
Así le dejaron la cara a José Antonio.
Denuncian un violento robo en la calle Parras de Málaga: "Me podían haber matado por un móvil, un reloj y una cartera"
José Antonio recibió un golpe muy contundente por detrás y cayó al suelo, donde permaneció inconsciente durante prácticamente una hora.
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José Antonio había salido a La Tranca a tomar unas tapas y se encontró con unos amigos de Rincón de la Victoria a los que llevaba tiempo sin ver. Por ello, la noche se le alargó un poco más, aunque no le gusta demasiado salir hasta tarde. Apenas lo hace. Si bien, entre lágrimas, reconoce que por un día que lo ha hecho nadie tiene derecho a hacerle daño. "Nadie se merece lo que me han hecho", insiste.
Cuando volvía a casa, la madrugada del sábado al domingo, José Antonio sufrió un violento robo en la calle Parras de Málaga. Alguien le golpeó por detrás, dejándolo inconsciente y provocándole unas graves secuelas tanto físicas como emocionales. "No sé si me estaban siguiendo o si simplemente aprovecharon el momento para atacarme, pero me golpearon por detrás y me dejaron tirado en la calle. El problema es que yo no vi a nadie", relata la víctima.
El asalto ocurrió cuando José Antonio estaba a pocos metros de su portal. "Recibí un golpe tremendo en la sien y, aunque no lo vi, estoy seguro de que utilizaron un objeto contundente, quizás una barra de hierro o un palo", explica. El impacto lo dejó fuera de combate, y tras caer al suelo, cree que sufrió un segundo golpe. "Me desperté después de más de una hora en el suelo, aturdido, sin ver ni escuchar bien".
Mientras permanecía inconsciente, los agresores aprovecharon para robarle la cartera, el móvil y el reloj. Sin embargo, lo más indignante llegó después: "Utilizaron mi tarjeta de crédito nueve veces. Se fueron a tomar un showarma en Los Mártires y luego hicieron compras en un supermercado 24 horas en La Trinidad. Se pusieron las botas a costa de mí", denuncia.
Cuando finalmente logró llegar a su casa, su madre fue la primera en verlo: "Me preguntó qué había pasado y lo único que pude decirle fue: 'creo que me han robado'". Se acostó sin ser consciente de la gravedad del ataque. Fue a la mañana siguiente cuando, al mirarse al espejo, vio su rostro completamente hinchado y cubierto de heridas. "Tenía la cara como un balón de fútbol", describe.
Una ciudad con problemas de seguridad nocturna
Este asalto no es un caso aislado. Cabe recordar que hace unas semanas el padre Richard Gross era hallado muerto en un piso turístico de la calle Viento, en La Goleta, después de sufrir un robo violento. Un magrebí de 27 años ingresó en prisión por su presunta relación con la muerte violenta del octogenario estadounidense, que estaba en Málaga de paso, ya que al día siguiente a su fallecimiento iba a subir a un crucero.
José Antonio advierte del deterioro de la seguridad en el centro de Málaga y más en el entorno de calle Parras y alrededores. "Aquí hay mucho turismo, muchos pisos vacacionales y también muchos robos. Se aprovechan de la gente que vuelve a casa sola tarde, no es justo".
A pesar de la brutalidad del ataque, la víctima destaca la labor policial: "Están revisando imágenes y tienen información avanzada, pero sé que aún no pueden decirme mucho". Confía en que las cámaras de vigilancia del centro de la ciudad, así como las de las tiendas hayan captado a los agresores y que pronto se haga justicia. "En ese sentido no fueron muy inteligentes, ya que me robaron y luego fueron a sitios con cámaras", declara.
Sin embargo, más allá del daño físico, el mayor impacto ha sido psicológico. "No me encuentro bien. Nunca he sido una persona violenta y ahora siento miedo de salir de noche. Yo siempre que veo una pelea me pongo malo, me quito del medio. Mi familia también está muy afectada", confiesa llorando.
No entiende cómo alguien puede "jugar" con la vida de alguien sin saber si tiene dinero o algo de valor. "No es lo mismo que cuando ven a alguien sacando dinero, no sabían si yo tenía dinero en mi cuenta o no. Si mi móvil era más o menos bueno...", critica.
"Yo podía haber acabado muerto. Me tiré mucho tiempo solo tirado en el suelo. Creo que algún agente me ayudó y me acompañó a casa, yo no le veía, pero me dijo que al día siguiente fuera a denunciar porque creía que me habían robado. Cualquier noche puede pasarle a otra persona lo mismo que me pasó a mí. Y no sé cómo acabará la próxima vez", zanja.