Beatriz Izquierdo posando con la portada de su libro.
Acabo de publicar mi segundo libro: Pero ¡qué dices, bro! ¿Cómo va a ser eso delito? Cómo evitar que nuestros menores se conviertan en víctimas o en verdugos y me preguntaban, hace unos días, que cómo se me había ocurrido escribir este último libro y que cuánto tiempo me había llevado escribirlo.
Empecé hace más de tres años, cuando todavía no había terminado de escribir el anterior: De los Reyes Magos al porno. Pero si lo analizo bien, es fruto de toda una vida dedicada al estudio de la conducta antisocial.
Desde pequeña, y ante cualquier crimen, me hacía preguntas. Quería saber qué podía llevar a alguien a actuar así, conocer el origen del mal. "La causa de la causa es la causa de lo causado Causa", en ese trabalenguas me he movido desde que alcanzo a recordar. Si algo tengo claro es que hay que proteger a la infancia, son años importantísimos en nuestra formación.
Proteger no es sólo intentar evitar que los niños se conviertan en víctimas, sino también que se conviertan en infractores y, para ello, debemos reflexionar sobre nuestro modelo de crianza, en una era tan tecnológica, en la que los que sus referentes deben estar a la altura.
Nuestros bros están en apuros. Mientras que, en muchos hogares y entornos escolares, intentamos educar en los valores propios de una sociedad democrática avanzada, nuestros menores, sin embargo, pueden encontrar en sus dispositivos, con acceso ilimitado a internet, un contenido que choca frontalmente con esos valores.
Muchas de las conductas que están llevando a cabo nuestros menores no son meras bromas, sino que son delitos, y algunos de considerable gravedad.
Nuestros menores tienen que entender que su obrar puede tener consecuencias demoledoras para la víctima. Debemos trabajar la prevención desde distintos ámbitos.
Hay que educar en la responsabilidad por los actos propios, y hay que enseñarles igualmente a pedir ayuda. Deben saber que el ordenamiento jurídico les puede exigir, llegado el caso, responsabilidad por su conducta, pero que también vela por la protección de sus derechos.
Y, ¿Por qué este título? Bro es un término que usan para comunicarse con sus pares. Representa el poder del grupo y su influencia en la adolescencia. Algunos de los subtítulos de los capítulos son títulos que no quise descartar, que nos acercan a su realidad.
Debemos tener en cuenta que, nuestros menores, amparados en el grupito de clase, llegan a acosar a sus compañeros en el entorno escolar, a compartir imágenes de otros menores en sus grupos de comunicación, vejándoles, infringiéndoles un trato degradante, o a agredir, causando lesiones físicas y psíquicas.
Ahora bien, el grupo también es un instrumento poderosísimo de ayuda y en esa solidaridad hay que educar, la empatía es la gran asignatura pendiente.
Ante la preocupación por los casos de acoso escolar y sus consecuencias devastadoras, me gustaría hablar de figuras que, en el seno de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad, llevan años trabajando para prevenir cualquier riesgo que afecte al bienestar y seguridad de nuestros menores en la escuela y su entorno.
Así, a través del Plan Director para la convivencia y mejora de la seguridad en estos entornos cuentan con los delegados de participación ciudadana que les permiten establecer canales de comunicación de manera permanente y directa con la comunidad educativa si se les solicita.
Igualmente, los Agentes Tutores desarrollan una fantástica labor en aquellas localidades donde está implantada esta figura, cercana y de autoridad integrada por miembros de la Policía Local. No hay un minuto que perder en la defensa de la infancia.
Si quieres un ejemplar de este libro de la abogada Beatriz Izquierdo, sorteamos tres ejemplares firmados por ella.