José Antonio, pescadero en Atarazanas.
José Antonio, pescadero en Atarazanas, rotundo sobre el turismo: "Vas por Málaga y parece que estás en el extranjero"
Este tendero del mítico mercado de la Costa del Sol considera que el turismo les perjudica más de lo que les favorece.
Más información: El Mercado de Atarazanas, una comunidad transformada en un monumento más de la Málaga turística
Málaga no es Málaga. O eso consideran algunos tenderos del mítico Mercado de Atarazanas, lugar en el que turistas y locales se encuentran: unos acuden a realizar la compra de la semana, mientras otros solo se dedican a dar muchas vueltas.
Así lo cree José Antonio, pescadero de 'Pescados y Mariscos Hermanos Castro' desde hace 45 años. El tendero muestra su rechazo a la gran cantidad de turistas que rondan por la ciudad y alega que "uno va por Málaga y parece que estamos en el extranjero".
José Antonio ya no puede ir a una cafetería normal, "para nosotros" los malagueños. El motivo es que ya no hay lugares así. "Todos los bares, las tiendas están dedicados a los extranjeros", comenta el pescadero.
¿Y a su negocio qué tal le va? Francamente, el turismo les ha afectado realmente mal. "Nos perjudica más que nos favorece", comenta. La gente que viene a comprar acude a primera hora al mercado, pero hay mucha otra que ha decidido no bajar más al centro a causa de los extranjeros.
De hecho, José Antonio asegura que el 70% de lo que entra a Atarazanas son turistas. Y no es que acudan a comprar especialmente. La mayoría se dedican "a dar muchas vueltas, ir a los bares de al lado", explica el tendero, y los que se interesan por un puesto más allá de para hacer una foto prueban tan solo un poco de todo el género del negocio.
Luego están los que tocan el pescado sin pedir permiso ni perdón, los que se quitan la camisa o aparecen directamente sin ella, los grupos de 30 personas que forman un tapón en el pasillo e incomodan al que verdaderamente acude a comprar. Aunque esto es lo normal en el mercado.
A José Antonio no le gusta que haya tantos turistas, cree que le "quitan toda la imagen a Málaga". Y como él son muchos los malagueños que piensan así. No sabe cuál es la solución, a lo mejor que se regule la entrada por grupos u horas al mercado. Una cosa está clara: la 'turismofobia' es un fenómeno con cada vez más aliados entre sus filas.
