El presidente de Bolivia, Rodrigo Paz, durante su toma de posesión de este sábado.

El presidente de Bolivia, Rodrigo Paz, durante su toma de posesión de este sábado. Reuters Reuters

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Rodrigo Paz jura su cargo como presidente de Bolivia y pone fin a dos décadas de gobiernos izquierdistas

El país sudamericano comienza una nueva era bajo la promesa de un nuevo ejecutivo "centrista" que busca tender puentes con los países de su entorno y retomar las relaciones con Estados Unidos.

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D.Sánchez / Agencias
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Las claves

Rodrigo Paz juró como presidente de Bolivia, marcando el fin de dos décadas de gobiernos izquierdistas del MAS y el inicio de un nuevo ciclo político, económico y social.

En su primer discurso, Paz prometió reformas judiciales, económicas y "morales", y criticó a Evo Morales y Luis Arce por la crisis económica actual y la gestión de los recursos naturales.

El nuevo presidente apuesta por una política de "capitalismo para todos", apertura internacional (exceptuando países sin democracia) y retomar relaciones diplomáticas con Estados Unidos tras 17 años.

La investidura contó con la presencia de varios presidentes sudamericanos y altos representantes internacionales, mientras que Morales y Arce estuvieron ausentes en la ceremonia.

Rodrigo Paz ya es formalmente el 68º presidente de Bolivia tras jurar el cargo este sábado en La Paz.

La escena simboliza un giro político, económico y social para el país, adentrado en una nueva fase que deja atrás dos décadas de gobiernos izquierdistas del Movimiento al Socialismo (MAS), en su mayoría bajo la batuta del expresidente Evo Morales.

En su primer discurso oficial, Paz ha prometido reformas judiciales, económicas y "morales" para que Bolivia no vuelva a estar "aislada" ni "sometida" a "ideologías fracasadas".

Paz ha culpado a sus predecesores, Evo Morales y Luis Arce, de los problemas económicos que atraviesa el país. "Recibimos un país devastado. ¿Dónde están el gas y el litio?", ha asegurado, en referencia a dos recursos naturales abundantes en el país andino.

El nuevo ciclo de cinco años también ha dado muestras del giro que le espera al país a través de la vestimenta. Si sus predecesores incluían ropa y símbolos tradicionales de los pueblos originarios, el nuevo jefe de estado ha apostado por el traje y la corbata.

A su lado, el nuevo vicepresidente, Edmand Lara, ha portado un traje de Policía, en honor a su antigua profesión.

Paz Pereira, nacido en Santiago de Compostela en 1967 por el exilio de sus padres, fue elegido presidente el pasado 19 de octubre con un 54,46% de los votos en la segunda vuelta que le valieron para imponerse al conservador Jorge Quiroga.

A la investidura han acudido varios de sus homólogos en Sudamérica, como los presidentes de Argentina, Javier Milei, el de Chile, Gabriel Boric, el de Ecuador, Daniel Noboa, o el de Paraguay, Santiago Peña.

Además, el subsecretario de Estado de EEUU, Christopher Landau, también ha acudido y ha confirmado que Washington retomará las relaciones diplomáticas con Bolivia tras 17 años de ruptura.

A fines del mes pasado, Paz ya realizó su primera visita oficial al país norteamericano, con el que se busca una mayor cooperación y entendimiento.

Centrismo capitalista

Bajo la bandera del centrismo y la moderación, Paz asume la Presidencia de Bolivia en un contexto de crisis económica, agudizada por la escasez de dólares, la falta de combustible y el encarecimiento de los alimentos.

Una de sus promesas electorales es aplicar un "capitalismo para todos", con créditos baratos para los emprendedores, rebajas de impuestos y de aranceles para la importación de tecnología y vehículos.

El gobernante también se ha propuesto abrir Bolivia "al mundo", salvo a aquellos países que, según Paz, "no tienen democracia". En esta línea, países como Venezuela, Cuba o Nicaragua no han contado con representantes oficiales en la investidura.

La llegada de Paz al Gobierno boliviano supone el fin de 20 años de Gobierno del izquierdista Movimiento al Socialismo (MAS), con las Administraciones de Evo Morales (2006-2019) y Luis Arce (2020-2025), ambos también ausentes en la ceremonia.