Aníbal Fernández, actual ministro de Seguridad de Argentina.

Aníbal Fernández, actual ministro de Seguridad de Argentina. Twitter

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El ministro de Seguridad de Argentina: si la derecha gana las elecciones "habrá sangre y muertos"

Aníbal Fernández teme "represión" si la oposición toma el gobierno en octubre, y la derecha ―fragmentada― no ha tardado en reaccionar.

14 abril, 2023 03:46

El ministro de Seguridad argentino, Aníbal Fernández, ha echado leña al fuego de la política del país con unas declaraciones sobre las terribles consecuencias que tendría el triunfo de la actual oposición al gobierno de Alberto Fernández del que él forma parte.

Durante una entrevista televisada este miércoles en el canal nacional C5N, Fernández ha dicho que se puede ver en la derecha opositora "un grupo de gente que tiene cero formación, con vocación por el agravio y por lastimar, y lo que propone saldría únicamente por represión. Las calles regadas de sangre y muertos van a producir si tuvieran la posibilidad de hacer gobierno".

El ministro, miembro del peronista Partido Justicialista (PJ) que, junto a otros, compone la coalición política Frente de Todos, hace referencia en su discurso a la Propuesta Republicana (PRO) del expresidente Mauricio Macri, especialmente a su ala dura, representada por Patricia Bullrich. Fernández también teme el posible ascenso del candidato ultraderechista Javier Milei.

Como integrante del oficialismo, Aníbal Fernández apoya la candidatura a reelección de su presidente Alberto Fernández, para el que ejerce como ministro desde septiembre de 2021. Sin embargo, también ha dejado clara ante las cámaras de C5N su voluntad de concurrir a los comicios en representación del peronismo: "Yo tengo toda la vocación del mundo de ganar. Soy un carnívoro hecho y derecho y no sé vivir de otra manera que no sea comiendo carne. Necesito que el presidente dé el guiño nomás".

La derecha contraataca

Las declaraciones de Aníbal Fernández han causado exasperación en los candidatos del PRO, un partido ya fracturado en su núcleo. Horacio Rodríguez Larreta, alcalde de Buenos Aires y disidente de la facción pro-Mauricio Macri del partido, ha tuiteado: "Ni sangre ni muertos. Están los que encienden el fuego. Y estamos los que lo apagamos. Violentos nunca más".

Del bando del PRO partidario de Macri, Patricia Bullrich ha sentenciado: "En nuestro gobierno tuvimos el índice de homicidios más bajo desde que se mide, ministro Fernández".

Bullrich, que junto a Rodríguez Larreta es la favorita para concurrir a las elecciones en representación del republicanismo, ha apostillado: "Las calles ya están regadas de sangre y muerte, por si usted no se enteró. Háganse cargo".

Otras figuras de Juntos por el Cambio (JxC), la mayor coalición de la oposición política, han expresado asimismo su indignación por las palabras de Aníbal Fernández.

Maximiliano Ferraro, diputado y presidente de la Coalición Cívica, ha declarado al medio argentino Infobae que "las amenazas de Aníbal Fernández son una nueva muestra de su accionar violento y brutalidad".

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Ferraro denuncia "su constante verborragia y ramplonería" como "una amenaza a la convivencia pacífica en Argentina", y describe al ministro de Seguridad como un "chupamedias del jefe de turno, que solo puede ofrecer palabrería y ocurrencias para la televisión, pero es uno de los responsables del aumento de la violencia, inseguridad y narcotráfico en los últimos 20 años en nuestro país".

Por su parte, Alfredo Cornejo, de la Unión Cívica Radical, ha reconocido que no le extraña "que un negador compulsivo esconda el mayor logro de su gestión: llenar las calles de sangre y muerte".

Fracturas en la derecha

Tras la apertura de una grave crisis en el seno del PRO, los principales dirigentes del partido han sellado una tregua pública. En un encuentro con empresarios el miércoles por la tarde, Mauricio Macri, Patricia Bullrich y Horacio Rodríguez Larreta intervinieron junto a otros aspirantes a candidatos en un panel llamado "Compromiso por una nueva Argentina".

En ponencias de 20 minutos, los tres miembros del PRO buscaron apaciguar la subida de tono causada los días anteriores tras el anuncio de Rodríguez Larreta de que modificará, pese a la desaprobación de su partido, el sistema de voto en las elecciones municipales de Buenos Aires, ciudad que gobierna.

Alberto Fernández (izda.) y Mauricio Macri (dcha.), en la toma de juramento del primero en 2019.

Alberto Fernández (izda.) y Mauricio Macri (dcha.), en la toma de juramento del primero en 2019. Reuters

El expresidente Macri zanjó la cuestión con un: "Ya está, ahora hay que seguir trabajando", y el propio Rodríguez Larreta aseguró que "no hay ninguna posibilidad de que haya una ruptura" dentro de la agrupación.

Sin embargo, parece que la puja política dentro del PRO no cesa: Macri sigue "desilusionado" con la decisión del alcalde bonaerense de aprobar unilateralmente su iniciativa, según la crónica que Infobae ha hecho del acto, por mucho que "la estrategia narrativa de Rodríguez Larreta consista en responder a cada instante que lo que él hizo es 'cumplir la ley'".

Mauricio Macri, en su intervención el miércoles por la tarde en una reunión con empresarios.

Mauricio Macri, en su intervención el miércoles por la tarde en una reunión con empresarios. Twitter

La cuestión reside en que "en el PRO conocen que todo sistema electoral es, por definición, una fórmula para repartir el poder. Es decir, cada modificación o decisión sobre la ingeniería electoral (tanto a nivel sistema electoral como de instrumento de votación) supone efectos prácticos concretos en torno al reparto de la representación política", aprecia en el diario argentino el periodista político Robertino Sánchez.

El cisma de la Propuesta Republicana puede contaminar a la integridad de JxC, la coalición de la que forma parte, y potencialmente dejar campo libre a Javier Milei, el representante de una ultraderecha populista que tiene las papeletas de convertirse en un fenómeno electoral. Tanto, que Mauricio Macri ha pronosticado que las elecciones del próximo mes de octubre llevarán a una segunda vuelta entre su coalición y Milei.