Ronda (Málaga).
El pueblo de Málaga donde mejor se come: está considerado uno de los más bonitos de España
Destaca por su pasado morisco, sus palacios y su plaza de toros, junto a una escena gastronómica cada vez más amplia.
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Andalucía es una tierra de contrastes, con paisajes que sorprenden y una cocina que ha conquistado paladares en todo el mundo. Cada rincón guarda su propio encanto, con pueblos y ciudades que esconden verdaderas joyas por descubrir.
Algunos destinos logran una fusión perfecta entre el turismo y la gastronomía. Tanto en el interior como en la Costa del Sol, especialmente en la provincia de Málaga, se combinan recetas tradicionales con propuestas innovadoras que reinterpretan los sabores de siempre.
Gracias a la calidad de sus productos locales y a la presencia de restaurantes reconocidos, muchos lugares se han convertido en auténticos paraísos para quienes disfrutan del buen comer. La revista National Geographic ha seleccionado algunos de los pueblos andaluces que todo amante de la gastronomía debería visitar al menos una vez.
Uno de los nombres que más resuena es Ronda, un referente turístico de Málaga que ha sido elegido como destino estrella para una escapada gastronómica. Según la revista, "además de su pasado morisco, sus bellos palacios y su plaza de toros, Ronda tiene una escena gastronómica interesantísima que vale la pena conocer".
Y es que Ronda no solo enamora con su historia y sus paisajes. Su oferta enogastronómica es igualmente destacable, con vinos amparados bajo la Denominación de Origen 'Sierras de Málaga'. Las bodegas que salpican la zona permiten vivir la experiencia de catas en un entorno único, descubriendo los matices de unos caldos con mucho carácter.
En cuanto a los dulces, la tradición repostera local tiene mucho que decir. Delicias como las "yemas del Tajo", elaboradas con yema de huevo, azúcar y almendra, forman parte de su legado. También son populares los amarguillos, los borrachitos y el rosco de vino, ideales para poner el broche a una comida o acompañar una merienda.
Plato del restaurante Bardal, en Ronda.
El casco antiguo de Ronda es un paseo por siglos de historia, mientras que su plaza de toros —la más antigua del país— y el icónico Puente Nuevo, que salva el impresionante Tajo con más de 100 metros de profundidad, son paradas obligadas para quienes la visitan.
Restaurantes
En lo gastronómico, destaca el restaurante Bardal, capitaneado por Benito Gómez, un chef que ha logrado posicionar a Ronda en el mapa culinario nacional. Su cocina mezcla creatividad y tradición con una mirada contemporánea. Otro de sus proyectos en la ciudad es Tragatá, un local que apuesta por el producto andaluz sin artificios, con una carta dinámica que evoluciona al ritmo del mercado.
Para quienes prefieren propuestas más informales, El Lechuguita es un clásico. Con más de medio siglo de historia, este bar es una institución local donde disfrutar de la cultura de la tapa en su máxima expresión.
Rincones gastronómicos
Pero Ronda no está sola. National Geographic también pone el foco en otros dos pueblos malagueños con alma gastronómica. Uno de ellos es Villanueva de Tapia, muy cerca del límite con Granada. Rodeado de campos de cereal y olivares, este tranquilo pueblo conserva la esencia de los núcleos rurales andaluces, con sus calles empinadas y casas encaladas.
A poca distancia, aunque ya en territorio granadino, se encuentra La Finca, el restaurante ubicado en el hotel Finca La Bobadilla, en las afueras de Loja. Allí, el chef Pablo González —galardonado con una Estrella Michelin— elabora platos que reinterpretan la cocina andaluza, fusionando el recetario tradicional con técnicas modernas y producto de proximidad.
El recorrido concluye en Gaucín, un pintoresco pueblo enclavado a los pies de la Sierra del Hacho. Si se visita, es imprescindible hacer una parada en Platero & Co, un restaurante con distinción Bib Gourmand de la Guía Michelin, donde se combina cocina internacional con ingredientes locales, siempre desde una mirada creativa.