Primero, funcionar en el mercado; luego, la inversión. Ese ha sido el orden que ha sido la startup malagueña Brainspro, que te permite crear tu propia academia online y ya cuenta con cerca de 200 empresas trabajando con ellos. Ahora, buscan algo más: "compañeros de viaje" que les ayuden a cerrar una ronda de financiación de 300.000 euros.

"Brainspro está facturando bien. Hay negocio y nuestro objetivo es internacionalizar", asegura en conversación con este periódico su CEO, Silvia Montoya, que subraya que buscan "el compañero ideal", es decir, un smart capital que les ayude "a seguir vendiendo más" y que "aporte contactos".

Tras hacer bootstrapping —es decir, autofinanciarse— desde el lanzamiento de su producto mínimo viable en 2021, Brainspro empezó a tener clientes. Ahora, suman unos seis trabajadores fijos más colaboradores, más de 40.000 conexiones diarias a la plataforma y, según explica Montoya, sus clientes reciben "una media de un 10% de mejora de la facturación cuando empiezan a trabajar con nosotros".

A finales del verano de 2022 abrieron su primera ronda de inversión. Ahora, plantean objetivos ambiciosos: acabar 2024 con una facturación de un millón de euros y acercarse a los 10 millones entre 2026 y 2027. "Es una buena oportunidad de negocio trabajar con Brainspro: es rentable y escalable", resume su CEO, que subraya Centroeuropa, Latinoamérica y Estados Unidos como mercados "muy interesantes".

"Un hándicap es que Andalucía no ha sido tradicionalmente un lugar con mucho movimiento de inversiones, pero estoy viendo que eso está cambiando bastante y bastante rápido. Tanto en Málaga como en Andalucía está haciendo muchísimo movimiento y ahora el foco está puesto aquí. Es el momento de buscar alianzas desde casa", argumenta Montoya, que se define como optimista por el momento actual.

Pero, ¿qué es Brainspro?

Su propia fundadora lo explica: "Ofrecemos una herramienta todo en uno para que puedas poner en marcha tus proyectos de formación online", indica, tras lo que subraya que sectores como el del software o el del turismo cuentan con mucha rotación de personal y, por tanto, "mucha necesidad de formación" que puede ser automatizable.

Su propuesta es una "herramienta accesible desde cualquier dispositivo en cualquier momento en la nube", "compatible con realidad virtual y aumentada" y "todo a golpe de click tanto para la empresa como para el usuario".

La formación de nuevos empleados recién aterrizados a las compañías es "un nicho muy importante" para ellos, al igual que el reciclaje de conocimientos de los trabajadores. Esa faceta es la que llaman de "elearning corporativo"; pero también permite, por ejemplo, que un creador de contenidos popular en redes sociales cree su propia academia en línea y la monetice "de forma muy fácil".

"Hemos desarrollado nuestra propia plataforma, más orientada a la metodología y a cómo aprende el alumno que al contenido en sí", señala Silvia Montoya, que la define como "muy gamificada" y "centrada en la motivación". Hay contenidos en todas las formas; pero el rey sigue siendo el vídeo, acompañado de aprendizaje "interactivo desde el punto de vista de la comunidad", con foros de conversación vivos. También cuentan con test de evaluación, tareas, ejercicios o webinars en directo: "Es muy diverso, cada maestrillo tiene su librillo".