 300 efectivos de la Guardia Nacional de Illinois y enviar 400 efectivos de la Guardia Nacional de Texas a Chicago.

La jueza April Perry permitió que el despliegue continuara por ahora, pero ordenó al Gobierno estadounidense que presente una respuesta antes del miércoles.

Por otra parte, un juez federal de Oregón bloqueó el domingo temporalmente el envío de tropas para vigilar Portland, la ciudad más grande del estado.