Las altas temperaturas de la capital sorprenden a los visitantes.

Las altas temperaturas de la capital sorprenden a los visitantes. Europa Press

Sociedad

Un turista sevillano viaja a Madrid y alucina con el calor que se encuentra: "Madre mía, es mucho más insoportable"

En plena ola de calor, las altas temperaturas secas de la capital en agosto pueden resultar incluso más agobiantes que el calor húmedo del sur.

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Llegar a Madrid en pleno agosto no es fácil para nadie, pero para David, un sevillano acostumbrado a las altas temperaturas, la experiencia fue toda una sorpresa. "Madre mía, esto es mucho más insoportable", decía nada más bajarse del tren en la estación de Atocha.

Y es que lo que pensaba que sería un calor algo más llevadero que el que se vive durante todo el verano en la capital hispalense, terminó convirtiéndose en un verdadero desafío, incluso para él.

Durante la primera quincena de agosto, la ciudad ha vivido una de las olas de calor más intensas del año, con temperaturas que rozaban los 40 grados a media tarde y que, incluso de noche, apenas bajaban de los 25. Y para quienes no están habituados, esta sensación puede ser asfixiante.

Termómetro de Madrid en agosto.

Termómetro de Madrid en agosto. Europa Press

David había viajado desde Sevilla por motivos familiares, pensando que su experiencia en una ciudad famosa por sus calurosos veranos le ayudaría a sobrellevar estos días en la capital sin problemas.

Sin embargo, pronto descubrió que el calor madrileño también tiene lo suyo. "No me imaginaba que soportaría peor el calor seco de Madrid que el húmedo de Sevilla, la sensación era de falta de aire", confesaba tras volver a su ciudad.

A diferencia de Sevilla, donde el aire suele tener algo más de humedad por la cercanía del río Guadalquivir, en Madrid la sequedad ambiental puede hacer que la piel y la garganta se resequen rápidamente.

Aunque en teoría la falta de humedad podría dar la impresión de que el calor es menos pesado, la realidad es que el sol directo y la ausencia de brisa multiplican la sensación de sofoco.

Las fuentes como mejor aliada.

Las fuentes como mejor aliada. Europa Press

David cuenta que lo que más le sorprendió no fue solo la temperatura del día, sino la falta de tregua durante la noche. "En el sur, al menos a última hora de la tarde, hay días que suele correr algo de aire, pero aquí parecía que las paredes y el asfalto devolvían todo el calor acumulado durante el día".

Según los datos de la Agencia Estatal de Meteorología, este efecto se debe al fenómeno conocido como "isla de calor urbana", que hace que el centro de la ciudad retenga más temperatura que las zonas periféricas.

En la calle, los madrileños ya están acostumbrados. Sombreros, gafas de sol, botellas de agua siempre a mano y caminar por la sombra siempre que es posible, son algunas de las prácticas que suelen hacer en el día a día.

Las fuentes públicas de la ciudad se convierten en un punto de descanso para llenar botellas o mojarse la cara, e incluso muchos comercios y bares colocan vaporizadores de agua en las terrazas para que el cliente pueda refrescarse mientras toma algo.

Así, tras regresar al sur de España, David lo tiene claro. Calor hace en todos lados, y el de Madrid en agosto puede ser tan o más exigente que incluso el del sur.