Gavin Newsom, durante una conferencia de prensa de legisladores demócratas en Sacramento.

Gavin Newsom, durante una conferencia de prensa de legisladores demócratas en Sacramento. Carlos Barria Reuters

América

El gobernador de California lidera la oposición a Trump con su exitosa campaña de memes y parodias del presidente

Newsom copia el manual MAGA para ridiculizar al presidente, recaudar millones y ganar protagonismo en la batalla de la redistribución del mapa electoral.

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Gavin Newsom, gobernador de California y eterno presidenciable demócrata, ha encontrado una nueva forma de desafiar a Donald Trump: usar sus propias armas en su contra.

En las últimas semanas, el político californiano ha desplegado una estrategia de sátira política que consiste en apropiarse del estilo, la estética y los recursos de campaña del trumpismo para ridiculizar al presidente y, de paso, engordar su propia caja electoral.

El movimiento arrancó a mediados de agosto, cuando Newsom comenzó a lanzar en redes sociales mensajes escritos íntegramente en mayúsculas, plagados de superlativos y rematados con sus iniciales, “GCN”, una copia deliberada de los tuits característicos de Trump firmados “DJT”.

En uno de los episodios más sonados, arremetió contra la presentadora de Fox News Dana Perino llamándola “DANA ‘DING DONG’ PERINO” en un estilo idéntico al de los apodos insultantes que el republicano popularizó en 2016.

El resultado fue inmediato: los programas estrella de la cadena conservadora entraron al trapo y amplificaron la parodia que pretendían desautorizar.

La “Patriot Shop”

Pero el verdadero golpe de efecto llegó con la apertura de la “Patriot Shop”, una tienda virtual gestionada por el comité político de Newsom, Campaign for Democracy.

Allí se venden gorras rojas con el lema “Real Patriot”, camisetas con la inscripción “TRUMP IS NOT HOT”, sudaderas estampadas con un provocador “Make America Gavin Again” y, sobre todo, una Biblia de 100 dólares fabricada en EEUU que se agotó en cuestión de horas.

La maniobra no es inocente: reproduce con sorna el ecosistema de productos MAGA, desde las gorras a los perfumes y biblias que el propio Trump promociona como símbolos de identidad patriótica.

Batalla electoral

Lejos de quedar en una anécdota, la ofensiva digital ha generado una ola de cobertura mediática nacional.

Axios, The Independent y medios locales como ABC7 han documentado cómo la parodia se inserta en un contexto mucho más serio: la batalla por la redistribución del mapa electoral en California, un proceso clave de redistribución de distritos electorales que marcará la representación política de la próxima década.

Al apropiarse de los códigos de Trump, Newsom logra desplazar a su terreno un debate árido y atraer la atención de donantes y votantes que, de otro modo, no mirarían hacia Sacramento.

Dinero y seguidores

Las cifras confirman el éxito. Según The Daily Beast, la estrategia ha permitido a Newsom recaudar más de 6,2 millones de dólares en apenas una semana, coincidiendo con el lanzamiento de la tienda y la oleada de mensajes en redes.

Además, su equipo de comunicación asegura haber sumado más de 300.000 seguidores nuevos en X (antiguo Twitter) desde que arrancó la ofensiva.

La reacción conservadora no se hizo esperar. Portavoces de Fox tacharon a Newsom de “obsesionado con Trump” y lo acusaron de “trumpificarse” para llamar la atención.

Sin embargo, esas críticas solo alimentaron la dinámica que busca el californiano: cada réplica airada se convierte en combustible para reforzar la sátira y multiplicar su eco.

Dudas demócratas

No todos en el Partido Demócrata, sin embargo, están cómodos con la estrategia. Algunos editoriales en la prensa local advierten del riesgo de “parecerse demasiado” a Trump y de degradar aún más el nivel del debate político.

Newsom, en cambio, parece convencido de que la sátira es un arma legítima en un ecosistema dominado por la cultura del meme y la guerra cultural.

El resultado, al menos por ahora, es que el gobernador ha logrado convertir la estética MAGA en un espejo deformante que le reporta atención, dinero y protagonismo.

Con la “Patriot Shop” funcionando a toda máquina y las cámaras pendientes de sus mayúsculas digitales, Newsom se ha asegurado un asiento en la conversación nacional.

En un país donde la política se ha convertido en espectáculo, su estrategia demuestra que la mejor manera de combatir a Trump, según él, puede ser burlarse de Trump con sus propios recursos.