Un hombre uniformado como soldado napoleónico observa el último cuartel general del emperador.

Un hombre uniformado como soldado napoleónico observa "el último cuartel general" del emperador. Museo Último Cuartel General

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Roban en "el último cuartel general" de Napoleón un anillo de oro de 18 quilates que perteneció al emperador corso

Los ladrones, igual que en el asalto al Louvre, forzaron una ventana para acceder al museo ubicado en el domicilio desde el que preparó la batalla de Waterloo.

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Las claves

Un anillo de oro de 18 quilates que perteneció a Napoleón Bonaparte fue robado del museo ubicado en su último cuartel general antes de la Batalla de Waterloo.

Los ladrones entraron por una ventana, rompieron varias vitrinas y también se llevaron monedas de oro y plata de la colección.

El valor histórico de los objetos robados supera ampliamente su valor de mercado, según el museo, y representan un patrimonio europeo único.

El museo estuvo cerrado dos días para asegurar las instalaciones y reabrió sin las joyas de la corona de su colección.

Si las joyas de su sobrino y su esposa fueron las víctimas del robo en el Louvre, esta semana han sido las del una vez todopoderoso Napoleón Bonaparte. Uno de sus anillos imperiales, forjado en oro de 18 quilates y con cinco brillantes engarzados, ha sido sustraído por, al menos, dos ladrones en su "último cuartel general".

Los asaltantes entraron por una ventana al edificio reconvertido en museo. Se trata de una antigua granja en la que Napoleón instaló su base antes de la Batalla de Waterloo (1815) y en la que preparó su última gran derrota antes de abdicar y exiliarse en Santa Elena.

Años antes, los españoles habían demostrado que el general corso, convertido en emperador de los franceses, podía morder el polvo.

Una vez dentro, los ladrones rompieron varias vitrinas y se llevaron el anillo y otros objetos de la colección como monedas de oro y plata, según la radiotelevisión pública RTBF.

El anillo lo habían recuperado sus enemigos durante la huida del militar corso tras la batalla, el 18 de junio de 1815.

El valor histórico de estos objetos, según el museo, "supera con creces su valor de mercado y representa un patrimonio único vinculado a la historia europea".

Sin embargo, la propia institución aclaró que los coleccionistas "estarán interesados ​​en la posible reventa de estas piezas excepcionales".

Tras el robo, perpetrado entre el miércoles y el jueves, el museo estuvo cerrado dos días para asegurar las instalaciones y restaurar las salas.

Este viernes ha reabierto sin las joyas de la corona de su colección.

El presidente del consejo provincial, Tanguy Stuckens, responsable del museo, aseguró que el saqueo "refuerza" su "determinación de proteger este patrimonio único y compartirlo con el público".

"El museo se mantiene fiel a su misión: transmitir la historia y la memoria colectiva", sostuvo.

En octubre pasado, un grupo de especialistas robó en el Louvre varias joyas, varias de ellas procedían de la colección de la emperatriz Eugenia (esposa de Napoleón III), incluida su corona, que los ladrones perdieron durante la huida.

También se llevaron un collar de esmeraldas de la emperatriz María Luisa de Austria, segunda esposa de Napoleón. El corso se la regaló con motivo de su matrimonio en 1810 y está compuesto por 32 esmeraldas y 1.138 diamantes.

En la lista de joyas robadas se encuentra también un conjunto de pendientes compuestos por seis esmeraldas y 108 diamantes que le regaló el emperador a su consorte.