La agenda de Javier Calleja no para. El creador malagueño aterriza en Japón tras llevar su arte a la galería Almine Rech de París y dejar su huella impresa en las paredes de las cafeterías Hypebeans de Hong Kong y Seúl. El artista ha inaugurado este sábado una nueva exposición en Tokio (la cuarta en el país nipón) protagonizada por un personaje inspirado en su gato.

Mr. Günter, The Cat Show tiene como protagonista a Günter Gambita, el gato de Javier Calleja y Alicia Gutiérrez, y está concebida como una instalación. Este Günter de mirada pícara y traviesa se pasea libremente por Parco Museum, galería de arte contemporáneo de Shibuya, para hacerse presente en cualquier rincón de la exposición de su dueño.

A la vez vez que parece convertirse en perfecto anfitrión para dar paso a una selección de trabajos que incluyen, desde nuevos bocetos y pinturas, hasta una escultura de gran tamaño realizada en madera y nunca antes expuesta en Japón. Además, en la calle que da acceso a Parco, se ha instalado una gran escultura del felino que dará la bienvenida a los visitantes.

Otra imagen de la muestra de Javier Calleja.

"Estoy encantado de presentar a este importante miembro de nuestra familia en Japón", ha reconocido Calleja. Su trabajo se caracteriza por su habilidad para imprimir sorpresa y toques de humor a aspectos cotidianos de nuestra vida diaria.

Admirador reconocido del surrealismo del maestro René Magritte, así como de artistas como Yoshitomo Nara y Chris Johanson, el artista ha sabido incorporar con maestría sus técnicas en el retrato contemporáneo hasta encontrar su propia seña de identidad a través de sus personajes de ojos grandes.

El juego que establece con los colores y las escalas, junto a las expresiones de sus personajes y los textos que acompañan sus obras, son aspectos en los que el trabajo creativo de Calleja se hace especialmente patente. 

Javier Calleja expone por cuarta vez en Japón.

Es esta capacidad que demuestra para afrontar las dificultades a través de una perspicaz creatividad, así como su premisa para encarar con positividad cualquier aspecto vital, lo que hace posible esa fascinación y empatía que genera su obra.