De izquierda a derecha y de arriba a abajo, los cuatros expresidentes de Perú encarcelados en el penal de Barbadillo: Pedro Castillo, Martín Vizcarra, Ollanta Humala y Alejandro Toledo.

De izquierda a derecha y de arriba a abajo, los cuatros expresidentes de Perú encarcelados en el penal de Barbadillo: Pedro Castillo, Martín Vizcarra, Ollanta Humala y Alejandro Toledo. Arte E. E.

América

Del despacho a la celda: el penal limeño convertido en la cárcel de los presidentes con jardines y habitaciones de 800m2

Actualmente, el centro penitenciario 'acoge' a cuatro exmandatarios: Pedro Castillo, Alejandro Toledo, Ollanta Humala y Martín Vizcarra.

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Las claves

La cárcel de Barbadillo, en Lima, alberga actualmente a cuatro expresidentes peruanos: Alejandro Toledo, Ollanta Humala, Martín Vizcarra y Pedro Castillo.

Todos los expresidentes recluidos en Barbadillo han sido condenados recientemente por corrupción, lavado de dinero o intentos de golpe de Estado.

El penal de Barbadillo destaca por sus condiciones especiales: habitaciones de 800 metros cuadrados, jardines y ausencia de celdas tradicionales.

Dina Boluarte, expresidenta destituida por el Congreso por "incapacidad moral", enfrenta investigaciones judiciales y podría sumarse a la lista de mandatarios procesados.

Exactos 20 kilómetros. O dicho de otra forma, menos de una hora en coche, 40 minutos para ser más precisos, separan la cárcel de Barbadillo (Lima, Perú) de la residencia presidencial.

La citada prisión alberga, actualmente, a cuatro de los presidentes que han gobernado Perú. Estos son Alejandro Toledo, Ollanta Humala, Martín Vizcarra y Pedro Castillo. Pero estos líderes no han sido los únicos que han pasado por el penal limeño.

El expresidente Alberto Fujimori fue el dirigente que inauguró el centro penitenciario. Permaneció allí durante casi 15 años cumpliendo una condena desde el 2009, por los delitos de homicidio calificado, lesiones graves y secuestro agravado por trato cruel.

Los 'huéspedes'

Todos los dirigentes que siguen en Barbadillo han sido condenados de forma reciente. El primer presidente que entró al penal de los cuatro citados anteriormente y que aún continúa es Pedro Castillo.

Fue apresado el pasado 7 de diciembre de 2022. Ese mismo día, trató de disolver el Congreso para evitar un tercer proceso de destitución, pero la cámara lo destituyó. Aquel acto fue calificado como un intento de golpe de Estado y fue arrestado por la Policía.

El expresidente de Perú, Pedro Castillo.

El expresidente de Perú, Pedro Castillo. Reuters

A este le siguió Alejandro Toledo. El mandatario gobernó el país durante cinco años, desde 2001 hasta 2006. Entró en Barbadillo en abril de 2023. Fue condenado en octubre de 2024 a 20 años y seis meses de prisión por aceptar sobornos de la constructora brasileña Odebrecht a cambio de la adjudicación de obras públicas.

Más tarde, el 13 de septiembre de 2025, volvió a ser condenado. Fue penado a 13 años y cuatro meses de prisión por un delito de blanqueo de capitales. Su internamiento en Barbadillo se produjo en 2023 tras ser extraditado desde Estados Unidos.

El expresidente de Perú, Alejandro Toledo.

El expresidente de Perú, Alejandro Toledo. Efe

El tercero, Ollanta Humala. También fue sentenciado por su vinculación a la mercantil Odebrecht. Fue declarado culpable por el blanqueo de capitales al recibir "aportaciones ilegales" para sus campañas electorales de 2006 y 2011. Fue condenado a 15 años de prisión. Entró al presidio el 15 de abril de 2025

Atendiendo a las informaciones publicadas, estas aportaciones provinieron de la empresa Odebrecht y del gobierno venezolano en tiempos de Hugo Chávez.

El expresidente de Perú, Ollanta Humala.

El expresidente de Perú, Ollanta Humala. Efe

Pocos meses después, fue el turno de Martín Vizcarra. Por su parte, el mandatario cometió las presuntas irregularidades cuando fue gobernador de la región de Moquegua, entre 2011 y 2014. Aceptó sobornos de entidades constructoras a cambio de la adjudicación de obras públicas. Gobernó el país durante dos años, del 2018 al 2020.

Los proyectos a los que iba destinado aquel dinero eran el levantamiento del Hospital de Moquegua y la expansión agrícola de la citada región. Según la condena, los pagos ilícitos alcanzaron los 2,3 millones de soles, casi 600.000 euros. El 26 de noviembre de 2025 fue condenado a 14 años de prisión, además de los nueve de inhabilitación, por cohecho y corrupción en los negocios.

El expresidente de Perú, Martín Vizcarra.

El expresidente de Perú, Martín Vizcarra. Reuters

Barbadillo, desde dentro

El centro penitenciario de Barbadillo, situado en el distrito de Ate Vitarte, está ubicado en el interior de las instalaciones de la Dirección de Operaciones Especiales de la Policía peruana. Cuenta con una sala de juicios y es la sede de la unidad policial antiterrorista del país.

El penal lo administra el Instituto Nacional Penitenciario (INP), encargado de mantener más de 60 cárceles repartidas por todo el territorio de Perú. El exjefe del INP Javier Llaque Moya sostuvo a la CNN que en Barbadillo "no hay celdas ni barrotes, sino cuatro habitaciones, cada una con su cama, baño y un pequeño comedor y recepción de visitas".

Los habitáculos están cerrados con puertas de metal y candado desde las 21:00 horas. Sin embargo, antes de ello, los reos pueden deambular por los dos jardines con los que cuenta la cárcel, que funcionan como áreas comunes y pueden relacionarse entre ellos. Oficialmente, cuenta con una capacidad para dos reclusos, pero se podría ampliar hasta dos internos más. Las celdas alcanzan los 800 metros cuadrados.

Según las declaraciones de Llaque, Humala, el mandatario enviado al presidio por su vinculación con la mercantil Odebrecht, se encuentra en la misma habitación que ocupó el exmandatario Fujimori. Por otro lado, Vizcarra fue internado en una habitación construida recientemente.

Los últimos años en el país andino han sido convulsos, con una serie de "crisis políticas". El tablero político peruano ha estado marcado por destituciones, escándalos de corrupción e intentos de golpes de Estado.

Todos estos vaivenes han propiciado que hasta siete presidentes, una media de uno al año, hayan sido enviados al penal de Barbadillo. Aunque es probable que estos no sean los únicos huéspedes que pasen por el centro penitenciario denominado "presidencial". A la expresidenta Dina Boluarte le acechan numerosos asuntos judiciales.

Boluarte, en la mira

Dina Boluarte, la primera mujer en liderar Perú, fue destituida el pasado 10 de octubre por el Congreso debido a su "incapacidad moral" para ejercer el cargo. Varias formaciones políticas de todas índoles pidieron su cese a través de cuatro mociones de censura. Asumió el cargo el 7 de diciembre de 2022.

Dina Boluarte se dirige a la nación peruana tras ser destituida.

Dina Boluarte se dirige a la nación peruana tras ser destituida. Angela Ponce Reuters

Sin embargo, Boluarte no apareció y los legisladores contaban con los votos suficientes para proceder con un proceso de destitución acelerado.

Durante el mandato de Boluarte, se enfrentó a múltiples investigaciones judiciales por delitos de corrupción que han cercado su gobierno. Dejó el bastón de mando siendo la presidenta más impopular de Latinoamérica con una aprobación que apenas llegaba al 3%, según varias encuestas.

La salida de la presidenta peruana, seis meses antes de que se celebren elecciones generales, se enmarcó en un contexto de grave crisis de inseguridad y violencia que atraviesa el país, así como en la falta de medidas eficaces para hacer frente al crimen organizado.

La erosión de su imagen y su mandato fue tal que partidos que la apoyaban hasta ahora, como Fuerza Popular y Renovación Popular, votaron a favor de su cese.