Un cartel en la entrada de un comercio de Buenos Aires indica el tipo de cambio del peso a tres monedas extranjeras.

Un cartel en la entrada de un comercio de Buenos Aires indica el tipo de cambio del peso a tres monedas extranjeras. Efe

América

El fin del peso: la inflación hace inminente el paso de Argentina al dólar en plena carrera electoral

Pese a los intentos del Banco Central por paliar la situación, los argentinos están viviendo una transición informal hacia la dolarización de su economía.

28 abril, 2023 03:17
Agencias

El alza del dólar negro está ahogando la economía argentina. La población ha tratado de hacerse con divisas estadounidenses paralelas en el mercado clandestino —el dólar blue— por las fuertes restricciones que aplica el Gobierno para acceder al oficial. Pero, desprovista ya de un tipo de cambio estable, la moneda nacional se levanta cada día con un valor inferior.

Esta semana, una crisis cambiaria ha llevado el peso argentino a mínimos históricos. La inflación de su economía es ya del 104,3%, tras haber superado en febrero por primera vez desde la crisis de 1991 un auge del 100% interanual. Esto ha provocado que casi uno de cada cuatro ciudadanos viva bajo el umbral de la pobreza. Hoy, el país está sumido en la volatilidad absoluta de precios y la escasez de mercancías.

El Banco Central de Argentina ha abordado la situación este jueves aumentando la tasa de préstamo: ha subido el tipo de interés de referencia diez puntos porcentuales (mil puntos básicos), y las Letras de Liquidez (Leliq) hasta el 91%, con la esperanza de así estabilizar el peso. La entidad ya hizo el mismo intento la semana pasada, cuando subió la tasa en 300 puntos básicos (hasta el 81%).

Un hombre junto a productos lácteos en un supermercado en el centro de Buenos Aires.

Un hombre junto a productos lácteos en un supermercado en el centro de Buenos Aires. Reuters

La nueva medida ya ha causado una apreciación de un 1,3% de la moneda argentina en el mercado negro (463-468 por dólar), aunque sigue estando a más del 100% del tipo de cambio oficial de 222 por dólar. Un tipo de interés más alto ofrece más incentivos a los ahorradores para mantener sus fondos en pesos, pero afecta negativamente al endeudamiento y el crecimiento económico.

"El aumento de la tasa es una medida prometedora, pero tardía", ha dicho Sergio Chouza, de la consultora Sarandí, a Reuters. Leonardo Chialva, otro analista, considera que la medida sería un "parche" que podría traer calma a los mercados por ahora, pero no solucionaría las dificultades estructurales. "El problema de fondo es el fiscal, y la cura necesaria es difícil de llevar a cabo en un año electoral", ha dicho.

Un billete de mil pesos argentinos sobre varios billetes de cien dólares estadounidenses.

Un billete de mil pesos argentinos sobre varios billetes de cien dólares estadounidenses. Reuters

El país sudamericano se ha acogido a un programa de préstamo de 44.000 millones de dólares del Fondo Monetario Internacional (FMI), que incluye objetivos para tener un tipo de interés real positivo, frenar la inflación y aumentar sus escasas reservas de divisas. Pese a ello, los analistas predicen que los precios subirán este año entre un 110% y un 130%. "Es una moneda al aire", ha dicho a Reuters Shila Vilker, directora de la consultora Trespuntozero: "Lo que vemos es mucha fragmentación en lo que se ofrece políticamente".

La política no ayuda

La incertidumbre política ha sacudido aún más los mercados financieros argentinos. Los dos últimos presidentes del país han anunciado recientemente que no participarán en la campaña para las elecciones generales de octubre, lo que deja la carrera muy abierta y el resultado en el aire, con Javier Milei, un libertario de extrema derecha que quiere desmantelar el Banco Central, como único candidato seguro.

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Fachada de la sede del Banco de la Nación Argentina, en Buenos Aires.

Fachada de la sede del Banco de la Nación Argentina, en Buenos Aires. Reuters

Tras la retirada de la carrera electoral del presidente Alberto Fernández y su predecesor Mauricio Macri, persisten dudas sobre la también exmandataria Cristina Fernández de Kirchner.

Aunque imputada por el caso Vialidad, la exinquilina de la Casa Rosada no se ha pronunciado claramente sobre qué hará de cara a las elecciones de octubre. "Las estrategias de Cristina y sus juegos de silencio en parte son porque no tiene ni la menor idea de qué hacer o cómo intervenir en esta realidad", ha dicho el analista Martín Rodríguez a CNN.

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Por su parte, los sondeos parecen dar la victoria a la coalición de derechas Juntos por el Cambio. Pero esta tampoco está exenta de enredos: su partido principal, Propuesta Republicana (PRO), está sufriendo graves fisuras internas tras la decisión de Macri de no presentarse a los comicios. El expresidente ha dejado el campo libre a las rivalidades existentes entre tres candidatos que llegarán a las urnas con su electorado dividido.

El plan Milei

En medio de la confusión, el economista de ultraderecha libertaria Javier Milei parece atraer a votantes de otros partidos de izquierda y derecha "muy enfadados con la política que parecen optar por esta nueva fuerza", afirma Facundo Nejamkis, director de la empresa encuestadora Opina Argentina.

Javier Milei posa tras una entrevista, el año pasado.

Javier Milei posa tras una entrevista, el año pasado. Reuters

La propuesta de Milei orbita alrededor de un plan radical de revitalización financiera. El candidato aboga por la dolarización de la economía argentina, es decir, por adoptar el dólar estadounidense como moneda corriente y disolver el Banco Central que administra el actual peso argentino. El candidato promete llamar a la población a plebiscito sobre este asunto si sale elegido en octubre.

Estos postulados se basan en el trabajo de los economistas argentinos Emilio Ocampo y Nicolás Cachanosky, coautores de Dolarización: una solución para la Argentina, que justifican que es deber del Estado garantizar el acceso a la moneda que demanda el mercado. "El Banco Central es un deudor de primera instancia del sistema financiero y el FMI es el verdadero prestamista de última instancia", ha dicho este jueves Cachanosky a Infobae.

Milei se apoya en la realidad de las prácticas económicas de la Argentina de 2023: "Hay que hacer una reforma monetaria, el peso ya no existe. Hay que crear moneda nueva o adoptar otra, y la realidad es que los argentinos ya adoptaron el dólar. La inflación en dólares desde 2002 ha sido cero, porque el dólar aumentó igual que la tasa de inflación", opina.

La medida económica del candidato de ultraderecha encuentra detractores en quienes sostienen que el Gobierno no puede comprar todos los pesos en circulación cuando no tiene ni reservas ni crédito externo. "¿Con qué recursos lo va a hacer?", manifiesta Andrés Neumeyer, execonomista jefe del Banco Central Argentino, en una entrevista a Infobae.

La dolarización "exigiría la conversión forzosa de títulos denominados en pesos a un tipo de cambio artificialmente alto", dice Eduardo Levy Yeyati, asesor de la antigua coalición conservadora Cambiemos. Además, supondría un camino de ida: "convertir a la fuerza los contratos a una moneda en circulación es imposible", sentencia.

El ejemplo de El Salvador y Ecuador, que ya emprendieron este viaje, muestra dos economías expuestas a "perturbaciones externas (precios del petróleo; competencia china; ciclos financieros mundiales; pandemias y guerras) sin capacidad para utilizar el tipo de cambio como amortiguador", dice Levy Yeyati. 

Emiliano Libman, del centro de investigación y diseño de políticas públicas Fundar, suscribe las opiniones anteriormente citadas, y anima a Argentina a luchar por mantener su moneda con una inflación baja siguiendo la experiencia de Brasil, Perú o Uruguay, para así conservar los "márgenes de maniobra para implementar políticas fiscales, monetarias y cambiarias contracíclicas que la dolarización no brinda".