Marta Rebull, psicóloga.

Marta Rebull, psicóloga.

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Marta Rebull, psicóloga: "El problema de la ansiedad es que 'catastrofizamos' las situaciones"

Según la experta, cuando vivimos un ataque de ansiedad, nuestro cerebro comienza a elaborar las peores conclusiones posibles.

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La ansiedad es una respuesta adaptativa de nuestro cuerpo que nos permite afrontar situaciones de peligro o amenaza. Es una emoción normal y necesaria para nuestra supervivencia.

Un cierto grado de ansiedad puede ayudarnos a mantenernos concentrados; sin embargo, cuando sobrepasa ciertos límites e interfiere con las actividades normales de la persona, se considera un trastorno que trae consigo una serie de síntomas graves.

Entre ellos, la psicóloga Marta Rebull identifica uno que sucede la gran mayoría de las veces, y son los pensamientos catastróficos. Para la experta, "aprender a identificarlos, observarlos como lo que son y gestionarlos, es clave".

El fenómeno de 'catastrofizar'

Biológicamente, el ser humano está preparado para sostener puntualmente momentos de estrés, especialmente cuando la huida o la reacción rápida pueden ser necesarias para sobrevivir en nuestro entorno.

Cuando este mecanismo natural se activa de forma constante o sin una amenaza real, se convierte en un estado de alerta permanente que afecta a la mente y al cuerpo, deteriorando nuestra calidad de vida.

Sin embargo, de acuerdo con los expertos, los únicos responsables de que este mecanismo se active sin una amenaza real somos nosotros mismos y nuestra percepción alterada de la realidad.

Bajo la influencia de la ansiedad, nuestra mente tiende a sobrestimar tanto la probabilidad de que ocurra un evento negativo como la intensidad de sus consecuencias, explica Rebull.

Entonces, se inicia un proceso que la experta denomina como 'catastrofizar'. "Nos convencemos a nosotros mismos de que se va a dar el peor de los escenarios posibles", explica la psicóloga.

Nuestro cerebro comienza a elaborar las peores conclusiones posibles ante una situación incierta. De acuerdo con Rebull, "el pensamiento catastrófico tiende a darse de manera muy rápida, automática e involuntaria".

Este pensamiento es tan involuntario que ni siquiera nosotros mismos somos conscientes de que el cerebro está procesando un peligro o una amenaza y, la mente "queda atrapada en un esquema ansioso".

El cerebro, condicionado por un esquema ansioso, activa mecanismos de vigilancia constante que lo llevan a buscar señales de peligro en el entorno, lo que nos mantiene en un estado de alerta y retroalimenta la ansiedad.

De esta forma, nuestra mente no solo anticipa que algo malo va a suceder, sino que además supone que el desenlace será devastador y fuera de sus capacidades para manejarlo.

Construimos, entonces, una versión de la realidad mucho más negativa de lo que, posiblemente, será. Nos anticipamos a una amenaza que, en ocasiones, ni siquiera existe.

Sin embargo, estas no son las únicas consecuencias, y es que cuando 'catastrofizamos' una situación, empezamos a dudar de nuestra habilidad para afrontar dicha amenaza.

"La ansiedad nos hace sentir más vulnerables, por lo que es normal que nos cueste más confiar en nuestra capacidad de afrontamiento", explica Rebull.

Cómo afrontar los pensamientos catastróficos

Una de las claves para manejar la ansiedad implica aprender a identificar los pensamientos catastróficos y reconocer su naturaleza distorsionada, indica Rebull.

Esto no significa negar los problemas o ignorar los riesgos reales, sino distinguir entre lo que verdaderamente está ocurriendo y lo que la mente ansiosa imagina que podría ocurrir.