Marineo Sículo, autor del que se hace referencia en multitud de ocasiones en el texto.

Marineo Sículo, autor del que se hace referencia en multitud de ocasiones en el texto. Wikipedia

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Los clásicos que nos enseñaron a liderar...pero sin mujeres

Francisca Beloso
Publicada

Mientras preparaba mi tesis doctoral sobre un elogio latino de la España del Renacimiento, descubrí que la historia del liderazgo es casi exclusivamente masculina.

En el De Hispaniae laudibus de L. Marineo Sículo, el catálogo de personajes funciona como una escuela de liderazgo donde casi no hay mujeres.

Cuando un humanista decide quién entra en su libro, sus catálogos son un proto‑LinkedIn glorioso: un escaparate de talento donde solo encajan ciertos perfiles, casi siempre masculinos y pegados al poder.

Visto desde el liderazgo, el patrón resulta familiar. Primero se decide quién es ejemplar; después se construye un relato brillante para justificarlo. No es tan distinto de cuando una organización define quién entra en sus programas de “alto potencial”.

Hoy, al abrir las distintas listas de líderes influyentes, el aire de familia es claro: mujeres en minoría, tratadas como excepciones que “demuestran” que algo cambia.

Leer a Marineo con gafas de género deja dos lecciones: el liderazgo se fabrica narrativamente y las omisiones pesan tanto como los elogios. Leer los clásicos “de lado” ayuda a ver que no es un fallo individual, sino un problema de canon.