El presidente de Camerún, Paul Biya, asiste al Foro de Paz de París, Francia, el 12 de noviembre de 2019.

El presidente de Camerún, Paul Biya, asiste al Foro de Paz de París, Francia, el 12 de noviembre de 2019. Charles Platiau Reuters

África CAMERÚN

Gobernar hasta los 100 años: Paul Biya, el presidente más longevo del mundo, se presenta a la reelección en Camerún

A sus 92 años y tras más de cuatro décadas en el poder, Biya buscará un octavo mandato pese a las críticas por corrupción, su salud y el creciente rechazo dentro del país.

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El presidente de Camerún, Paul Biya, ha anunciado que se presentará a un octavo mandato en las elecciones previstas para octubre.

A sus 92 años, Biya es el jefe de Estado en ejercicio más anciano del mundo y lleva 43 años al frente del país centroafricano.

La confirmación llegó este domingo a través de un mensaje en su cuenta oficial de X (antes Twitter), donde aseguró que su “determinación para servir” está a la altura de “los desafíos urgentes” que enfrenta la nación, como informó la BBC.

Aunque su candidatura era ampliamente esperada, no se había oficializado hasta ahora. En su mensaje, el presidente afirmó que su decisión responde a las “numerosas e insistentes” peticiones provenientes de todas las regiones del país y de la diáspora camerunesa.

Sin embargo, el anuncio ha reavivado las críticas contra un régimen señalado durante años por corrupción, mal gobierno, falta de reformas democráticas y una gestión deficiente de la crisis de seguridad en el país.

Biya llegó al poder en 1982 tras la renuncia de su predecesor, Ahmadou Ahidjo, y desde entonces no ha perdido ninguna elección.

En 2008 eliminó los límites de mandato mediante una reforma constitucional, lo que le permite postularse indefinidamente.

En las últimas elecciones, celebradas en 2018, obtuvo más del 71 % de los votos, aunque los comicios estuvieron marcados por denuncias de fraude e irregularidades generalizadas por parte de la oposición.

A pesar del desgaste, el aparato del partido gubernamental -el Movimiento Democrático del Pueblo Camerunés (RDPC)- lleva meses promoviendo una nueva candidatura del mandatario, quien continúa liderando la formación.

No obstante, Biya ya no cuenta con el respaldo unánime que antes le garantizaba una victoria sin sobresaltos.

Recientemente, dos figuras clave del norte del país -región que fue crucial para su triunfo en elecciones anteriores- se han desmarcado del oficialismo.

Uno de ellos es Issa Tchiroma Bakary, exministro y veterano aliado, que abandonó la coalición gubernamental y se unió a un partido rival.

En declaraciones recientes, acusó al Ejecutivo de haber “quebrado la confianza del pueblo”. El otro es el exprimer ministro Bello Bouba Maigari, quien también ha anunciado su intención de competir por la presidencia.

A ellos se suman otros líderes opositores que ya han confirmado su candidatura, entre ellos Maurice Kamto, segundo en las elecciones de 2018, así como Joshua Osih, Akere Muna y Cabral Libii.

Pese a la fragmentación del campo opositor, el creciente hartazgo en sectores sociales y políticos dentro y fuera de Camerún alimenta las expectativas de cambio.

La salud del mandatario también ha sido motivo de especulación. El año pasado permaneció más de seis semanas sin apariciones públicas, lo que desató rumores sobre su estado físico e incluso sobre una posible muerte.

El presidente de Camerún, Paul Biya, se dirige a la 71.ª Asamblea General de las Naciones Unidas en Manhattan, Nueva York, EEUU, el 22 de septiembre de 2016.

El presidente de Camerún, Paul Biya, se dirige a la 71.ª Asamblea General de las Naciones Unidas en Manhattan, Nueva York, EEUU, el 22 de septiembre de 2016. Mike Segar Reuters

Aunque estas versiones resultaron infundadas, han contribuido a alimentar el debate sobre su capacidad para gobernar un país que atraviesa una situación económica y de seguridad precaria.

De ganar las elecciones de octubre, Paul Biya podría mantenerse en el poder hasta casi cumplir los 100 años.

Su permanencia prolongada al frente del Estado, en un continente donde el relevo generacional es cada vez más demandado, convierte su candidatura en un nuevo episodio de lo que muchos consideran el estancamiento político de Camerún.