Ojalá estuvieras aquí.

Ojalá estuvieras aquí. Tomás Serrano El Español

EEUU

Putin celebra la cumbre de Alaska como un éxito tras romper tres años de aislamiento sin ceder en nada sobre Ucrania

La reunión parece dejar la guerra de Ucrania tal y como está. Ha llamado la atención que ninguno de los líderes, y sobre todo Trump, quisiera contestar preguntas de los periodistas durante la rueda de prensa.

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El encuentro de Alaska tenía dos objetivos. Para Donald Trump, el anfitrión, sentar las bases para alcanzar la paz –un alto el fuego, vaya– en Ucrania. Para Vladímir Putin, en cambio, la misión no era otra que ser tratado como un igual por parte de la primera economía del mundo sin tener que hacer concesiones en el marco de su aventura bélica.

Pues bien: a juzgar por las palabras que han pronunciado ambos líderes al término de la reunión, el primer objetivo no solo no se ha cumplido sino que parece lejos de poder cumplirse. En cuanto al segundo, basta decir que Putin se lleva de regreso a casa una foto caminando sobre una alfombra roja (literalmente).

“Putin ganando tiempo sin conceder nada a cambio”, escribía el famoso analista Ian Bremmer en sus redes sociales minuto y medio después de concluir una rueda de prensa que, para sorpresa de muchos, no ha admitido preguntas. “El encuentro ha sido una victoria significativa –al menos de momento– para el presidente ruso”, añadía haciendo alusión al punto de vista simbólico. Una visión que comparten muchos observadores occidentales.

Ahora la gran pregunta es en qué se traducirá todo esto en dos lugares muy concretos: Kiev y Moscú.

En la capital ucraniana, probablemente el lugar donde más pendientes han estado de la reunión de Alaska, dan por hecho que, de momento, las cosas van a seguir como hasta ahora. En lo bueno y en lo malo.

Es decir: Volodímir Zelenski no se va a ver forzado a discutir con Trump ningún principio de acuerdo de alto el fuego acuñado según los parámetros rusos porque no existe. No obstante, el tono empleado por el presidente estadounidense –que ha definido la charla mantenida con Putin como “extremadamente productiva”– invita a pensar que los rusos no van a sufrir sanciones adicionales por parte de la Casa Blanca.

En la capital de Rusia el ánimo no parece muy diferente al que ha escenificado Putin durante la jornada; sonriente y despreocupado. Principalmente porque el mandamás ruso no parece haber sido obligado a nada.

Es más: durante la rueda de prensa ha aclarado que la guerra de Ucrania solo terminará “cuando las raíces del conflicto hayan sido resueltas”. Una referencia a la pulsión europeísta de un país que en el Kremlin consideran parte de su área de influencia. Es decir: Putin parece dispuesto a concluir su ofensiva cuando en Kiev haya un gobernante alineado con los intereses de Rusia, y no antes.

Al margen de la guerra en Ucrania, los analistas consultados por EL ESPAÑOL a lo largo de esta semana han coincidido a la hora de señalar que el presidente ruso iba a intentar utilizar su viaje a Alaska para empezar a normalizar las relaciones con Estados Unidos tras años de sequía diplomática y, desde el 2022, también comercial.

A la hora de escribir estas líneas no se conocen los detalles, o sea no se sabe si esa normalización acaba de comenzar, pero lo que sí ha trascendido es que ambos líderes han destacado el potencial económico que podría acarrear tener una buena relación.

¿Reunión entre Putin y Zelenski?

Una de las cuestiones que, según la Casa Blanca, iba a estar encima de la mesa durante esta cumbre era la posibilidad de que Putin y Zelenski pudiesen verse cara a cara a lo largo de las próximas semanas para negociar directamente el futuro de la guerra. Un encuentro que, de darse, estaría presidido por el propio Trump.

Zelenski aprueba dicha iniciativa –lleva meses ofreciéndose a un encuentro personal con su enemigo–, pero Putin nunca la ha contemplado. Y así parece seguir, en sus trece, dado que al despedirse Trump diciendo “probablemente nos volvamos a ver muy pronto” el líder ruso espetó sonriente: “Pero la próxima vez en Moscú”.

Una respuesta que pilló al estadounidense con el pie cambiado; tan es así que tras dudar unos instantes respondió con un “interesante” y un “cabe la posibilidad”. En plata: quién sabe.

En cualquier caso, antes de poner fin a la rueda de prensa, Trump declaró –frente a Putin– que durante las horas posteriores al encuentro llamaría a los líderes de la OTAN, a los líderes europeos y “al presidente Zelenski” para informar de lo que se había hablado.

Por su parte, Putin aludió al viejo continente para decir: “Espero que los gobiernos europeos no intenten torpedear el progreso que hemos hecho hoy aquí”.

“La reunión ha sido de diez”

Antes de subirse al Air Force One y poner rumbo a Washington, Trump quiso conceder una entrevista a su canal de televisión favorito: Fox News. No obstante, si alguien esperaba escuchar alguna gran revelación durante la misma perdió el tiempo.

Durante su conversación con el solícito Sean Hannity el actual inquilino de la Casa Blanca cargó repetidamente contra Joe Biden –“Putin no respetaba a Estados Unidos antes, pero ahora nos respeta”– y decidió responder a muchas de las preguntas planteadas por su interlocutor hablando de política interna.

Solo se refirió a Putin para decir que “es un mandatario muy duro”, que habían tenido “una reunión de diez”, para alabar su personalidad –“es un tipo muy inteligente”– y para explicar cómo el líder ruso ha alabado su gestión durante las casi tres horas de reunión.

Más allá de eso, y de afirmar que el atractivo de Rusia como potencia económica es tremendo, ha reconocido que no han alcanzado ningún acuerdo pero que sigue esperando poder reunirse con él y con Zelenski en un futuro próximo. “Deben llegar a un acuerdo”, sentenció.