Científica trabajando en laboratorio.

Científica trabajando en laboratorio. istock

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No culpabilizar a las mujeres es la clave para aumentar su presencia en profesiones tecnológicas

La investigadora Milagros Sáinz ha elaborado un informe para ONU Mujeres con el objeto de incentivar las vocaciones tecnológicas entre las mujeres.

19 febrero, 2023 10:59

Las mujeres representan solo el 34 % de los graduados de la Unión Europea (UE) en ámbitos de ciencias, tecnología, ingeniería y matemáticas.

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El porcentaje es todavía menor en aquellos sectores STEM, que no tienen una conexión directa con los cuidados.

Poner fin a esta realidad, es uno de los objetivos principales de ONU Mujeres, la entidad, que se apoya en la visión de expertos en diferentes áreas de conocimiento. Milagros Sáinz, investigadora del grupo de Género y TIC (GenTIC) del Internet Interdisciplinary Institute (IN3) de la Universitat Oberta de Catalunya (UOC) ha participado en la última Comisión sobre el Estatus de las Mujeres de las Naciones Unidas con el artículo How to Address Stereotypes and Practices Limiting Access to STEM-Related Education for Women and Girls.

Además, la investigadora ya participó como oradora en el expert group meeting celebrado anteriormente por ONU Mujeres.

Sáinz en su trabajo, analiza las causas y las consecuencias de las barreras que impiden la igualdad en STEM, y aporta diferentes recomendaciones para acabar con los estereotipos y lograr la equidad. La investigadora asegura que para conseguir la igualdad de género en el acceso a las disciplinas STEM es importante hacer cambios, implicando a toda la sociedad.

Una informática en su puesto de trabajo.

Una informática en su puesto de trabajo. istock

Las mujeres, relegadas en las disciplinas STEM

En la mayoría de los países occidentales, las niñas y las mujeres están infrarrepresentadas en el sector STEM. Como consecuencia, no participan en el desarrollo de avances científicos y tecnológicos en igualdad de condiciones que sus compañeros, y sus necesidades y problemáticas no son planteadas en el diseño y producción de servicios y productos.

Además, al no contar con representación en este ámbito, obtienen menos reconocimiento. Esto contribuye a consolidar la idea de que las carreras STEM, ligadas a menudo a mejores sueldos y más liderazgo que aquellas con mayor implicación femenina, pertenecen a un campo predominantemente masculino.

Esta desigualdad tiene su origen en complejos fenómenos sociales y culturales, influenciados tanto por factores personales (la propia percepción de las mujeres de que no son válidas en algunos campos), del entorno (basados en estereotipos) como de la propia educación (la actitud de los profesores o las políticas educativas pueden alejar a las niñas de las disciplinas STEM).

Los estereotipos cobran especial importancia, ya que influyen en la elección de itinerarios educativos de las niñas. La idea de que las mujeres tienen menos talento que los hombres en algunos ámbitos se repite en muchos entornos familiares, los modelos educativos, los medios de comunicación, las redes sociales o los videojuegos, entre otros muchos ejemplos.

Por ello, a la hora de buscar soluciones, es importante que la responsabilidad de derribar el sexismo y la desigualdad en la educación y el trabajo no recaiga en las niñas y las mujeres. "Es imprescindible no responsabilizarlas por la existencia de una brecha de género en el ámbito educativo, de manera que parezca que el problema de que no haya mujeres en algunos sectores de la ciencia y tecnología les atañe exclusivamente a ellas", señala Sáinz.

"Vivimos en una sociedad machista, fundamentada en fuertes creencias sexistas, que ha privilegiado a los hombres. Estos han estado situados sistemáticamente en mejores condiciones personales y profesionales que las mujeres, mientras que estas han sido desprovistas de dichos privilegios. Esto hay que cambiarlo y los cambios se han de producir en todos los ámbitos, implicando a todos los agentes socializadores y a la sociedad en su conjunto".

Recomendaciones para el cambio

Idealmente, las medidas e iniciativas para erradicar el sexismo en la educación deben poner el foco en diferentes aspectos: aquellos que tienen que ver con la personalidad de los estudiantes (como sus capacidades y sus actitudes), con aspectos sociales (como los roles o los estereotipos) y con el papel que desempeñan otros agentes (como las familias y los profesores).

Algunas estrategias pasan por que las familias entiendan que educar a las niñas en STEM supone una ventaja y una oportunidad; otras, por formar al profesorado en materias de igualdad y por crear modelos educativos con materiales didácticos no sexistas y mujeres como referentes. 

Para lograrlo, la investigadora lidera el nuevo proyecto 'Horigestem' de financiación estatal, que analiza la influencia de mujeres referentes en ámbitos STEM a la hora de inspirar el interés de las jóvenes por los ámbitos STEM. Es importante, también, fomentar la igualdad en estudios avanzados. Para ello, el grupo GenTIC coordina Inspire, un nuevo proyecto europeo que busca promover la igualdad de género en la investigación y en la innovación científica.

"Es fundamental situar a las mujeres en el centro de los avances científicos y tecnológicos, es decir, no solo como beneficiarias de dichos avances, sino también como diseñadoras y productoras de estos", señala Sáinz.

"Basta ya de infravalorar sus competencias, sus capacidades, sus intereses y sus inquietudes. Asimismo, ya es hora de poner en valor las distintas contribuciones de las mujeres a los diferentes campos del saber y de ensalzar su gran papel en el ejercicio de los cuidados, tanto en el ámbito familiar como social, y su importancia en la innovación vinculada a estos".

De acuerdo con la investigadora, es esencial transmitir que la igualdad de oportunidades entre hombres y mujeres no se conseguirá en su totalidad hasta que los distintos agentes sociales se alineen y remen en la misma dirección.

Conseguirlo y situar a las mujeres en el centro de los avances científicos y tecnológicos contribuiría en gran medida a afrontar los grandes retos del presente, como la injusticia social o el cambio climático.