Javier Milei junto a la comandante Laura J. Richardson, la semana pasada en Ushuaia.

Javier Milei junto a la comandante Laura J. Richardson, la semana pasada en Ushuaia. EE

América

Milei supera el orgullo por las Malvinas y pedirá la entrada de Argentina a la OTAN como 'socio global'

Además de acercarse a la alianza en la que participa Reino Unido, Milei ha recibido a la jefa del Comando Sur de EEUU para estrechar lazos militares.

13 abril, 2024 02:39
Buenos Aires

Javier Milei, el presidente argentino autodenominado anarcocapitalista, avanza en su programa de acercamiento a Occidente en un desvío de su enfoque en Latinoamérica y China. Lo último que ha hecho: anunciar que Buenos Aires solicitará formalmente ser admitido como 'socio global' de la OTAN.

Entre los países latinoamericanos, Colombia es desde 2017 el único 'socio global' de la alianza. Los uniformados colombianos entrenan con sus pares de la OTAN y colaboran conjuntamente en seguridad cibernética, marítima, combate al terrorismo y crimen organizado. El ministerio argentino de Defensa informó oficialmente que con la asociación a la OTAN pretende "reconciliar a nuestras fuerzas armadas, en este caso, con el mundo occidental, democrático y libre".

Entre los militares argentinos pervive un sentimiento de anglofobia a raíz de la guerra de las islas Malvinas o Falklands, que en 1982 las enfrentó al Reino Unido –entonces apoyado logísticamente por los Estados Unidos– por la posesión del archipiélago austral. Todos los 2 de abril son festivos en Argentina porque se conmemora el desembarco en 1982 de los soldados y oficiales que intentaron recuperar el archipiélago. Ese día, todos rinden homenaje a los llamados "Héroes de Malvinas" caídos en combate.

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En la guerra, que duró 74 días y terminó con la rendición de Argentina, murieron 649 militares argentinos y 255 militares británicos. La ONU reconoce que las Malvinas son una colonia británica y cada cierto tiempo llama a ambos países a entablar negociaciones y hallar una salida diplomática. No obstante estos antecedentes, y contrariando el sentimiento 'malvinero' de millones de argentinos, Milei redobla la apuesta en su giro diplomático hacia los Estados Unidos e Israel pidiendo que Argentina sea 'socia global' de la alianza en la cual destaca como socio fundador el Reino Unido.

También pretende el mandatario argentino "mejorar las capacidades defensivas del país", "ser parte del debate internacional sobre seguridad" y "modernizar la doctrina, el acceso a equipos e información", según informaron portavoces del ministerio de Defensa.

El ministro del área, Luis Petri, presentará el lunes 15 la semana próxima en la sede de la OTAN, en Bruselas, la carta de intenciones de Argentina para comenzar el proceso el Plan de Acción Individual de Asociación (IPAP) que realizan los países que tienen la voluntad de ingresar como socios globales.

Argentina es desde 1997 'aliada extra-OTAN' de los Estados Unidos por un convenio bilateral suscrito por los gobiernos de los entonces presidentes Bill Clinton y Carlos Menem. Pero se trata de un acuerdo especial con Washington y no con toda la Alianza Atlántica del Norte.

Milei ya ha dado señales claras de su giro copernicano en relaciones internacionales. En su investidura recibió al presidente de Ucrania, Volodímir Zelenski, y le obsequió dos helicópteros rusos que Argentina usaba para vuelos a las bases que tiene en la Antártida.

Y días atrás, en una entrevista con CNN en Español, insinuó que podría enviar tropas argentinas a combatir a Ucrania en la guerra contra Rusia, algo que para los especialistas resulta impracticable porque las fuerzas armadas de Argentina carecen de equipamiento moderno y entrenamiento.

También recibió Milei a la jefa del Comando Sur del Ejército de los Estados Unidos, la general Laura Richardson. La uniformada resaltó el interés de Washington por defender en Argentina las reservas naturales: litio, petróleo, gas, agua dulce, etc. Se sabe que Washington, además, quiere abortar el preacuerdo de Argentina con China para la instalación de la red móvil 5G.

Milei y Richardson acordaron la construcción conjunta de una base naval binacional en la provincia argentina de Tierra del Fuego, justo enfrente a las islas Malvinas o Falklands, donde el Reino Unido tiene emplazados aviones cazas de la RAF, más un submarino y un destructor de la Royal Navy. La nueva base, según se informó, tendría fines logísticos y serviría de puerto de recalado y apostadero para los buques que navegan hacia y desde el continente antártico en expediciones científicas y turísticas.

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"Es el mayor acto de soberanía de los últimos 40 años porque, al hacer una base militar en Tierra del Fuego, nos avala el reclamo sobre la Antártida. Es el primer paso para empezar a pensar en la recuperación de Malvinas por la vía diplomática", razonó Milei.

Otro gesto de Milei hacia Occidente ha sido el reequipamiento de la fuerza aérea: aunque el Presidente repite que "no hay plata" para justificar el recorte del gasto público, concretará la semana próxima la compra a Dinamarca de 24 aviones caza F16 Falcon Fighting, en vez de los JF 17 Thunder que había ofrecido China. La compra costará 700 millones de dólares y será financiada por los Estados Unidos.

En 2013, el entonces Gobierno argentino de la presidenta Cristina Fernández viuda de Kirchner llegó a un preacuerdo con España para la compra al Ejército del Aire de 16 aviones usados Mirage F1, por 170 millones de euros, pero la operación finalmente fue desactivada por presiones del Reino Unido.

Ahora, los Estados Unidos presionan al Gobierno de Milei para que cierre la estación de observación científico espacial que China y Argentina montaron en la provincia patagónica de Neuquén. La general Richardson dijo que "es una gran preocupación" y el embajador estadounidense, Marc Stlanley, disparó: "Son soldados chinos que operan ese telescopio espacial, no sé lo qué hacen, Creo que los argentinos tampoco lo saben".

Desde la embajada china en Buenos Aires replicaron que "la estación de Espacio Lejano en Neuquén es una instalación de cooperación tecnológica espacial" y que en vez de soldados "los científicos" de Argentina y China usan "esta estación para investigación científica".

Primero el Gobierno de Milei reaccionó anunciando que haría una inspección a la base, dotada de un telescopio con antena parabólica de 35 metros de diámetro, similar al que la Unión Europea tiene emplazado cerca de allí, en la localidad de Malargüe. Pero a los pocos días reculó rectificando que sólo revisará los contratos del acuerdo suscritos con Pekín. En junio vence el préstamo de 5 mil millones de dólares (en yuanes) que China hizo en 2009 a Argentina y debe empezar a devolver.