Donald Trump, durante la recepción en el Despacho Oval de su homólogo polaco, Karol Nawrocki. Reuters
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La Casa Blanca se compromete a mantener los ataques contra las embarcaciones de los grupos criminales mientras el jefe del Pentágono coloca a Maduro en la diana: "Es el capo de un narcoestado".
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¿Cuál es el plan de Donald Trump en Venezuela? ¿Por qué acumula tantas fuerzas aeronavales cerca de sus costas? ¿Busca un cambio de régimen o desmantelar las rutas del narcotráfico en el mar Caribe? ¿O es sólo una demostración de fuerza contra un actor de menor envergadura como es el chavismo? Ni siquiera los expertos lo tienen claro.
La Casa Blanca vincula a Nicolás Maduro con el Cártel de los Soles y el Tren de Aragua. La Administración Trump le acusa de encabezar estas dos “organizaciones terroristas extranjeras” pese a que sus propias agencias de inteligencia consideran que el presidente venezolano “probablemente no tiene una política de cooperación con el Tren de Aragua ni dirige sus movimientos u operaciones en Estados Unidos”, según los documentos confidenciales fechados en abril que cita The Washington Post.
A falta de pruebas concluyentes, Maduro es, en palabras del jefe del Pentágono, Pete Hegseth, “el capo de un narcoestado”.
A finales de agosto, en el marco de una operación antidroga, el inquilino de la Casa Blanca ordenó el despliegue de ocho buques de la Marina cerca de las costas de Venezuela. Tres destructores, dos buques de desembarco, un buque de asalto anfibio, un crucero y un buque de combate litoral. Pero no asestó el primer golpe hasta este martes.
“Acabamos de disparar a un barco que transportaba drogas. Sucedió hace sólo unos momentos”, anunció Trump desde el Despacho Oval. Era su reaparición en público después de casi una semana sin comparecer ante los medios de comunicación. Sus palabras pillaron a contrapié a los que seguían la rueda de prensa.
Rubio confirmó casi de inmediato que las palabras de su jefe no habían sido un desliz. “Tal y como informó el presidente de los Estados Unidos hace unos momentos, hoy el Ejército de los Estados Unidos llevó a cabo un ataque letal en el sur del Caribe contra un buque con drogas que había partido de Venezuela y que estaba siendo operado por una organización designada como narcoterrorista”, escribió en la red social X.
Pasadas unas horas, el propio Trump publicó en su plataforma Truth Social las imágenes aéreas de la operación.
La publicación confirmaba la muerte de “once terroristas” en un ataque cinético en aguas internacionales bajo la “responsabilidad del Comando Sur de Estados Unidos”. Once terroristas a los que vinculó con el Tren de Aragua, la primera organización criminal de origen venezolano que consiguió expandirse por la región.
Según subrayó Trump en la publicación, el Tren de Aragua “opera bajo el control de Nicolás Maduro y es responsable de asesinatos en masa, tráfico de drogas, tráfico sexual y actos de violencia y terrorismo en todo Estados Unidos y el hemisferio occidental”.
“Que esto sirva de aviso a cualquiera que esté pensando en introducir drogas en los Estados Unidos de América. ¡CUIDADO!”, zanjó.
“¿Así que el Gobierno de los Estados Unidos está utilizando información falsa para justificar la designación de terroristas y luego gastando al menos 7 millones de dólares al día en un grupo de portaaviones para matar a once traficantes en un barco con una capacidad máxima de tres toneladas?”, se preguntó Juan Sebastián González, antiguo asesor de Joe Biden y exdirector del Consejo Nacional de Seguridad.
“Incluso si se acepta el planteamiento de la Administración Trump, esta acción es legalmente cuestionable tanto según la legislación estadounidense como según el derecho internacional”, advierte.
“Tal y como están las cosas, la Administración está reclamando la autoridad para hundir cualquier barco que ‘considere’ vinculado al tráfico de drogas. Eso es un terreno resbaladizo”, añade González. “Sin controles, Estados Unidos corre el riesgo de matar a pescadores, migrantes u otros civiles... y tendríamos que creer a la Administración a pies juntillas”.
El Pentágono no ha concretado el tipo de aeronave o misil utilizado en la operación, ni cuántos kilos de droga recuperó, ni el método que utilizaron para comprobar que los once muertos eran miembros del Tren de Aragua.
“Tenemos grabaciones de ellos hablando. Eran cantidades masivas de drogas que entraban a nuestro país para matar a mucha gente. Y todos lo entienden perfectamente. De hecho, lo ven, se ven las bolsas de droga por todo el barco”, se limitó a decir este miércoles el propio Trump.
Geoff Ramsey, analista del Atlantic Council, dice que se trata de "una demostración de fuerza, pero sin transparencia, que genera dudas sobre si el objetivo era realmente narcos o si se usó como pretexto para intimidar a Venezuela”.
Una demostración de fuerza que contrasta con el trato que Trump ha dispensado a otros autócratas que, paradójicamente, mantienen buenas relaciones con el régimen chavista.
Este miércoles, sin ir más lejos, Trump envió a través de Truth Social sus “más cariñosos saludos” a Xi Jinping, Vladímir Putin y Kim Jong-un —reunidos en el desfile militar de Pekín para conmemorar el 80 aniversario del fin de la Segunda Guerra Mundial en Asia tras la rendición de Japón—, “mientras conspiran contra los Estados Unidos de América”, remató con sorna.
Rusia y China son dos de los principales aliados de Maduro, mucho antes del fraude electoral del 28 de julio del pasado año, que agudizó el aislamiento internacional del régimen chavista.
Preguntado este miércoles en Fox News sobre la estrecha relación que mantienen Pekín y Caracas, Hegseth respondió que “la única persona que debería estar preocupada es Nicolás Maduro”.
Hegseth dejó claro, en este sentido, que las operaciones como la del martes no han acabado aquí. “Tenemos activos en el aire, activos en el agua, activos en los barcos, porque esta es una misión mortalmente seria para nosotros, y no se detendrá solo con este ataque”, declaró en la cadena predilecta del trumpismo.
Maduro guarda silencio
El sucesor de Hugo Chávez no oculta su nerviosismo. Días después de que la Guardia Costera de Estados Unidos informara sobre una “incautación histórica” de más de 30 toneladas de droga en operaciones militares en el Pacífico y el Atlántico, en las que mencionó la incautación de narcóticos en tres localidades cercanas a Venezuela, el líder chavista aseguró que estaba sufriendo el “ataque más brutal” de Estados Unidos contra América Latina en el último siglo.
“Ellos vienen por el petróleo venezolano, lo quieren gratis, vienen por el gas. Ese petróleo no le pertenece a Maduro y menos a los gringos, les pertenece a ustedes, es del pueblo de Venezuela”, denunció el lunes desde Caracas.
El mandatario venezolano, que presume del alistamiento voluntario de ocho millones y medio de milicianos, advirtió a principios de esta semana que si la Administración Trump daba el paso de intervenir en Venezuela el país entraría en “la lucha armada”. Pero evitó pronunciarse sobre el ataque del martes.