Ana Bernal

Ana Bernal GTRES

Protagonistas

'Vuelve Federico', una historia sobre saber dejar ir a nuestros seres queridos desde el amor con Lorca como protagonista

Ana Isabel Bernal publica nuevo libro cerrando así su triología sobre Federico García Lorca. 

11 enero, 2024 02:08

Esta historia la empezamos ahora por el final, aunque estamos hablando de Vuelve Federico (Lunwerg Editores, 2023), que es el motivo y la excusa por la que estoy en vuestras páginas ahora mismo para hablar de todo ello. Pero creo que no podemos hablar de este final. Si no hablamos del principio. Es que vuelve Federico. Es un libro que forma parte de una trilogía dedicada a la memoria de Federico García Lorca.

[El Lorca más personal, a través de Ana Bernal-Triviño: amante, hijo y un incomodador político que "hoy podría ser feminista"]

Esto arranca hace ya tres años. He ido a libro por año y la verdad es que con cada uno de ellos he querido no solamente hacer memoria histórica sobre Federico, sino que el objetivo principal también era, como explicaré con más detalle, hacer memoria histórica feminista. Creo que era un momento de excusa perfecto para ello. 

En este caso, lo que tenemos es, como decía, una trilogía y cada una la he ido centrando en un aspecto en particular. Por ejemplo, en primer lugar tenemos la obra que tuvo muchísimo éxito, más de 10.000 libros vendidos, siendo un libro ilustrado, que eso tiene también su peculiaridad y nos coloca en un margen diferente a la hora de salida en el campo editorial.

Pero aun así fue el inicio que mucha gente cogió con muchísimo cariño. Muchísimas mujeres. Un libro en el que muchas de esas mujeres se identifican con lo que ahí se cuenta y la excusa de toda la trilogía desde un principio. Yo cuando propuse esta idea a la editorial, porque no es un encargo, es algo que nace de mí debido al cariño, al afecto y a todo mi trabajo anterior, que también yo he desarrollado en torno a la recuperación de la memoria de Federico García Lorca.

Entonces, para mí era una manera muy natural en la que confluyeron, como decía, dos visiones, esa pasión mía por Federico, al que le he pedido prestado en cierta manera, poder aprovecharme de su obra, de sus protagonistas, que eran mujeres, para de esta manera tener una excusa de acercar de otra manera diferente lo que ha sido la historia de las mujeres. 

En primer lugar, yo pensaba que esto solamente iba a ser un libro que eran las mujeres de Federico, pero al final, viendo el éxito que tuvo el primero, la editorial propuso continuar y se dio lugar a esta trilogía. Entonces, al final, cada libro, insisto, está muy centrado en un aspecto muy específico. En el primer libro, varias de las protagonistas de las obras de Federico García Lorca, las más emblemáticas, las que más conocemos doña Rosita Dolores, La Conjura, Dora La Zapatera.

Obviamente, todas las hijas de Bernarda Alba, incluyendo a Adela, a la madre, a Poncia, a Josefa, la madre de Bernarda Alba Yerma. Es decir, las mujeres que más peso han tenido dentro de su obra, a Mariana Pineda, etcétera, llegan a la Huerta de San Vicente con el objetivo de buscar al autor molestas porque han visto que la historia de las mujeres ha avanzado mucho y, sin embargo, él como autor les designó una vida en donde estaba el drama, el drama y la tragedia. Y entonces ellas se indignan ante la situación histórica en la que vivieron y quieren hablar con su autor para ver si hay alguna manera de que les cambie esa visión sobre su vida tan limitada y que sean unas mujeres libres.

En ese momento ellas van llegando poco a poco a la huerta y son unas protagonistas, unas mujeres que nunca se han conocido, que nunca han estado en contacto, pero al mismo tiempo, conforme van pasando el transcurso de las horas y están esperando en esa huerta de San Vicente, que es el lugar donde Federico García Lorca vivió, escribió sobre muchas de ellas como Doña Rosita o Bernarda, y además fue la última casa de la que salió antes de ir hacia la casa de los Rosales y que ya fuera detenido en esa casa que es muy emblemática, que tiene mucha magia, que tiene todavía mucha presencia, mucha alma de Federico, es la que da cobijo a todas ellas, ¿no?

Y entonces, ¿qué es lo que ocurre? Pues que al final, cuando las mujeres se reúnen entre ellas, empiezan a establecerse lazos, algunos temas de desconfianza se van quebrando y se empiezan a establecer vínculos de confianza entre ellas y empiezan a compartir sus historias para ver que hay de ocasional, que hay de compartido, que hay de nuevo, que hay de reflejo entre ellas y que hay de compartir, insisto.

Al final se dan cuenta de que aunque cada una viene de un libro distinto, sus historias sí que convergen y que todas comparten el mismo dolor. Este libro, además, coincidió con una etapa en la que yo tuve mayor visibilidad en televisión sobre el tema de violencia de género y yo, cuando estaba haciéndolo, reflexionaba muchísimo. Es un libro que al final habla sobre algo que, a pesar de que hayan pasado muchísimos años, sigue vigente.

Y es que las víctimas que son atravesadas por la violencia machista, al final siguen teniendo algo común y es la carga el sentirse víctimas ellas mismas, sentirse reutilizadas, el sentimiento de culpa, ese sentimiento de culpa. Y el silencio sigue acompañando a las víctimas. A día de hoy no es, por ejemplo, lo que más nos frena a muchas mujeres a la hora de denunciar cuando sufren violencia de género.

Portada 'Vuelve Federico'

Portada 'Vuelve Federico'

Entonces ya me parecía çç muy pertinente que en pleno 2021, que fue cuando salió aquel libro, estuviéramos reflexionando que lo mismo que manifestaban aquellas mujeres de Federico en sus obras, seguía vigente en las víctimas al día de hoy. Porque al fin y al cabo podemos seguir avanzando en leyes. Pero mientras que la sociedad no avance en todo su sucesivo más profundo de educación, en el que se señale o en el que se mantenga el silencio sobre la violencia que esas mujeres sufren.

Y ese era el sentido de Las mujeres de Federico. No voy a desvelar, por si alguien no lo ha leído. Si Federico aparece o no, pero es un libro de catarsis. Es un libro que muchísimas mujeres recibieron con muchísimo cariño. Por eso mismo, porque es un libro de aprendizaje y de aprender a soltar, para seguir avanzando y para ser libre.

Posteriormente, cuando yo empecé a hacer este libro y la editorial me ofrece seguir con todo esto hacia adelante, muchas mujeres me decían, que era un libro muy positivo. Veréis que la parte de diseño lo pensé también muchísimo y di sus indicaciones a la ilustración porque cada libro tenía que reflejar su esencia. El libro primero, La mujer de Federico, tiene una portada blanca, remite a Andalucía, al verde, al blanco, al ancho, a la libertad.

El tercer libro, Vuelve Federico, que es el que nos centramos hoy, es diferente, porque es cierto que, en cierta manera, a lo largo del resto de los libros siempre hay una constante. Y es que Federico le pide a Dolores, la jugadora que forma parte también de la propia producción de Federico, si hay alguna manera de ver a su madre, de ver a su familia y de despedirse de los suyos.

Yo creo que si algo hemos aprendido los últimos años, por ejemplo, cuando ocurrió la pandemia del COVID, fue que cuesta mucho dejar ir a nuestros familiares sin poder despedirnos de ellos. 

De la noche a la mañana te pueden matar o te pueden hacer cualquier acto de violencia traumático. Y tú no te has despedido de la gente que quieres o no estás con la gente que quieres. A Federico le ocurrió. Le robaron ese instante, no poder despedirse de los suyos. Aparte lo borraron de la historia durante un buen tiempo. 

En esta ocasión, ellas, sus propias protagonistas, quieren hacerle un homenaje a Federico: intentar hacerle llegar hasta su madre. Pero para eso tiene que volver a recorrer su vida, hablar con toda la gente de la que no se pudo despedir, cerrar cuentas pendientes, conversaciones pendientes.

Vuelve a hacer un recorrido de su vida desde Fuente Vaqueros hasta que la historia vuelva a terminar en Granada, en la huerta de San Vicente, de donde salió. El mensaje de esta historia es que hay que saber despedirse. Tenemos que aprender a dejar ir. Pero aprender a dejar ir sin dolor, sino desde el amor y desde la paz.

Yo he aprendido algo que creo que Federico me ha ido enseñando en cada uno de estos libros, y yo lo que he aprendido es que no puedo esperar nada de nadie, no puedo crearme expectativas para afrontar todo. Ha sido un libro de ponerme yo por en valor, de quererme y respetarme.