La familiar de un detenido, al lado de un agente de la Policía fuera de la cárcel de El Inca de Quito, este jueves.

La familiar de un detenido, al lado de un agente de la Policía fuera de la cárcel de El Inca de Quito, este jueves. Reuters

América

Ecuador entra en la ruta latinoamericana del narco: Guayaquil ya supera en crímenes a Ciudad Juárez

El tránsito de la cocaína colombiana ha atraído al país a cárteles de todo el mundo, cuya presencia ha provocado una crisis de seguridad nunca antes sufrida.

10 junio, 2023 03:16

La mañana del jueves, la Policía ecuatoriana acudía al rescate de cuatro abogados que los presos de una cárcel de Quito habían atrapado para exigir que los trasladaran a otro centro. Motines así no son noticia en la vecina Colombia o en el menos cercano México, pero siguen llamando la atención en Ecuador, un país otrora pacífico y exento del yugo de la droga, donde estos sucesos son cada vez menos excepcionales.

El mismo día, las autoridades confiscaron más de dos toneladas de cocaína en una vivienda de Guayaquil. Esta estampa, que habría causado revuelo hace años, es habitual en el Ecuador de Guillermo Lasso. Desde inicio de 2023, se han decomisado 87 toneladas de droga en el país. Este dato lo convierte en el tercero del mundo donde más narcóticos se incautan, sólo por detrás de Colombia y Estados Unidos, según la Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga (Unodc).

Guayaquil, la mayor ciudad costera de Ecuador, es precisamente el epicentro de este aumento de la criminalidad. Allí, los asesinatos han subido un 65% en los primeros meses de 2023 respecto al mismo período el año pasado. La razón: en la reciente integración de Ecuador en las grandes rutas del narcotráfico, este puerto marítimo —uno de los principales del Pacífico sudamericano— es el principal blanco de los cárteles.

Agentes de las autoridades ecuatorianas hacen guardia este jueves frente a la cárcel de El Inca (Quito).

Agentes de las autoridades ecuatorianas hacen guardia este jueves frente a la cárcel de El Inca (Quito). Reuters

Como consecuencia, la ciudad se ha convertido en el set de los mayores crímenes de la historia reciente del país: matanzas a patrullas de la Policía, coches bomba y cuerpos colgando de puentes. La estrategia de las bandas consiste en amedrentar a los vecinos, en ocasiones apuntando a los objetivos más débiles: los niños. En un reportaje reciente, The Wall Street Journal cuenta cómo los delincuentes utilizan a los menores como rehenes, asistiendo incluso en la puerta de las escuelas. La situación es tal que el diario neoyorquino habla de Ecuador como un nuevo norte de México, en el que la criminalidad en Guayaquil ya ha superado la de Ciudad Juárez.

El nuevo rol del país sudamericano en el trasiego de drogas lo explica, en primer lugar, el auge de la producción en Colombia desde que 2015, cuando se prohibió la fumigación aérea de los cultivos. En los últimos años, "gran parte de la droga ha pasado a través de Ecuador debido a su frontera porosa y a la débil seguridad portuaria", hasta el punto que gran parte de "la cocaína que sale de Colombia pasa por Ecuador", según Antoine Vella, de la Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito.

[Guillermo Lasso anuncia que no se presentará a la elecciones presidenciales de Ecuador este agosto]

Esta afluencia ha propiciando la injerencia de nuevas organizaciones criminales. Regionales, en el caso del cártel de Sinaloa y otras bandas mexicanas; pero también de otros lares, como la mafia albanesa. "Los mexicanos envían principalmente cocaína a Estados Unidos, mientras que las bandas albanesas orquestan los envíos a Europa", cuentan al Wall Street las fuerzas de seguridad ecuatorianas.

Además de la llegada de crimen extranjero, este boom de la droga ha implicado a muchos ecuatorianos. En la mayoría de casos, los nuevos grupúsculos de traficantes que han ido afiliando a organizaciones extranjeras. Así, hasta 2021 encontramos a los Choneros, subsidiarios del cártel de Sinaloa, que se escindieron tras el asesinato de su capo en diciembre de 2020. La fragmentación en grupúsculos —de nuevo— desde entonces ha entablado en suelo ecuatoriano una lucha por el botín entre una miríada de pequeñas bandas inexistentes hasta hace dos años.

La batalla ha cobrado tal intensidad que ha permeado las prisiones del país, "controladas por las bandas, y convertidas en campos de exterminio, donde los reclusos descuartizaban a sus rivales durante motines que duraban horas", explica el reportaje citado: "Más de 430 reclusos murieron en masacres en 2021 y 2022".

Ecuador reacciona

La situación en Guayaquil y otros núcleos urbanos de Ecuador han afectado al grueso de la sociedad. Uno de los mayores damnificados ha sido la prensa, sujeta a amenazas de muerte si indagaba en los tejemanejes del narcotráfico. Los medios que lo siguen haciendo han dejado de publicar el nombre de los periodistas que escriben sobre el tema.

Por su parte, la emigración está alcanzando cifras récord. Billy Navarrete, director del Comité para la Defensa de los Derechos Humanos de Guayaquil, cree que "todos están buscando la manera de irse, porque no ven ninguna posibilidad de que las cosas mejoren". El éxodo ecuatoriano se dirige principalmente a EEUU, informa el Ministerio del Interior. "Desde octubre, inicio del año fiscal 2023, unos 68.000 ecuatorianos han llegado a la frontera sur de EEUU, frente a los 5.727 del periodo anterior", cita The Wall Street Journal.

Por su parte, el Gobierno de Guillermo Lasso no ha sabido frenar la crisis. El presidente, que anunció hace un mes su "muerte cruzada" —disolvió las Cortes y convocó nuevas elecciones en agosto a las que no se va a presentar—, ha aprobado una medida controvertida. El 4 de mayo, promulgó un decreto ejecutivo que da luz verde para que las autoridades usen la fuerza letal contra estos grupos organizados. 

Familiares de reos gritan a las afueras de la cárcel quiteña de El Inca, este jueves.

Familiares de reos gritan a las afueras de la cárcel quiteña de El Inca, este jueves. Reuters

Lasso fue instado a dar este paso por el Consejo de Seguridad Pública y del Estado (Cosepe), que a finales de abril reconoció el narcotráfico como terrorismo. "Para enfrentar y contrarrestar" la proliferación del crimen, el decreto autoriza en nombre del jefe del Estado ecuatoriano que se ejecuten operaciones militares a través de los instrumentos internacionales, las disposiciones de la Constitución y el ordenamiento jurídico interno.

El presidente conservador ha informado además de que la Policía ecuatoriana apoyará en estas operaciones militares al Ejército. Lasso también anunció recientemente reformas a un decreto para permitir a los civiles portar armas para defensa propia.