
"Escribir no es solo juntar palabras, es permitir que cada libro deje huella": La historia detrás de Skye y Paula Ramos
"Escribir no es solo juntar palabras, es permitir que cada libro deje huella": la historia detrás de Skye y Paula Ramos
Como escritora, una de las preguntas más repetidas que me han hecho a lo largo de mi carrera ha sido la de "¿qué consejos darías a alguien que quiere empezar a escribir?". Y también, "¿qué significa para ti esta profesión?". Y son, en cierta manera, complicadas de responder.
Empecé a escribir mis primeras historietas a los 12 años. A los 24, probé eso de la autopublicación, y a los 27 firmé mi primer contrato editorial. Y, aun así, después de 13 novelas publicadas, a veces es difícil encontrar la mejor respuesta a esas preguntas. O quizá no.
Con Skye, la protagonista de mi última novela, La magia de las historias olvidadas, me zambullí de lleno en una trama donde los libros, la escritura y el proceso creativo son los protagonistas. Y es que, sin darme cuenta, abordé dicho tema de una forma que nunca había explorado. El lector acompañará a esta joven de Edimburgo, cuyo sueño es ser escritora, en su camino para descubrir qué es lo que falla en sus historias olvidadas, esas que guarda en su libreta porque no consigue ponerles un punto y final.
Pero claro, ¿así? ¿Sin más? No, todo es mucho más... especial y mágico. Partimos de un escenario como la capital de Escocia, donde con la celebración de Beltane todo es posible. Esta es una festividad que marca la llegada de la primavera, rodeada de leyendas y ritos, y hará que Skye descubra que todo es posible. Pero, como toda magia, también tiene sus consecuencias y reglas.
Estoy hablando casi en clave, porque si habéis estado siguiendo las presentaciones de la novela, ya sabréis que el relato viene con un secreto que los lectores tendrán que guardar. Porque aunque la premisa se centra en el proceso creativo al que debe enfrentarse, también hay un giro en la trama nada más comenzar la novela que ha de mantenerse oculto.
¿Emocionante? Ya me lo diréis. Pero, por las conversaciones que estoy manteniendo con los que ya están conociendo el libro, os puedo asegurar que sí, que os está sorprendiendo y que os encanta guardar el misterio.
Ese secreto es precisamente lo que hizo click en mi mente cuando surgieron las primeras ideas. Todo gira en torno a ello, porque me encantan los retos. Al comenzar a escribir, lo hice por ese motivo tan típico (y real) de querer crear aquello que me gustaría leer. Con el paso de los años, eso ha cambiado. Ahora, además, también me pongo desafíos: probar hasta dónde puedo llegar. Y, en definitiva, la novela de Skye ha sido todo un reto.
Todo comenzó con ese click que mencioné antes, que ya de por sí era un desafío. Pero la cosa se volvió más complicada cuando mi trama, perfectamente planificada, se vio afectada en pleno proceso de escritura. Un personaje secundario tomó mucho peso en la historia de lo que pensaba y reclamó mucha, mucha más atención.
En plena escritura tuve que echar el freno y replantear toda mi escaleta. Nunca me había sucedido algo así, y os puedo asegurar que no fue fácil. Aunque he de confesar que, con el tiempo, ha sido divertido. No lo podía ver en ese momento, pero ahora, echando la vista atrás, me doy cuenta de que esos imprevistos son parte de la magia de escribir.
Lo bueno de todo aquel embrollo es que Skye no es la única voz que encontraréis en la novela; por supuesto, no es el único personaje. Porque si algo tiene también su historia es un fuerte peso en cuanto a trama romántica. Esta vez, no estará muy segura de por quién decantarse: si por Gavin, su amor platónico de hace años, quien resulta ser el dueño de la librería Books&Mac y un hombre reservado y misterioso; o por Jack, quien aparece en su vida con su carácter arrollador para sacarla de su zona de confort e intentar ayudarla con sus historias inacabadas.
Todo esto va a desencadenar situaciones muy divertidas, diálogos chispeantes, mucha tensión y, por supuesto, muchos libros. Porque escribir, como descubrirá Skye, no es solo juntar palabras y contar historias. Es permitir que los personajes cobren vida, que los lectores se sumerjan en nuevos mundos y que cada libro deje una huella en quienes lo leen. Es también enfrentarse a los miedos y a las dudas, seguir adelante cuando la inspiración parece ausente y encontrar la historia dentro de la historia.
Espero que queráis darle una oportunidad a mi protagonista, esta soñadora que os cuenta cómo es enfrentarse a una página (o muchas) en blanco.