Pollinica, en la calle después de dos años.

Pollinica, en la calle después de dos años. L. G. Pozo

Cofradías

Hay que ser nazareno: el movimiento viral que defiende "el orgullo de ser penitente" en Málaga

En los últimos días, cientos de personas han compartido en Twitter sus fotografías vestidos con la túnica y el capirote acompañadas de la ya popular frase.

27 abril, 2022 05:00

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Se ha convertido en la frase más repetida en los últimos días dentro del mundo cofrade. Cuatro palabras que acogen el sentimiento de una ciudad que se mantiene viva e ilusionada después de haberse revestido con la túnica y el capiroteHay que ser nazareno

Detrás de la popular sentencia se encuentra Miguel Díaz, más conocido en redes sociales como @MiguelPureza. Este médico malagueño, hermano de los Gitanos y de Mediadora, explica a EL ESPAÑOL de Málaga que en ningún momento esperaba que pudiera hacerse viral: "Llevo toda la Cuaresma compartiendo esta idea con cada foto que subía. A lo mejor eran unos zapatos negros o algo que no tenía demasiado que ver. No es algo nuevo, pero de un día para otro, sin ningún tuit con demasiada repercusión por medio, la gente empezó a compartir imágenes de penitentes y me etiquetaba", relata. 

Poco a poco, aquello que empezó como un "eslogan machacón", se ha acabado convirtiendo en el fenómeno del momento. "De pronto, ha habido un movimiento que ha surgido gracias a la participación de fotógrafos, personalidades mediáticas, como Raquel Espejo, y algún hermano mayor, como el de la Esperanza, que han sido especialmente determinantes. No siento que sea algo que me pertenezca, ni soy el precursor de nada. La gente ha cogido la frase y la ha hecho suya, y eso es lo bonito", destaca. 

Después de una Cuaresma marcada por los problemas de varias hermandades para llenar las filas de nazarenos, esta respuesta de la ciudad se presenta como un positivo contrapunto: "Es como el yin y el yang. Los cofrades han dicho aquí estamos nosotros", incide. El efecto ha sido "tan grande" (con cientos de mensajes en los últimos dos días) que la mayoría de tuits que se escriben con el hashtag #CofradíasMLG incluyen la frase y la fotografía de un nazareno.

Miguel Díaz defiende que ese sentido penitencial "es el único camino": "Es una semilla que poco a poco va calando. Luego podemos profundizar en cuestiones teológicas o sobre el sentido del anonimato o la razón de ser del capirote y que esto no es un disfraz. Pero lo prioritario es lo que es, que hay un movimiento que acoge a la gente. He leído a varias personas diciendo que quieren volver a vestir la túnica. Si se consigue, bienvenido sea. Ojalá también haya hombres de trono que digan que se sienten nazarenos. ¿Por qué no?".

"La Málaga nazarena existe"

Pureza reflexiona sobre el pesimismo que reinó en redes sociales durante las semanas previas a la Semana Santa. Incide en que, después de lo vivido, han salido todos los cortejos y la mayoría de túnicas se han repartido: "Eso evidencia que la Málaga nazarena existe. ¿Por qué no se ha hecho antes? Porque ha sido todo espontáneo. A la gente le ha sonado la frase y, después de escucharla en cinco o seis perfiles, la ha hecho suya".

Eso sí, opina que "se diluirá pronto": "Durará un par de días. Lo que tarde en jugar el Madrid (ayer). Lo importante es que esta nube colectiva pueda volver a resurgir el próximo mes de febrero". 

No es la primera iniciativa de este estilo que se convierte en tendencia dentro de las redes sociales. Durante la Cuaresma de 2020, Puentiferario (uno de los perfiles más activos en el mundo de las cofradías) puso en marcha la campaña #YoEstaSemanaSantaSaldréDe, con la que también se buscó sacar a relucir el sentimiento de hermandad de los cofrades. Sin embargo, la irrupción de la pandemia no permitió que se consumara ese deseo. 

Ahora, con el recuerdo todavía reciente de las procesiones, "la gente sigue ilusionada": "He notado un post mucho más intenso que la previa. Estábamos equivocados; la gente está ahí, muy orgullosa de lo que ha hecho. Quizá no seamos una ciudad plenamente nazarena, pero sí que somos una ciudad que se jacta de vestirse y llevar un cirio, más allá del varal. Y lo hace de verdad, de corazón. Todo ha salido bien y se ha defendido en las calles, así que por encima queda esa conciencia de ser partícipes".