La península de la Magdalena fue donada a Alfonso XIII en 1908 como residencia estival. Santander competía con San Sebastián, Biarritz y otras ciudades costeras cantábricas. La burguesía de El Mundo de ayer de Stefan Zweig (Acantilado), la de “un mundo sin odio”, como recuerda en su best seller el judío vienés, en la Europa de antes de 1914, disfrutaba de los veranos frescos cantábricos. Justo antes, en 1913, tomaba el monarca posesión del edificio. Pudo disfrutar de la bonanza de la neutralidad de España en la Contienda Mundial hasta que Abd el-Krim primero en el 21, el ominoso informe Picasso, tío del malagueño universal, luego en el 23, y crack del 29, acabaron definitivamente con aquella Belle Epoque con la consecuencia de que, tras las municipales del 31, el titular de La Magdalena puso pies en polvorosa.

Pasear por sus playas, al amanecer, tomar la caña con rabas antes de cenar en sus múltiples establecimientos, visitar la Fundación Botín, asistir a algún concierto, disfrutar de la terraza del Gran Casino… es un privilegio. Sentarse a la fresca a departir con colegas tras la cena camino del Hotel Sardinero o del Santemar, un clásico de la familia Santos que gestiona también el Gran Hotel Miramar de Málaga, es un placer y las risas están garantizadas. No olvidaré una noche con Mateo Valero (BSC) y sus colegas arquitectos de computadores, Ramón García Bragado, el nieto de Ramón Acín, el oscense universal amigo de Buñuel, Paco Marín y otros tantos colegas, en la que nos dio por pitorrearnos de todo y reír a fondo, como niños.

La reasignación del Palacio para un fin más social que el veraneo regio, para la sede de la Universidad Internacional de verano por decreto del ministro de Instrucción Pública de la II República Fernando de los Ríos fue una magnífica idea. Fue mi, por un tiempo, admirado Ramón Menéndez Pidal, que nuestros profesores de Historia nos metieron como el padrenuestro, y hasta los filólogos con el Cantar de Mio Cid arriba y abajo, acríticamente, el primer Rector.

A Pedro Salinas, gran poeta, primer secretario de la Institución, aún le leo y releo con deleite y admiración, sin embargo. Muchos otros nombres de admirados autores y profesores han prestigiado la obra de la institución, Pedro Laín Entralgo, o el gran Ernest Lluch por mencionar sólo a dos.

Las Universidades de Verano se iban poniendo de moda en Europa y poner contenidos en píldoras, impartidas por expertos, muchas veces internacionales, otras por profesionales, también por académicos, a un público que destina parte de sus vacaciones a la mejora continua, a eso que ahora llamamos el “lifelong learning” se convirtió, por la via de las rutinas anuales en el punto de encuentro anual de muchos grupos que cada año se encuentran aquí, los de la propiedad industrial, los de satélites, biología, medicina, pensamiento, defensa….

Los agrupan en cursos avanzados en cuatro categorías, Ciencias Sociales (CS), Arte y Humanidades (AH), Biología y Biomedicina (BB) y Ciencia y Tecnología (CT). Se imparten programas que van desde la Policía Científica al Cáncer de Mama, desde la Escuela de Biología Molecular a los Retos del Agua, los martes son literarios, y el teatro tiene su lugar, pero también la desnudez en la danza lo tuvo el 5 de Julio. El 18 del mismo, Javier Solana conversón con Fernando Vallespín en la sección de Diálogos sobre España y la UE. Yo creo que es un festín, que si fuera de Santander no me sacaban de allí en verano ni con agua caliente. Nosotros estamos en el azul oscuro CT. Desde hace 37 años los de primero Aniel, luego Aetic tras la incorporación de Sedisi y luego Ametic tras la de Asimelec, llevamos haciendo el cierre del verano Santanderino con las jornadas de las Comunicaciones y la Economía Digital.

Las jornadas originales eran de carácter vertical, fabricantes y operadores, al principio solo uno, debatían con una cierta asimetría, el regulador y el regulado eran lo mismo. Telefónica en aquellos años era del Estado y ser un actor en la cadena de valor dependía casi al 100% de ella y del Gobierno. Hispasat o Secoinsa estaban participados por el operador. Hasta la tan comentada planta de semiconductores de Tres Cantos de ATT estaba participada por Telefónica, que era un actor, tractor y decisor de la fortuna o ruina de los allí partícipes.

Fue en Barcelona en 1973 cuando un puñado de empresarios, empapados de la cultura colaborativa de “gremi” tan de la corona aragonesa, tan consuetudinaria, se planteó que había que superar el servicio de exportación de aparatos de radio y televisión de la Cambra de Barcelona, el origen de Secartys, y que debía aspirar a ser la patronal del sector, primero de la electrónica a nivel estatal, buscando más que el apoyo a la exportación, sino el impulso de las políticas industriales, las estrategias de oferta y de demanda y el desarrollo de una industria moderna y competitiva, homologable a sus pares europeos.

Estaban ahí Mier Allende, Juan Luis Heredero de Piher, del que acabaría naciendo Ceselsa, hoy Indra, y Premo, la empresa a la que hoy humildemente represento. Veremos la historia en un libro que está redactando el prestigioso analista tecnológico de Forbes y Atlas Tech Review Eugenio Mallol. En la primera directiva estaba Joan Majó, que creó la mayor fábrica de servidores del sur de Europa, Telesincro y fue ministro de Industria, gran impulsor de la industria tecnológica, los vascos de Fagor, o Ángel Iglesias de Ikusi, todos galardonados con la Medalla de Oro de Ametic por su contribución a desarrollo del sector tecnológico español.

Los años pasaron, la apertura del mercado español a una competencia real en telecomunicaciones que ha producido milagros como el de Cellnex o Masmóvil, y la entrada de operadores internacionales y de varios ámbitos, cambió el ecosistema, lo hizo más rico. La irrupción de las empresas digitales de las siguientes capas de valor por encima de las meras comunicaciones, contenidos, hyperescalers, cloud, fintech, blockchain, o las muchas empresas de IA, de e-Health, de industria 4.0, eriquecieron el ecosistema.

Ya no era un sistema solar con Telefónica en el centro y los demás orbitando a su alrededor. Había, al menos, una galaxia Ametic, había empresas con masas gravitacional suficiente como para tener sus propios sistemas solares, Samsung, Google, Microsoft, Amazon, SAP, ABB, y todos sus partners tenían sus propios ecosistemas, cada vez más interrelacionados.

La llegada de gigantes como Globant, o el desarrollo de nuevas aplicaciones de servicios satelitales como los prestados por Hispasat, la defensa y la soberanía europea y sus partners en el control de la navegación y comunicaciones de la red Galileo puso a empresas como GMV en el centro de otro sistema gravitatorio, conectada con el vehículo autónomo, y la ciberseguridad. La computación cuántica, el blockchain y el Fintech hicieron que los grandes bancos se implicaran en las comisiones de trabajo y proyectos, tanto de innovación como en las propuestas regulatorias.

Nuestra historia de conexión con Business Europe, luego con Digital Europe y con Aleti, nos mantuvieron conectados a los socios europeos y a los compañeros Iberoamericanos del sector. Esta semana se publicó la lista de las empresas más innovadoras del mundo, de las 10 primeras, 9 están en Ametic y trabajamos para que la que falta, se una en breve. Pero cree la gente que Repsol es una petrolera, sin embargo, es una tecnológica con una potencia digital brutal, lo mismo podemos decir del Santander, que aquí tiene tres gorras, asociado, patrono y coorganizador. Otras empresas no las conocen tanto el gran público como Seresco, que ha dado literalmente la campanada en el BME Growth. Pocos saben que MaxLinear recoge el testigo de DS2 impulsado por un fenómeno como Jorge Blasco hace dos décadas y que tras pasar a Marvel, tienen competencias únicas en diseño de semiconductores para comunicaciones con millones de chips vendidos. Una empresa admirable con un equipazo en la pujante Valencia de la tecnología.

Con el tiempo, en lugar de ser un amplificado para CEO’s y sus egos, se convirtió en un lugar de debate, arrancado bajo la presidencia de José Manuel de Riva, tras la feliz salida de los operadores y su obsesión por seguir siendo el centro de un sistema solar en lugar de una parte de una parte de la galaxia. Muy potenciado posteriormente desde la presidencia de Pedro Mier, que me consta invita cada año a los operadores con el mejor ánimo de sumar, y con la que me reincorporé al comité ejecutivo.

Mi antecesor, Javier Gazo estuvo siempre, yo del 2007 al 2012 para reincorporarme en 2016 a petición de un presidente que nos hace trabajar todas las semanas, cada martes a directivos muy ocupados. Se trata ahora de hacerse las preguntas, de entender, de la curiosidad, de medirnos con los demás sin complejos, identificar las brechas en las políticas privadas y públicas y hacer propuestas valientes de país, que sean transformadoras, que sean tractoras. Ya no es solo la tecnología, es su huella, su impacto, la trascendencia antropológica que se está tratando en el evento de Córdoba, las necesidades sociales y medioambientales, la huella en el planeta y la responsabilidad social de regenerarlo.

Escuchamos a Javier Tejada hablar de física, de números de energía de futuro. Oímos extasiados a Antón Costas dos veces, la segunda en un debate con el recientemente fallecido Josep Piqué. Vimos los océanos y el agua desde la óptica de un protector de estos, empeñado en su regeneración y en que se protejan el 30% de la superficie oceánica, con Manu San Félix. Nos han visitado y han departido con nosotros autoridades desde Presidencia del Gobierno, vicepresidentas, ministros, secretarios de Estado, directores generales… Hace ya unos años que, desde primera hora, puntual en la primera fila se sienta con su libreta, atento, a tomar notas un político único, Francisco de la Torre. No pierde puntada, interesado tanto en lo que viene, como en las tecnologías, en sus actores, en las empresas, en las medidas estatales y europeas, atento a los empresarios y a las autoridades que asisten con la humildad de un junior y las buenas formas de un senior. No olvidaré el debate de alcaldes y modelos de ciudad ante el resto de e la innovación y la transformación digital con Ada Colau, Francisco de la Torre, Gema Gual y Martínez Almeida. Visión, pasión y amor por sus ciudades y sus proyectos para ellas.

Este año, con China cortando el suministro de Galio y Germanio, con la superconductividad a temperatura ambiente anunciada la semana pasada, con la mayor tensión geopolítica entre la ya primera potencia industrial y científica y la primera potencia militar y económica en décadas, con una guerra civil europea que ya lleva demasiado tiempo, con unos fondos Next Gen que no acaban de llegar a la economía real con sectores como el automóvil y los semiconductores tan tocados como lampando y con la locomotora alemana gripada porque se le seca la autopista, el Rin, se le ha encarecido el maná, la energía barata que recibía de Rusia y porque su industria sigue en el SXX mientras China y algunos americanos, especialmente Tesla, están consolidando el dominio tecnológico y comercial en la nueva movilidad.

El gobierno de España está haciendo mucho para atraer inversiones pero que el país sea atractivo para que vengan por si requiere del desarrollo de un potente ecosistema innovador y tecnológico, pasar de la ciencia a la acción, transformar la Universidad y potenciar el talento. El futuro está en Altasia, en India, y en una África estable y con industria de transformación de sus tesoros naturales que fije población y desarrolle oportunidades de una clase media estable. En un mundo digital y conectado nuestro vínculo Iberoamericano es vital para desarrollar oportunidades conjuntas. Que se lo pregunten a Globant.

La oportunidad para España, al no tener que reconvertir un legado industrial que por desgracia no tenemos, es que vamos ligeros de equipaje y en ciber, e IA ya estamos apretando para ser lo que debemos, una de las 10 mejores del mundo y la cuarta de Europa, conforme a nuestro peso económico y demográfico. No nos consentimos con ese 17º lugar en el European Innovation Scoreboard. Allí estaremos unos pocos guerreros del Sur, Sole Díaz de APTE, Jose Manuel Leceta y Mario Nemirovsky de Innova IRV, Felipe Romera, que nos ha regalado lectura de la buena para el verano con “La Triple Hélice” y Natalia Pérez de Málaga Tech Park además de nuestra flamante primera teniente de alcalde de Innovación Alicia Izquierdo. Veremos que nos cuentan los ponentes. La agenda la pueden consultar en la web de Ametic. Si no pueden ir regístrense y síganlo online. No se arrepentirán.