Un detalle del crucificado de Crucifixión.
¿Qué Cristos lleva los clavos en las muñecas en la Semana Santa de Málaga? Salen el Lunes Santo
En la iconografía tradicional de la Semana Santa, la imagen de Cristo crucificado se suele presentar con los clavos en las palmas, pero hay excepciones.
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En la iconografía cofrade se suele representar al Señor clavado en la cruz por las palmas de las manos. Sin embargo, la imagen que procesiona cada Lunes Santo en Málaga desde la iglesia del Buen Pastor se presenta conlos clavos atravesando sus muñecas en vez de las palmas.
La talla del Señor de la Crucifixión (José Manuel Bonilla Cornejo, 1993) corresponde a la teoría que muchos expertos refuerzan. Bonilla concibe a Cristo como un ser vivo y dialogante, aún no vencido por la agonía, con los brazos extendidos en actitud acogedora y una mirada penetrante que interpela directamente al espectador. El escultor introduce además un enfoque novedoso al presentar el diálogo con el Buen Ladrón no desde la cruz, sino desde el suelo, buscando una nueva línea narrativa para un futuro grupo escultórico.
Aunque el Cristo está sujeto a la cruz con tres clavos, Bonilla opta por fijarlos en las muñecas en lugar de las palmas, siguiendo estudios anatómicos sobre la crucifixión. La anatomía responde a la de un joven, con una postura elevada y poco forzada, transmitiendo más triunfo que derrota.
El paño de pureza (perizoma) está cuidadosamente modelado, con juegos de luces y sombras, y tonos marfileños matizados con pan de oro. Las marcas de dolor son mínimas: leves pinceladas carmín aluden a las heridas de la Pasión, alejándose del dramatismo intenso para ofrecer una visión más redentora y compasiva de Cristo, cuyo rostro sereno y ojos llorosos buscan conmover tanto en la intimidad del templo como en las calles del Lunes Santo.
También lleva los clavos en las muñecas el Señor de Dolores del Puente, el Santísimo Cristo del Perdón. La imagen del Titular de esta Cofradía es una de las aportaciones más interesantes del arte contemporáneo malagueño al campo religioso.
No le fue fácil a esta Cofradía encontrar al autor de la imagen de su Titular ni tampoco encontrar los medios para sufragarlo. Según explican en su web, "nada más empezar a funcionar la Cofradía se puso como meta contar con una imagen de Cristo Crucificado al extremo de que es en su año fundacional, 1982, cuando inicia las obras de restauración de su Capilla; más tarde, la labor de Enrique Alvarado y de Paco Torres Mata echaron a andar una serie de subastas de arte donde la Cofradía encontró esos medios que le permitieron resolver el problema económico y, por esa razón fueron los pintores vinculados a las mismas los padrinos de la bendición de la Capilla que alberga al Cristo del Perdón".
Más tarde, vino la búsqueda del escultor que llevó a Sevilla a la hermandad, donde Ricardo Rivera modeló un primer boceto que gustó enormemente a la cofradía pero que al ir evolucionando a formas más definitivas empezó a distanciarse del gusto de la hermandad, al extremo de tener que abandonar, no sin largas discusiones, esta vía artística.
Llegados a este punto, es necesario hacer memoria de Pío Augusto Verdú, que fue verdadero consejero y promotor al guiarles hasta Suso de Marcos, que desde el primer momento en que entabló conversación con una representación de la hermandad no hizo otra cosa que empaparse de nuestro sentimiento para plasmarlo en madera con la forma de un Cristo que desde la Cruz es un alegato a la vida. Y tras meses de trabajo, la talla vio la luz el 25 de Marzo de 1986.