Un perro.

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Mascotario

Un educador canino aclara la realidad sobre los collares de pincho: "Un perro que actúa por miedo al dolor está asustado"

El experto, Eric, desmonta la creencia que estas soluciones mágicas capaces de transformar la conducta de un perro. 

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¿Mito o realidad? ¿Un perro con collar de pinchos es más obediente? "La respuesta te va a sorprender, pero no, no lo es", afirma Eric, educador canino con una amplia comunidad en redes. En un reciente vídeo publicado en Instagram, el especialista desmonta una de las creencias más arraigadas en el mundo del adiestramiento: que el dolor enseña.

Su mensaje es claro y directo. Eric rechaza la idea de que los collares de pinchos sean una "solución mágica" capaz de transformar el comportamiento de un perro de la noche a la mañana. "Esto es totalmente falso", sentencia. Y añade: "Lo único que produce el dolor es miedo, y con miedo no hay aprendizaje".

El miedo no enseña

Para el experto, la obediencia lograda mediante castigo no es verdadero respeto. "Un perro que actúa por miedo al dolor no es un perro educado, es un perro asustado", explica. Según él, cuando el animal obedece por temor, no comprende lo que hace bien o mal: simplemente busca evitar el sufrimiento.

Eric señala que este tipo de herramientas representan un error de base en la metodología de educación canina. "El collar de pinchos no corrige el problema, solo lo silencia por un tiempo", advierte. Lo más preocupante, dice, es que la conducta reprimida puede reaparecer más adelante, a veces incluso amplificada.

La verdadera enseñanza

Frente a ese modelo basado en la presión y el miedo, el adiestrador defiende un enfoque completamente distinto: el refuerzo positivo. "La verdadera obediencia nace de la conexión, la confianza y el vínculo", afirma. Para él, la educación de un perro no consiste en imponer, sino en construir.

Eric anima a los tutores a centrar sus esfuerzos en premiar las buenas conductas y reforzar las emociones positivas en sus animales. "Cuando un perro disfruta aprendiendo, su obediencia es natural. Un perro feliz aprende mejor que uno que solo busca no ser castigado", explica.

Su mensaje final es tan sencillo como poderoso: el respeto es siempre más eficaz que el miedo. "Un perro que confía en ti será mil veces más obediente que uno que teme equivocarse".