El presidente argentino Javier Milei en una rueda de prensa durante su visita a Paraguay.

El presidente argentino Javier Milei en una rueda de prensa durante su visita a Paraguay. Reuters

América

El FMI rescata a Milei con un préstamo de 20.000 millones de dólares en el momento más crítico de su gestión

El presidente argentino recurre a la institución que ha criticado en repetidas ocasiones para "continuar con la desinflación" del país.

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Buenos Aires (Argentina)
Publicada

El caos de la guerra comercial no distrae a Donald Trump si se trata de obsequiar espaldarazos a sus amigos políticos. Así lo acaba de demostrar con su presidente favorito en Latinoamérica, Javier Milei, que afronta turbulencias en la economía, investigaciones por promover la cripto estafa $LIBRA y hasta otra huelga general –la tercera en 16 meses-.

Trump enviará el lunes a Buenos Aires al secretario del Tesoro, Scott Bessent a reunirse con Milei. Analizarán "las maneras en que nuestras naciones pueden profundizar aún más nuestra vital relación económica", dijo un comunicado. Lo curioso es que en noviembre Milei tildó de "pedófilos" a los gays que adoptan niños, tal y como hizo Bressent.

Además, el Fondo Monetario Internacional (FMI) aprobó ayer viernes el rescate financiero que le había solicitado Milei. Serán 20 mil millones a desembolsar en cuatro años. El Directorio lo resolvió en una votación en Washington. El representante de España se había opuesto (Pedro Sánchez y Milei están enemistados).

Milei necesita fondos frescos para aquietar los mercados, que desconfían del plan económico. En las últimas semanas, los inversores vienen retirando sus pesos de los bancos y compran dólares, como refugio de valor. Ello obligaba al banco Central, que tiene reservas netas negativas, a desprenderse de ellas.

"El nuevo préstamo del FMI irá a recapitalizar el banco Central" y así "tener una moneda más sana y continuar con la desinflación", anunció el ministro de Hacienda, Luis Caputo. A la vez, anticipó que "a partir del lunes se termina el ‘cepo’ cambiario", es decir, la regulación estatal del mercado de divisas.

Hasta ahora la cotización de la moneda extranjera fue fijada por el Gobierno, pero la semana próxima empezará a ‘flotar’ en una franja cambiaria entre 1.100 y 1.400 pesos por dólar. De hecho, ello constituye una devaluación del peso de hasta 28% respecto a su valor actual de 1.097 pesos por cada billete estadounidense.

"Somos un Gobierno que se está imponiendo por los hechos. Hoy Argentina es uno de los cinco países en el mundo que tiene superávit fiscal y está mejor preparado para absorber shocks externos", dijo el ministro. Y vaticinó que, a su entender, "Argentina está preparada para crecer a tasas chinas en los próximos años".

Milei ha pedido auxilio a quien siempre criticó. "Los liberal-libertarios detestamos al FMI –declaró- porque es una creación de (los economistas heterodoxos Harry Dexter) White y (John Maynard) Keynes2. Y sentenció que "es una institución perversa, porque cuando un país va a estallar pone la guita y permite tirar el ajuste para adelante".

"En mi mundo no existe el FMI, si yo fuera gobierno no hubiera caído en el FMI", posteó en su cuenta de X en 2019 cuando era diputado y se debatía un acuerdo bilateral. Además, opinó que "tomar deuda no solo no es de liberal, sino que lo consideramos inmoral por implicar un robo a generaciones futuras".

Argentina y el FMI

Argentina es adicta al FMI: suscribió 22 convenios en los últimos 70 años. La dictadura militar que en 1955 había derrocado al peronismo metió al país en el organismo. Desde la primera ayuda en 1958, los salvatajes provocaron más crisis y una espiral de endeudamiento. Los préstamos se multiplicaron 760 veces, o 76.000 por ciento.

A consecuencia de ello, el país es el mayor deudor del Fondo: 41 mil millones de dólares 'en rojo', una cifra que no puede honrar y viene refinanciando en sucesivos contratos. A cambio de sus préstamos, el prestador siempre exigió ajustes: recorte del gasto público, austeridad fiscal, desregulación de la economía, y subida de tarifas.

En 1976, apenas dos días después del golpe de Estado, el Fondo prestó 100 millones de dólares a la recién estrenada dictadura militar (1976-1983) exigiendo límites a los salarios y libertad a los precios. También solicitó la liberalización total de la banca -ley de Entidades Financieras-, que se mantiene hasta la actualidad.

Otras medidas fueron la flexibilización laboral, privatización de los servicios públicos, reforma tributaria, liberalización del comercio exterior e interior, quita de controles a la entrada y salida de capitales, según consta en el libro Historia de las relaciones entre Argentina y el FMI, de la especialista Noemí Brenta.

La dictadura militar, que aplicó una política monetarista inspirada en la Escuela Austríaca seguida por Milei, multiplicó por siete la deuda externa. En 2001 el FMI blindó a Argentina con un préstamo extraordinario. Sin embargo, la economía voló por los aires, el Gobierno cayó y se decretó el ‘corralito’ bancario, confiscación de los ahorros.

Toda esa tumultuosa historia con algunos gobiernos que no acababan su mandato –en 2001 llegó a haber cinco presidentes en ocho días- y fracasos económicos fue acompañada por los sucesivos créditos del FMI, que incluso en aquel año llegó a proponer la dolarización de la economía.

La relación pareció enderezarse en 2006, cuando el entonces presidente peronista Néstor Kirchner pagó en efectivo la deuda, 10 mil millones de dólares. Pero en 2018 el entonces presidente conservador Mauricio Macri pidió ayuda a su par Donald Trump, con quien mantenía cierta amistad, y volvió al FMI.

Por entonces faltaba un año para las elecciones generales de 2019 y Macri quería renovar su mandato. Trump y Macri se conocían por negocios inmobiliarios conjuntos y el FMI accedió al impulso estadounidense de rescatar al Gobierno argentino: le otorgó el mayor préstamo de su historia, 57 mil millones de dólares.

De esos fondos, unos 24 mil millones de dólares ingresaron al país pero se esfumaron vía fuga de capitales, coincidieron varios economistas. Por entonces, el ministro de Economía era el mismo que ahora: Luis Caputo, a quien Milei llama "el Messi de las finanzas". Ambos han asegurado que esta vez "será diferente" a las anteriores.

Mientras tanto, Milei resolvió expulsar de Argentina al español Antoni Gutiérrez Rubí, consultor político que asesoraba al partido opositor PRO (equivalente al PP). El mandatario lo había calificado meses atrás de "basura humana". La excusa oficial fue que tendría vencida la visa, pero el español -dijo- se va "a defender" recurriendo a la Justicia.