Un soldado ucraniano en un refugio en Zaporiyia.

Un soldado ucraniano en un refugio en Zaporiyia. Reuters

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Se acerca un ‘invierno republicano’ en Ucrania: EEUU podría reducir su apoyo tras las 'midterms'

Varios candidatos conservadores se han posicionado a favor de cortar el grifo si logran recuperar el control de las cámaras del Congreso, hoy en manos demócratas. 

8 noviembre, 2022 02:41

Estados Unidos es, de lejos, el país que más apoyo económico ha ofrecido a Ucrania desde que empezó la guerra. Sólo en asistencia militar (que incluye armas, munición y equipamiento), el Gobierno se ha gastado 17.500 millones de dólares, a los que se le suman otros 40.000 millones en ayuda financiera y estructural.

Al parecer, si por la Administración actual fuera, probablemente la cifra seguiría engrosándose hasta que la bandera ucraniana volviese a ondear en todos y cada uno de los territorios arrebatados por Rusia. El problema es que el presidente estadounidense, Joe Biden, pronto podría ser incapaz de aprobar nuevas partidas con la misma facilidad como hasta ahora.

Este martes 8 de noviembre se celebran en EEUU las elecciones legislativas, un proceso en el que republicanos y demócratas se juegan el control de las dos Cámaras del Congreso para los próximos dos años. Hoy por hoy, tanto la Cámara de Representantes como el Senado están en manos de los "azules". Sin embargo, las encuestas llevan meses pronosticando una victoria republicana motivada, en parte, por la poca popularidad con la que cuenta el actual líder demócrata.

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En septiembre, por ejemplo, una encuesta del Washington Post y ABC señaló que el 53% de los estadounidenses no estaba de acuerdo con el trabajo realizado por Biden, mientras que el 51% de los votantes independientes dijeron querer a los conservadores en el Congreso para poner a prueba al partido gobernante.

En este sentido, si los republicanos ganan en estas midterm (elecciones de mitad de mandato), el tiempo que le queda a Biden en la Casa Blanca podría convertirse en una auténtica pesadilla legislativa. Sobre todo porque muchos de los enfoques políticos en curso podrían revertirse o paralizarse. Entre ellos, el apoyo incondicional de Washington a Kiev.

El asesor de seguridad nacional de la Casa Blanca de EE. UU., Jake Sullivan, y el jefe de la oficina presidencial de Ucrania, Andriy Yermak, asisten a una conferencia de prensa, en medio del ataque de Rusia a Ucrania, en Kyiv, Ucrania, el 4 de noviembre de 2022.

El asesor de seguridad nacional de la Casa Blanca de EE. UU., Jake Sullivan, y el jefe de la oficina presidencial de Ucrania, Andriy Yermak, asisten a una conferencia de prensa, en medio del ataque de Rusia a Ucrania, en Kyiv, Ucrania, el 4 de noviembre de 2022. Reuters

En un país ahogado por la alta inflación y sumido en una gran incertidumbre económica, cada vez son más los ciudadanos, en general, y los republicanos, en concreto, que se oponen a seguir ayudando a Ucrania. De hecho, según una encuesta del Wall Street Journal, el 48% de los votantes conservadores consideran que EEUU está haciendo demasiado para respaldar a Kiev, una opinión que en marzo solo expresó el 6%.

Esta oposición, además, está alimentada por varios de los candidatos del Partido Republicano a estos comicios que no han dudado en defender que cortarán el grifo si son elegidos.

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"Ni un centavo más"

"Bajo los republicanos, ni un centavo más irá a Ucrania. Nuestro país va primero", proclamó la congresista Marjorie Taylor Green, representante del ala del Partido Republicano más radical, en un acto en Iowa el pasado jueves. En Ohio, el candidato "rojo" al Senado, J.B Vance, señaló hace unos días que "ya se ha dado demasiado dinero a Ucrania" y que "los europeos tienen que espabilar" porque "nosotros no vamos a pagar la cuenta".

El 48% de los votantes republicanos creen que EEUU está haciendo demasiado por Kiev, según una encuesta del WSJ

En la misma línea, Kevin McCarthy, el hombre que presidirá la Cámara Baja si los conservadores recuperan el control también se pronunció a favor de reducir los fondos. "Creo que la gente va a estar sentada en una recesión y no van a querer escribir un cheque en blanco a Kiev", dijo MacCarthy en una entrevista a Punchbowl News hace unas semanas. No obstante, luego matizó que no quería acabar completamente con las ayudas, sino aumentar la supervisión para asegurar que el dinero llega a buen puerto.

Sin embargo, no existe unanimidad sobre este asunto dentro de la formación, profundamente dividida desde el paso de Donald Trump por la Casa Blanca. Uno de los disidentes es el líder republicano de la Cámara Alta, Mitch McConnell, quien, a diferencia de McCarthy, pidió a finales de octubre "mayor rapidez y proactividad" en el envío de armamento y ayuda. "El Gobierno actual y nuestros aliados tienen que hacer más para ayudar a Kiev a hacer frente a la agresión rusa".

La preocupación de Zelenski

El Gobierno de Ucrania está preocupado por este posible cambio de sentido en la política exterior de Estados Unidos justo cuando comienza la temporada de frío. Según explicaba hace un mes un funcionario ucraniano anónimo al Washington Post, estas elecciones intermedias generan inquietud de cara al invierno. "Con el nuevo Congreso Rusia obtendrá una gran ventaja mientras chantajea a los europeos en política energética", señaló al diario estadounidense.

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Lo cierto es que si la potencia que más ha contribuido a la defensa ucraniana retrocede, la situación en el campo de batalla podría cambiar radicalmente. Hasta ahora, el ejército de Kiev ha logrado resistir y grandes avances gracias al arsenal enviado por Occidente. Sin embargo, tras varias derrotas, Rusia, incapaz de competir en armamento, está intentando buscar ayuda en un antiguo aliado: el "general invierno".

Así, su estrategia en esta fase de la guerra se basa en espera: esperar a que el frío y la nieve dificulten el avance ucraniano, esperar a que los países de la Unión Europea, azotados por la crisis energética, dejen de enviar ayuda, y esperar a que el Congreso de EEUU recupere el eslogan de Donald Trump de "Make America Great Again" y renuncie a financiar intereses ajenos.