Daniel Fontanals, de la empresa de detectives Fontanals Cabré.

Daniel Fontanals, de la empresa de detectives Fontanals Cabré. Jaime Susanna

Sociedad

Daniel, el detective a la caza de inquilinos de renta antigua en Madrid: así es vivir en 300 m2 por 900 €

Los alquileres de renta antigua son cada vez menos comunes. Muchos caseros recurren a investigadores para saber si su inquilino hace trampa. 

19 noviembre, 2023 02:41

Mercedes vive por menos de 900 euros en una casa de 300 metros cuadrados en el distrito de Salamanca. Lleva toda la vida, sus 71 años, entre estas paredes, bajo techos altos y elegantes molduras de yeso, propios de los edificios burgueses construidos a principios del siglo pasado. Cuatro generaciones de su familia han vivido aquí.

La suya es una realidad cada vez menos común en Madrid, una anomalía en la vorágine actual del mercado de la vivienda. Mercedes tiene un alquiler de renta antigua. Si ajustamos su contrato al mercado actual, la mensualidad se situaría en 6.690 euros, ya que el precio medio del alquiler por metro cuadrado en este exclusivo distrito se sitúa en 22,3 euros, según el portal Idealista.

"Mis abuelos llegaron aquí en octubre de 1939", explica esta mujer, sentada en su señorial salón con vistas a la calle Goya y al calor de un té verde. "Pagaban 7.800 pesetas anuales por alquilar esta casa". Ella vino al mundo en la misma habitación donde ahora duerme uno de sus hijos.

Mercedes, que prefiere no mostrar su rostro, en el comedor de su casa.

Mercedes, que prefiere no mostrar su rostro, en el comedor de su casa. Jaime Susanna

Los alquileres de renta antigua están constantemente en la mira de los caseros. ¿A quién le interesa alquilar por 100 lo que puede alquilar por 1.000? En términos empresariales, es perder dinero cada mes. Los propietarios se aferran a cualquier incumplimiento del contrato para darlo por finalizado y poder empezar a sacar rendimiento a su propiedad. Por eso, los detectives privados se ven como una inversión.

Ahí es donde entran en juego personas como Daniel Fontanals, socio de la empresa Fontanals y Cabré, dedicada desde 1990 a investigar a personas sospechosas de estar haciendo trampas en sus alquileres.

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Vivir más tiempo en otro lugar, tener una vivienda de características análogas en propiedad en la misma ciudad, ocultar la muerte del titular, subarrendar… Las casuísticas que ha visto Fontanals son de lo más variopintas.

"Cuando hay subarriendo ya es demasiada desfachatez", explica el detective. "Si tú dejas de estar progresivamente en un piso o viven tus familiares, se ahonda un poco en ese interrogante. Tuve un caso de uno que había subarrendado directamente el piso a un hombre chino. Enseguida los vecinos o el portero se dan cuenta. Claro, es una situación que tiene las patas muy cortas".

"Lo más habitual es la gente que está muy mayor y se va a vivir a una residencia o a su pueblo natal", asegura. "Esto es lo más habitual en Madrid, pasa algo menos en Barcelona".

Fontanals, pese a su juventud, ha gestionado cientos de casos de renta antigua en toda España. "Son lo que más tengo en mi mesa ahora mismo". Algunos de ellos reflejan el deporte nacional de la picaresca castellana. 

"Recuerdo un caso en Esplugas de Llobregat, en las afueras de Barcelona. Es una zona muy cotizada actualmente. Era un contrato de los años 50 o así. Pagaban tres euros al mes por un pequeño edificio de dos pisos. Cuando investigamos descubrimos que la titular del contrato llevaba 13 años muerta".

"El cliente me decía que quería la casa para su hija, porque estaba en Barcelona pagando un alquiler a precio de mercado. Y estaba esta gente, obviamente, aprovechándose de la situación".

Hasta 1985

Actualmente, es imposible saber cuántas personas quedan en Madrid con este régimen privilegiado. Lo que sí está claro es que es un número que solo decrece. El alquiler de renta antigua se aplica a contratos anteriores al 9 de mayo de 1985, cuyo precio quedó congelado.

Algunos inquilinos afortunados consiguieron subrogar estos alquileres incluso después de esta fecha. Es el caso de Mercedes, que en 1988 pasó a ser titular del contrato que firmó su abuela en 1939. Esta mujer nunca ha recibido presión de sus caseros para marcharse, ni mucho menos ha hecho trampas como las arriba descritas.

Aunque es consciente de ser una privilegiada, asegura que "no todo son ventajas". "No puedes tener la cocina que quieres, ni el baño que quieres. No puedes hacer obras y la relación con el administrador es complicada". Lleva toda su vida aquí, pero la casa nunca le pertenecerá.  

El contrato de arrendamiento de Mercedes, firmado por sus abuelos en 1939.

El contrato de arrendamiento de Mercedes, firmado por sus abuelos en 1939. Cedida

Actualmente, el edificio donde vive, en la calle Goya, tiene dos casas vacías y un Airbnb. Una vivienda del quinto piso fue recientemente reformada y dividida en 15 habitaciones que se alquilan a 800 euros la pieza, tal y como demuestra un anuncio en Idealista. Hagan cuentas. Debajo de esto, Mercedes paga un poco más por la casa entera.

"Me encantaría saber cuántos alquileres de renta antigua quedan", afirma el detective. "Pero no hay un registro. Los contratos de alquiler se pueden inscribir en el registro de la propiedad, pero nadie lo hace. Lo que sí te puedo decir es que quedan bastantes. Lo suelen tener personas mayores, es lo más normal, pero también es fácil ver que lo tienen personas de 70 años. Tal y como está la esperanza de vida, la renta antigua todavía puede durar 20 años".

Informe por 1.800 euros

Los pasos que sigue Fontanals para averiguar si un inquilino está haciendo trampas son secreto profesional. Lo que sí que puede desvelar es un modelo de negocio que ha hecho de su empresa una de las mejores a la hora de cazar inquilinos tramposos.

"Tenemos un método que ideó mi padre, que es bastante bueno y encaja bastante en las necesidades del mercado", afirma. La clave está en una premisa básica del derecho, o incluso del periodismo: da igual lo que sepas, lo que importa es lo que puedes demostrar. "Probar siempre es mucho más caro que saber", asegura.

"A día de hoy puedo cobrar 150 euros más IVA por saber si un contrato tiene causa de resolución". Solo por saber. El informe probatorio "con capacidad de ir a juicio" cuesta 1.800 euros. Puede parecer caro, pero cualquiera con una noción básica de microeconomía entiende que es una inversión muy segura.