La nadadora chilena de aguas heladas Bárbara Hernández, conocida como La Sirena de Hielo

La nadadora chilena de aguas heladas Bárbara Hernández, conocida como La Sirena de Hielo

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Bárbara, 'La Sirena de Hielo', récord de aguas gélidas: "Es la excusa para cuidar los océanos"

La chilena de 37 años recorrió a nado 2,5 km las aguas del Antártico, a 2ºC, en algo más de 45 minutos, sin más protección que su bañador.

24 marzo, 2023 02:23

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Bárbara Hernández (Santiago de Chile, 1985) se lanzó por primera vez a las aguas gélidas de cuatro glaciares de la región de Aysén, en la Patagonia chilena, en 2015, con los permisos de los parques nacionales: "Acá en Chile somos muy buenos para poner apodos... Cuando me empezaron a conocer los periodistas locales fueron llamándome La Sirena de Hielo". Rápidamente, se dio cuenta de que era una oportunidad para visibilizar el deshielo, el cambio climático, y también para poder hablar de género, acercándose a niñas y mujeres.

Se ha apropiado de ese apodo que pasa a ser su marca personal en un momento clave, tras haber batido el récord mundial de nado más largo en aguas gélidas sin más protección que su bañador, sus gafas y su gorro: algo que a Bárbara Hernández todavía le cuesta asimilar, pero que se le antoja como un honor y un privilegio.

"Nos costó mucho lograr aunar tantas voluntades, los permisos de cancillería, el apoyo de la Armada de Chile, que fue fundamental porque fue muy peligroso", recuerda La Sirena de Hielo: "Salí con una hipotermia de 27 grados Celsius, una temperatura corporal con la que uno ya está muerto. Estaba inconsciente pero no desmayada. En dos horas me recuperé". 

La nadadora chilena de aguas heladas, Bárbara Hernández.

La nadadora chilena de aguas heladas, Bárbara Hernández. Shawn Heinrichs

Con esta experiencia definitiva en su vida y la de sus padres, que la esperaban en la Base de la Armada, consiguió "llevar los ojos del mundo al océano Antártico" para poder hablar de la necesidad de crear áreas marítimas protegidas: "Finalmente, el récord Guinness es una excusa para afirmar que lo que pasa en la Antártica repercute en el mundo entero". 

Porque su protección "depende de nosotros", cuenta Bárbara Hernández, al tiempo que menciona el Tratado Antártico, cuya primera propuesta data de 1948: "Hay que revisarlo porque en la actualidad sólo existe un área marítima protegida, ya que Rusia y China no lo ponen fácil. Chile y Argentina, al ser los países más cercanos al territorio antártico, tienen todo que hacer y demostrar en el encuentro del próximo junio".

Se refiere a la Reunión Extraordinaria del Comité de la Convención para la Conservación de los Recursos Vivos Marinos Antárticos sobre ordenamiento espacial y áreas marinas protegidas porque, como todo está conectado, los efectos del cambio climático en el continente blanco pueden alterar todo el ecosistema terrestre. Por estas causas Bárbara Hernández se tiró al agua gélida: "Manda la naturaleza. Podría haber sido absolutamente distinto... Tenía que ser y por algo fue".

La nadadora chilena de aguas heladas, Bárbara Hernández, conocida como La Sirena de Hielo

La nadadora chilena de aguas heladas, Bárbara Hernández, conocida como La Sirena de Hielo

Hernández se unió recientemente a Antarctica2020, un grupo formado por líderes del mundo de la política, la ciencia, los medios y los deportes que trabajan juntos para promover la protección de las aguas de la Antártida.

¿Cuáles son los cambios que se están observando en los océanos y la biodiversidad marina, y a los que no estamos poniendo la atención que deberíamos?

La Antártica se regula bajo tres conceptos que comprometen a los países, toda la gente que trabaja y vive allá: cooperación, ciencia y paz. Entonces, los países que pueden tener rivalidades en el territorio antártico o incluso estar en guerra, todos tienen que estar dispuestos a ayudar. Sería muy lindo si lo aplicásemos a nivel global.

Ahora, al entrar en la península Antártica, no hay nieve. Está lloviendo y eso afecta a toda la fauna, que no está preparada para recibir lluvia porque están adaptados para la nieve. Por ejemplo, cuando nacen los pingüinos, ellos pueden tolerar la nieve, pero no que sus plumas se empapen.

La nadadora chilena de aguas heladas, Bárbara Hernández.

La nadadora chilena de aguas heladas, Bárbara Hernández. Shawn Heinrichs

Hay problemas también desde lo más básico. Sobre el hielo están brotando musgos y otras cosas rojas... Yo preguntaba a los científicos y parecen ser microorganismos de la prehistoria. Lo cierto es que los están estudiando porque solo se está originando ahí debido al cambio climático y el aumento de la temperatura. De hecho, yo pasé más frío compitiendo en los Alpes franceses que en la Antártica, que incluso puede llegar a tener temperaturas sobre cero y eso también es súper extraño.

La sobrepesca de kril también tiene efectos demoledores sobre toda la cadena alimentaria marina.

La extracción de toneladas de kril que hacen estos buques de forma casi furtiva afecta a toda la biodiversidad de los ecosistemas. Esto se suma a cómo el hecho de que los hielos se derritan está cambiando la densidad del océano, que necesita oxigenación, donde está el alimento finalmente y desde donde empieza la cadena alimenticia se ve atrapada porque el agua dulce está concentrada arriba y ya no se mezcla tan rápido con la salada, que está abajo.

La fauna empieza a migrar cada vez más al sur y esto es muy preocupante. Las corrientes del océano Antártico nutren los océanos del mundo, o sea, va cambiando de temperatura cuando circula para dar la vuelta completa. Y eso también va con la migración de las ballenas, por ejemplo. Al aumentar la densidad del océano, habrá territorios costeros que eventualmente van a desaparecer.

¿Cómo exigirle a las autoridades que pongan remedio al cambio climático?

Podemos organizarnos y articular las demandas. Todo lo que sea crear conciencia para el cuidado de los ecosistemas, la reducción de las emisiones de CO2, la promoción del reciclaje o la erradicación de estas islas de plástico flotando sobre el mar, ayuda porque es un llamado también. Finalmente, son las personas las que empiezan a exigir estos cambios a las marcas, a las autoridades, en las distintas esferas de la vida.

La nadadora chilena de aguas heladas Bárbara Hernández.

La nadadora chilena de aguas heladas Bárbara Hernández.

Los países del mundo se comprometieron en la COP15 de Montreal a proteger el 30% del océano mundial para 2030 con la adopción del nuevo Marco Mundial para la Biodiversidad. El pacto en sí mismo es buena noticia, pero ¿qué esperas de ello, en lo personal y como parte de Antartica2020?

Yo espero seguir visibilizando la causa, porque no es algo personal ni que hablemos a puerta cerrada, sino que las personas naturalmente preocupadas por estos problemas finalmente se acercan. Los de Latinoamérica son países que tienen otra realidad, una realidad económica donde las problemáticas también son mucho más sociales. Entonces, acercarnos al cuidado del planeta desde el deporte, desde el amor por la biodiversidad o por el océano, y decirle "Mirá lo que pasa en este lugar y cómo nos repercute", tomamos conciencia de que todos podemos hacer algo.

Estar informados, concienciados y el uso de las redes sociales tienen un poder tremendo. Poder seguir colaborando desde mi pasión, que son los océanos y su familia, mi lugar de pertenencia, es un privilegio que también puede significar que otras personas disfruten nuestro planeta y reconozcan que debemos cuidarlo. 

La nadadora chilena de aguas heladas, Bárbara Hernández.

La nadadora chilena de aguas heladas, Bárbara Hernández.

Has completado seis de los siete mares, la versión acuática de las siete cumbres... ¿Cuándo te decidiste lanzarte a este reto? ¿Cómo empezó tu incursión en la natación?

Yo vivo en la capital, Santiago de Chile, una de las pocas ciudades de Chile que no tiene acceso al mar. Y vengo de una familia de mucho esfuerzo. Entonces, en verdad, ir al mar o ir a clases pagadas de natación no era algo que mis papás pudieran hacer siempre. Es un privilegio. Yo creo que ahí aprendí a amar el océano, el agua y la libertad de lo que significa estar ahí.

En cuanto al reto de los siete océanos, efectivamente, llevamos seis. Empecé con el estrecho de Gibraltar, que era mi sueño de niña y ninguna mujer chilena lo había cruzado previamente. Después hice el canal de la Mancha... Cuando en Chile apenas tenemos cultura acuática, por lo que fue un tremendo desafío para mí y para el equipo. Los entrenamientos no se parecen al momento en que tienes que nadar 12 horas continuas, con calambres y otras dificultades. Ha sido atreverme a soñar en grande. El último lo nadé en Nueva Zelanda, a principios de marzo. 

Nuestro último océano va a ser en Japón, el Estrecho de Tsugaru, en julio. Este año podría ser la primera persona sudamericana, entre hombres y mujeres, en terminar los siete océanos. Y todo ello va acompañado de un significado, que es transmitirles a los otros ese respeto por la naturaleza. Porque yo no conquisté la Antártica aunque tenga el récord Guinness. Salió, pero podría no haber salido. Me adapto a la naturaleza: es el mar el que manda, son las corrientes, yo tomo lo que me quiere entregar y trato de hacer lo mejor posible. Pero el resultado siempre es incierto. 

La nadadora chilena de aguas heladas, Bárbara Hernández.

La nadadora chilena de aguas heladas, Bárbara Hernández. Austral CL

Estudiaste Psicología en la Universidad de Chile... Te convertiste en la primera persona chilena en completar el desafío de la World Open Water Swimming Association, Triple Crown... ¿Te imaginabas que de que llegarías a este punto de tu vida?

Yo quería ser nadadora, pero sabía que era muy difícil. No teníamos dinero para comprar los trajes baño. Teníamos ropa usada: no es como ahora, que está tan bien visto lo vintage, lo ecologista de reutilizar las prendas. Son cosas que te marcan como niña. En mi familia, soy la primera generación en ir a la universidad en Chile. Escogí mi carrera y dije: "Quiero ser nadadora, quiero nadar por las aguas del mundo". Descubrí a los 17 años que lo que más me atraía eran las aguas abiertas.

Me hacía feliz ese mar revuelto donde mucha gente no metería ni un pie. Yo era absolutamente feliz y libre y me gustaban las olas, el viento, los cambios de temperatura, las corrientes, nadar con animales... Cosas con las que cualquier persona saldría corriendo. Cuando estuvimos en Nueva Zelanda, en las últimas dos horas llegaron los delfines. Delfines libres que te van a saludar en tu nado. ¡Es como una emoción...! Te juro que me puse a llorar, como cuando en Hawaii vinieron las tortugas.

¿Cómo no vamos a querer cuidar eso?

De repente, al llegar a la Antártica, vimos focas leopardo y pingüinos. ¿Cuántas personas en el mundo pueden decir esto? Mientras yo iba nadando, había un pingüino jugando a mi lado. Eso es lo que a mí me gusta, la fuerza de la naturaleza que saca lo mejor y lo peor de ti. Esa parte mental de conectarte con el lugar: ¿Qué es lo que haces con tu miedo, con la exigencia y la expectativa de los otros? Eso es lo que intento trabajar. Es un sueño y soy muy afortunada.

La nadadora chilena de aguas heladas Bárbara Hernández, conocida como La Sirena de Hielo

La nadadora chilena de aguas heladas Bárbara Hernández, conocida como La Sirena de Hielo

Tengo 37 años, me demoré 20 años hasta empezar a los 30. Pasaron diez años hasta que pude siquiera llegar a la Antártica. Estuve tres años trabajando sólo en eso. Un año antes de llegar a la Antártica se nos cayó el nado el día previo a subirme al avión. Hubo muchos cambios de equipo, pasaron muchas cosas. Durante todo este tiempo no hemos dejado de atrevernos a soñar en grande, a construir los cambios que queremos y es bonito sentirnos parte de eso.