Gabriel (51 años), en Frigiliana.

Gabriel (51 años), en Frigiliana. Los Repobladores

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Gabriel (51 años) dejó Nueva York para mudarse a un pueblo de 3.000 habitantes en Málaga: "Quería empezar de cero"

Es pintor y en esta localidad malagueña ha conseguido vivir de su pasión por el arte junto a su mujer y a sus tres hijos. "El nivel de vida era muy caro y decidimos volver a Europa", cuenta.

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Las claves

Gabriel Cruz, un madrileño de 51 años, dejó Nueva York para mudarse a Frigiliana, un pequeño pueblo de Málaga, buscando una vida más simple.

La decisión de mudarse fue en gran parte influenciada por el deseo de su esposa de vivir junto al mar, debido a sus raíces caribeñas.

En Frigiliana, Gabriel se dedica por completo a la pintura y ha montado su propio taller, donde también imparte clases.

La familia, incluidos sus hijos nacidos en Nueva York, se ha adaptado a la vida en el pueblo, donde disfrutan de un ambiente diverso con gente de diferentes países.

Cada vez son más las personas que deciden dejar atrás las grandes ciudades para empezar de nuevo en pueblos pequeños. Es el caso de Gabriel Cruz, un madrileño de 51 años que cambió los rascacielos de Nueva York por una pequeña localidad de Málaga. Su historia, marcada por el arte, la familia y la búsqueda de una vida más simple, ha sido protagonista en el programa Los Repobladores de Canal Sur.

Gabriel, pintor de profesión, vive ahora junto a su mujer y a sus tres hijos en Frigiliana, uno de los pueblos blancos de la Axarquía malagueña. "Soy de Madrid, pero en 2008 me mudé a Nueva York", cuenta en el programa de Canal Sur, mientras repasa los últimos detalles de un lienzo.

Entre el ruido y el vértigo de la gran ciudad, conoció a su mujer, una inglesa con raíces caribeñas, según cuenta. Juntos tienen tres hijos, todos nacidos en Estados Unidos.

Cuando llegó al mundo su tercera hija, decidieron cambiar de vida. "Estuvimos unos meses en Madrid, pero ya empezamos a buscar por la costa, porque mi esposa se crió en el Caribe y tenía claro que quería volver a vivir junto al mar", relata.

"Y al final acabamos aquí casi por accidente, porque una amiga nos habló de Frigiliana. Vinimos y enseguida nos encantó. Nos gustó el pueblo, la gente, la tranquilidad… buscábamos eso: empezar un poquito de cero", cuenta Gabriel en una entrevista para Los Repobladores.

Frigiliana, con su mezcla de acentos y su ambiente bohemio, les ofreció justo lo que necesitaban. "Es un pueblo pequeño, pero con mucha diversidad. Hay gente de todos los países, artistas, viajeros, familias... Eso nos llamó mucho la atención".

Gabriel dedica ahora su tiempo por completo a la pintura. "Ahora me dedico al arte al cien por cien. En Nueva York también pintaba, claro, pero allí es muy complicado vivir solo del arte. Los dos teníamos que trabajar para mantenernos. Y aunque los sueldos eran buenos, el nivel de vida era tan caro que, cuando llegaron los niños, decidimos que era mejor volver a Europa", cuenta.

Gabriel, en el programa Los Repobladores.

Gabriel, en el programa Los Repobladores. Canal Sur

Este pintor puede ahora vivir de sus obras: a su llegada al pueblo, reformaron una casa en la calle central y allí ha montado su taller, donde pinta y además imparte clases.

Sus hijos, nacidos en Nueva York, también tuvieron que adaptarse a una vida muy distinta. "Para ellos fue un pequeño choque al principio, sobre todo cuando empezaron el colegio. Pero luego me di cuenta de que había muchos niños extranjeros, y eso facilitó mucho las cosas", recuerda.

En casa, se mezclan los idiomas. "Hablamos inglés y español, depende del momento. Pero lo importante es que aquí somos felices", asegura Gabriel, que valora mucho "poder vivir de mi arte, dedicarme solo a lo que amo que es crear y pintar".